LA EXISTENCIA DEL PODER.
Las ilimitadas posibilidades de la imaginación humana.
La existencia es infinita. Durante
la elaboración de varios proyectos desde su primera concepción, llegó un
instante en el que me di cuenta de que mis conocimientos debían expandirse para
dar forma real a tan ambiciosos proyectos. Tantas investigaciones, tantos
libros, tantos artículos, me llevaron a un solo punto, a la construcción de una
teoría que liga perfectamente el potencial humano y las posibilidades de la
realidad. Inicio esta temática con una pregunta, ¿qué tan grande es la
existencia? Concluyendo mis viajes, momentáneamente, por las teorías del
multiverso, el libro de Urantia, el experimento Casiopea, el existencialismo,
la física cuántica, la percepción mental del universo que nos rodea, y por
supuesto, toneladas de cómics que hablan del asunto, obviando la supuesta
conciencia prima con la que se rige este enorme ente que nos crea, nos abraza,
nos consume y nos realiza, la existencia, la realidad en sí, es un espacio que
continuamente crece y se expande por medio de la imaginación humana.
Cuando en alguna ocasión tuve
antojo por documentales que versaban sobre el origen del mundo, y la posible
existencia de seres alienígenas que influyeron en ese proceso, a mí me llamó
mucho la atención las continuas lecturas que hacían de algunos pasajes de la
biblia, argumentando que encontraban vestigios o señales de una especie y
tecnología superior en seres como los ángeles y los demonios. La comunicación,
desde sus propios inicios, se ha considerado por muchos catedráticos y
estudiosos como un proceso extraordinario de la mente humana, sin embargo, con
el paso del tiempo, debido a la libre percepción, con los principios de la
connotación y la subjetividad, al tratar de traducir nuestro interior a la
realidad, nuestra conciencia prima en grabados, imágenes, textos, figuras y
demás, nos hemos topado con el malentendido, y desgraciadamente con pocos
remedios. Los análisis que se hacen de contenidos mitológicos bajo diversas
perspectivas lanzan a la luz muchísimos detalles que no detectamos a vistas
cerradas, pero al sonar tan concluyentes, impresionantes o lógicos, nos hace
percatarnos del enorme problema que metieron los pioneros de la comunicación a
las futuras generaciones con tantos tratados, filosofía, e historias: ¿dónde
termina lo metafórico e inicia lo verdadero?
La literatura es la evidencia
magnánima de todo el conocimiento humano, ya que una vez aprendí que la
literatura como tal nos une como especie, además de que en ella puedes
encontrar los muchos caminos de la inquebrantable posibilidad humana. Existen
certeros registros en diversas mitologías y epopeyas de todos los rincones del
mundo, como los son la Biblia, el poema
de la creación, Teogonía de Hesíodo, El libro de los muertos, Popol-Vuh, El
Mahabarata, el Ramayana, la Ilíada y la Odisea, entre muchos otros, que nos
hablan del origen del universo y las hazañas de héroes en la antigüedad,
destacando conexiones no sólo entre dichas obras sino también con muchas
inquietudes de la actualidad, temas que siguen haciéndonos ruido sin importar
el tiempo que llevan de existir en el mundo.
Cada obra, cada creación, viene
representando una perspectiva única, una traducción específica de una
percepción de la realidad. No sabría decir si la razón de tantas historias surgió
a través de sucesos reales y verídicos, siendo que eso como tal, ha servido de
motor primario para documentales, investigaciones, películas y narraciones
gráficas de diversos lugares, pero es notable el que tales momentos de la
historia, reales o no, produjeran un impacto en la conciencia humana, y tales
percepciones se tradujeran en mitos que reflejaran enseñanzas que siguen
impactando hasta la fecha.
¿Pero por qué sucede eso?, ¿por
qué seguimos percibiendo lo mismo durante tantos años en las formas más
extrañas?, ¿qué es aquella presencia amorfa y adaptable que se experimenta y
engloba todos los conceptos conocidos?, en diferentes partes del mundo, la han
llamado de muchas formas, llámese Dios,
Satán, Luz y Obscuridad, Bien y Mal, Yin y Yang, y todos los dioses de las
mitologías del mundo que eran ligados a estas poderosas fuerzas de la
naturaleza, siendo que tal actividad de nombramiento fue seguida incluso en las
historias que surgieron consecuentemente, llamadas como La fuerza, el espectro emocional, el Ki, el Chakra, el Cosmos, el Caos,
La locura, entre muchos otros nombres. El conocido ensayo “Mi origen del
mundo”, realizado, diseñado y escrito por mí, versa en un pasaje sustancial,
cómo llegué a bautizar ese “algo”, ese
“aquello”, como un conjunto de
energías vivas que se auto-imaginaron/crearon
para dar paso a todas las formas de posibilidad viviente en la realidad. Sin
embargo, es obvio que sin importar cuantos nombres le pongamos, seguimos sin
conocer su verdadero nombre, y apenas intuir una parte de su verdadera
“naturaleza”.
Tal conclusión resulta obvia, si imaginamos a un determinado
grupo de personas formando un círculo alrededor de una silla; es obvio
reflexionar que tal objeto será observado desde diferentes puntos, por lo
tanto, no estaríamos viéndolo de la misma forma, y tal perspectiva nos
significa algo distinto a cada persona, por la simple verdad de que somos
distintos. Pero sigue el eterno debate sin terminar, ¿qué es esa silla y cómo
se llama? Nosotros la nombramos así por necesidad, porque ligándolo a la
cuestión anterior…
¿Cómo se llama
aquello que ha sido llamado a lo largo de la humanidad, por mucho nombres?
Antes de que bien podamos
meternos en un problema al que me gustaría definir “tipo Matrix”, acerca de que si nuestra propia conciencia y percepción
humana nos limita de ver cierta verdad en
la realidad, ten en cuenta que la necesidad de nombrar aquello también es porque te significa algo importante, y aunque
descubrieras la verdadera naturaleza de aquello con un nombre aún desconocido
para la conciencia humana, tendrías noción del primer nombre con el que lo
conociste, y siendo que eso no lo hace más o menos real, si te permite una
conexión específica.
Tal conexión es lo que ha
permitido esa cercanía y esa traducción de la conciencia y conocimiento humano
a varias creaciones tangibles y visibles de la realidad, debido que aunque no
podemos bautizarlo como tal, nos envuelve, nos rodea, y nos ha permitido
descubrir en nosotros mismos lo necesario para trascender como especie y como
individuos.
Igualmente han permitido que
autores como Joseph Campbell, Vladimir Propp, entre muchos otros, debatieran
acerca de este advenimiento o amanecer de las historias en la conciencia y alma
humanas, lo que me permitió a mí a su vez, el plantearme cómo la imaginación
permite la fluidez de la percepción a nuevos terrenos de posibilidad, y cómo
llegan afectar nuestra vida cotidiana.
¿Qué son las posibilidades? Para
mí, son partes potenciales de la realidad, momentos específicos de la
existencia, en fin, la materia fértil del espacio y el tiempo, que permiten la
creación de vida nueva, y todo ello puede ser concebido con la mente. El ser
humano ya tiene cierto control sobre sus creaciones, tanto en significado como
en poder tangible dentro de la realidad inmediata, debido a la capacidad
latente de traducir nuestras ideas en diversas expresiones visibles para el
resto y para nosotros mismos, pero si decidiéramos ir un poco más lejos con
este proceso de creación, con el respectivo conocimiento y disciplina, teorizo
que podríamos llegar a la fuente misma de las ideas, al árbol de la historias,
a la conciencia prima, conocerla y comprenderla, para poder expandirla a
voluntad. Así, no sólo tendríamos acceso al poder de la creación, sino en
aparecer posibilidades distantes en el inconsciente primordial a nuestra propia
vida.
¿Cómo definir el alcance de tal
poder? Sé que es una teoría totalmente radical, por no decir fantasiosa, pero
viendo los avances de hoy en día, todos esos documentales y experiencias sobre
personas con poderes que podrían catalogarse como “sobre humanos”, como
levitación, telequinesis, la habilidad de ver espíritus, entre muchos otros,
¿cómo no imaginar el ir más lejos?, ¿cómo no concebir una existencia más grande
a partir de esos testimonios?
Aunque claro, aquí tengo que
definir en qué cosiste esa creencia y ese impacto que me llevó a tal teoría. En
otro de mis ensayos, “Escritos del poder
y la raza súper-humana”, hago una
clasificación seria y concisa sobre la definición del poder, su impulsor, y su
alcance, dividiendo su uso o control en habilidad,
súper-habilidad, y súper-poder, en razones de destreza y desenvolvimiento
con el que el portador vaya desarrollándolos. Queda verídico que todos tenemos
alguna habilidad, por muy mínima que sea, y tales dones se utilizan por motivos
distintos obteniendo alcances diferentes, tales como el escribir, cantar,
pintar, entre muchos otros. Las súper-habilidades,
como las he acuñado, son conocidas por diferentes medios en lo largo y
ancho del mundo, teniendo en cuenta que casos conocidos son pocos, y muchos
menos los que son verdaderos en cuestión, o al menos, yo no me he topado con ninguno.
El súper-poder, como muchos lo
conocemos hoy en día, yo lo proclamo como el último escalón tanto evolutivo
como mental de la especie humana, y el primero para caminos todavía más
grandes, debido a cómo el ser humano tiene ese potencial de expansión
perceptivo, espiritual y físico, además de las posibilidades significativas que
impliquen tales descubrimientos.
Este final, me lleva
desgraciadamente al inicio de mi travesía, porque tales conclusiones teóricas
me llevan al emblema de mi esencia. Como dije en un principio, tales
reflexiones me sobrecogieron durante la elaboración de algunas historias que
aún siguen en proceso de creación, cayendo en cuenta que al tratar temáticas
tan grandes, mis conocimientos y horizontes debían expandirse para hacer justicia
a las palabras que pronto utilizaré para dichos proyectos. Siendo así, en
resumen, la elaboración de esta teoría, el desarrollo del concepto de
posibilidad y todo lo que he abarcado con ella, aunque me gustaría creerla en
propósitos vivenciales, la concibo más que nada por propósitos literarios,
porque esta concepción de los imposibles como simples barreras a superar, te
permite manejar ideas y conceptos hacia nuevos caminos que te hacen crear cosas
extraordinarias. También, debo decirlo, la única razón por la cual no tenga un
propósito vivencial con la teoría, es porque no he tenido ninguna experiencia
directa de ese tipo, o algún indicio en concreto que me haya enseñado nuevos
pasajes de la realidad.
Sin embargo, tengo fe, y mi
esencia me dicta, como todo lo que escribo, que nada es imposible. ¿Es
descabellado imaginar cómo la realidad se fragmenta en posibilidades que hacen
de la existencia un ente vivo e infinito? Posiblemente, pero decido que así
sea, y estoy dispuesto a sorprenderme por cualquier cosa que vea en algún
futuro. Sé que he tenido experiencias de todo tipo, tanto destructivas como
placenteras, y todas me han hecho imaginar hacia el infinito y todo lo que
conlleva…quizá sólo espero y busco algo diferente, alejado de las ya tan
grandes maravillas y tenebrosidades de la raza humana, y me haga trasladar mi
imaginar hacia nuevos senderos. Hasta ese momento, es divertido reflexionarlo,
¿sería posible?, quizá no…o quizá si; he ahí su belleza.
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