sábado, 6 de febrero de 2016

Vampiros.

Dentro del imaginario colectivo, estas maravillosas creaturas han fungido como representaciones vívidas tanto del terror y el misterio como de la elegancia y el erotismo. Desde la antigüedad, la figura del vampiro ha pasado por múltiples cambios a través de diversos medios como lo son la literatura, el cine, los cómics, el teatro, la música, la pintura, entre otros. Para ser sincero nunca me ha tocado mucho el rollo vampírico, pero en mi búsqueda de conocimiento aprendí a no observar las cosas bajo la limitada cuestión de los gustos, sino a través de un propósito de vida, por lo que esos sombríos horizontes se abrieron ante mí.
He de decir que la razón principal por la que realizo esta publicación, es en honor al cuento que recién terminé, y que decidí compartirles, titulado Elena, por lo que dejaré aclarado cuales fueron mis principales referencias o fuentes de inspiración para realizar aquel intenso romance.
Algunas de ellas, a nivel literario, fueron la lectura sobre “El Vampiro” de John William Polidori, cuyo malévolo protagonista y ambiente de constante tensión me ayudó por la parte del misterio, y “Drácula” de Bram Stoker, cuya narrativa y personalidad me permitió bosquejar la parte del orgullo.


En cuanto a las películas, la principal por ley, fue “Nosferatu, una sinfonía de horror” de F.W. Marnau, cuya impresionante mezcolanza entre la realidad y la fantasía en escenarios alucinantes, me movieron a elegir que paisajes escogería en mi cuento. También en ese último punto tuve influencias enormes de “Drácula, de Bram Stoker” de 1992, al igual que “Drácula: la leyenda jamás contada” del 2014. Y sobre todo, al agregarle el elemento bélico, está inspirado en las ambientaciones de la saga Inframundo, especialmente en la última titulada el despertar.




Elena nos cuenta la historia de un romance en un mundo destruido. Tal premisa está ubicada luego de interminables guerras que asolaron a gran parte de la humanidad, donde Jeffrey, nuestro protagonista, un soldado, un guerrero que luchó en ese paisaje plagado de horrores, llega a una vieja mansión para tratar de alejarse de su pasado, y tener una vida normal. Cuál es su sorpresa al conocer a la dueña de la casa, una agraciada y orgullosa jovencita de nombre Elena, quien lo someterá a un constante juego de burlas y seducción, al punto de querer develar los misterios de la hermosa señorita que lo hará sentirse perdidamente enamorado.
Al proponerme mantener este ambiente de misterio alrededor de los personajes y el lugar donde habitaban, fue para mí una enorme satisfacción el que fueran surgiendo momentos claves dentro de la historia. Existe el momento donde el héroe se ve perdido en el mundo mágico, existe un descenso a los infiernos al enfrentarse a la naturaleza inconsciente de sus obsesiones, como también existe una muerte y una resurrección, todo surgido a través del lenguaje, a través de sensaciones, y a través de la percepción que tuve con una fotografía. 
En fin, creo que ya lo he dicho todo, así que me despido por ahora. Espero hayan disfrutado mi creación, casi tanto como yo disfruté crearla. Hasta la próxima entonces, yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno; gracias por su atención.


Ninguna de las imágenes aquí ocupadas me pertenece en ningún sentido.
Su utilización es con el único objetivo de demostrar y entretener.
Cada imagen pertenece a sus respectivos creadores.
Estando todo aclarado, me despido.

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