miércoles, 30 de septiembre de 2015

Mi profecía.

Cordiales saludos, a mi público de todos y ninguno. He notado una creciente baja en las visitas de mi blog, y con mucha razón, ya que últimamente no he publicado nada más que una serie de cuentos y poemas, diferentes a mis acostumbradas publicaciones. Debo decir una sola cosa: lo lamento. No sólo le pido una disculpa a todo aquel que haya sido testigo de mis humildes palabras, sino también, como en el inicio de este espacio, a mí mismo. He permitido, que algunas situaciones y factores externos hayan violado mi persona, pervirtiendo mis objetivos, y haciéndome dudar de mí mismo. No…no dudar, sino hacerme creer que la duda es un signo de debilidad humana. Los sentimientos, nunca serán signos de debilidad, ya que los mayores poderes en la existencia se manifiestan a través de ellos, ya que mientras más grande el obstáculo, es más grande el triunfo.
Puedo decir, con respetables afanes de grandeza, que he triunfado sobre mí mismo, sintiéndome con mucha hambre de escribir, ya que aunque la desesperación y la ira han anidado en mi ser, esa emoción infantil de creación en ningún momento me ha abandonado, y eso puedo sentirlo en las lecturas que hago acerca de historias pasadas, historias que nacieron de mi propia mano, sintiendo esa calidez y deseo por seguir escribiendo hasta el infinito. Quiero concluir, con una profecía que determinará los momentos futuros de mis historias; no es una promesa, es un curso de acción que aplico inmediatamente.


La existencia es uno mismo…

Infinito reflejo de nuestro sufrimiento y equilibrio.

El gran poder, se fragmentó en posibilidades,

Y en toda historia yace el eterno viajero.

El caos regresa, y con ella, sus hijos;

Silencio y verdad nos harán libres,

Haciendo nacer al monstruo o al héroe.

Los límites recaen en la indecisión,

Y el renacer vendrá en el imaginar.

Donde la humanidad cayó en imposibles…

Sólo la decisión creará vida donde antes hubo muerte.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Y ahora, un cuento.

DECISIÓN.
Un final feliz.

Una vez tuve un sueño surgido del caos y la sangre; yo me encontraba parado ante la entrada de una utopía, y en ésta, había un proclamado guardián de la sociedad, enorme, de armadura cobriza, largas barbas, y muchos rostros envueltos en mantos opacos con miradas brillantes, donde me anunciaban el porvenir de tiempos mejores construidos sobre los cimientos de masacre y apocalipsis, llantos de bebés, risas dementes, muecas de indiferencia, y máscaras de todos los colores que ocultaban el alma de la humanidad, ¡la auténtica humanidad! No pude con esa visión, y lancé un grito con todas mis fuerzas, lanzando en él todo mi asco y rabia endurecida contra el titán de la moral; murió hecho pedazos, y yo desperté recordándome atado a una silla de un psiquiátrico para mi última consulta antes de mi ejecución.
Mi nombre no tiene importancia, sólo sé que soy, y tan soy, que recuerdo una vez, en una novela gráfica sobre H.P Lovecraft, que la única manera de mantener al caos alejado de esta realidad, era el poder de la complejidad que muchos escritores a lo largo de la historia han dado a sus palabras tratando de describir las figuras más obscuras de nuestro inconsciente desde el mismo génesis. Mientras más palabras complejas uses, más fuertes son las barreras de un mundo a otro; pero de así serlo, irónicamente aún me pregunto, ¿por qué me tienen aquí?, ¿por qué me dicen loco?, yo que sólo quería ser un buen escritor, amándola a ella por siempre.
Y atraída a mí como jugarreta de mi buen amigo el demonio, la psiquiatra Érice, entra en la dura habitación apenas iluminada con un diminuto foco suspendido entre las sombras; alta, de cabello largo, con una cara redonda y mejillas algo tenues, un cuerpo atlético de yegua indomable, tal y como la recuerdo desde la primera vez que la vi. Sus ojos delatan el deseo, al verme así, noche tras noche, sometido, vulnerable, siendo completamente esclavo de sus fantasías.
Inmediatamente se acerca a mí, dejando su carpeta llena de hojas con datos sin importancia, ya que a fin de cuentas, ella me conoce desde hace mucho tiempo. Estando incapacitado, ella baja mis pantalones, encontrando una verga encendida por la soledad y promesas calientes; se sube la pequeña falda hasta mostrar esas braguitas que no sirven para esconder la inmensa piel de su hermoso trasero; me tambaleo en la silla, ¡deseo devorar esa conchita tan pecadora!, ¿cuántos miembros de maniacos, violadores, suicidas y asesinos no habrá devorado esa inmensa cueva del placer? Por ello la llaman de muchas formas: puta de mil maniacos, dominatriz de demonios, y mi favorito… “la dama de las serpientes”.
La penetración empieza con un gemido dulce en la obscuridad, el cual aumenta por las embestidas que ella realiza al dejarse caer una y otra vez como una jinete que doma a un semental salvaje; mis risas del placer se ven opacadas por sus manos que presionan mi rostro hacia el espacio de piel entre sus enormes senos, el cual empiezo a saborear con mi fría lengua, sintiendo como sus pezones se endurecen cada vez más; carajo, ¿cuánto tiempo pasó desde la última vez…?, ¿días?, quizá meses. Mientras muerdo sus senos con una necesidad frenética, y ella dejando caer su culo sobre mi miembro, sintiendo las duras y forzadas caricias de su carne y mierda interior, mi mente viaja a las tardes de juego y risa antes del anochecer, donde ignorando a mi sombra, recuerdo las mordidas en el cuello, los rasguños, las caricias antes de poderosas fornicaciones, el olor de la piel sudorosa y el sabor de saliva y sangre envuelta en los gritos cantarines de orgasmos que cubrían toda la piel. Los besos, ¡ah, delicia!, fui al único que le permitió besarla por todas partes, y yo, el único que le permití morderme los labios como lo hace ahora en medio de tan rico trance. Darle por el culo siempre me volvió loco, sintiendo sus nalgas apretar mi pene hasta lo imposible, y todavía más cuando se giraba, aplicando fricción, dándome la espalda, sin poder evitarlo, noche tras noche queriendo romper estas malditas correas para poder explorar su cuerpo ardiente. Ella dio tregua, dejándome al aire, y colocando sus pies en los descansos de la silla; alzó su trasero hasta mi rostro, teniendo una vista espectacular, desde su sabrosa conchita, hasta su besable coño; pocas veces llegábamos a la posición de un sesenta y nueve inclinado…pero después de todo, hoy era un día especial:

La última noche sobre la faz de la tierra –siseé antes de que colocara todo su posterior en mi rostro.
Cállate, y usa la lengua en algo útil.


Y así lo hice: lamí y lamí hasta sentir entumida la lengua, pero aún continué cuando sentí la boca de la doctora chupándomela con un entusiasmo casi asesino, como el de la diosa que quiere extirparle hasta el último gramo de vida a su creación; el tan deseado orgasmo llegó a nosotros como un tsunami de desenfreno y perdición, gemidos y contorsiones de la piel, y la fricción alcanzó su punto de quiebre traducido en sudor y risas. Me siento Dios, puta madre. Ella se bajó de la silla, y yo me quedé ahí, sonriente, rígido, aun bebiendo entre risas y gemidos el semen, la sangre y la mierda de la sabrosa Érice, la cual degusté antes de engullir todo por mi garganta. Después, como un escalofrió, la verdad, ¡la perra niña de mil rostros!, aparece brincando a mí alrededor:


Sabías que se me ejecutaría hoy –no era una pregunta. Ella me miró, arreglando sus ropas con una sonrisa.
Si, así es –dijo, agachándose, acariciando su monumental cuerpo frente a mí–.  Y nada me causa mayor placer el saber que morirás sin haberme probado totalmente. Estoy aquí, para volverte loco en tus últimas horas de vida, gusano.


Se me endureció inmediatamente ante sus palabras, y quise pactar con dios o demonio que me dieran las fuerzas de romper estas malditas correas y posar mis manos en el cuello de tan miserable diosa; ella gozaba haciéndome sufrir así, desde el primer día que llegué a este lugar después de haber perdido mi última batalla contra el orden, ¡porque si!, había declarado una guerra masiva contra el equilibrio, lo justo, la moral, y la sociedad misma. Desde pequeño ésta me hizo sufrir, me hizo olvidar, en medio de tantas reglas, entre escuelas, trabajos, dineros, organizaciones y publicidades que dirigían al mundo matándolo lentamente, las personas que no se responsabilizaban de sus almas, de sus acciones, dejando todo en manos de gobernantes ineptos, universidades estúpidas, empresas masificadoras y consultorías de comunicación inútiles, compuestas por idiotas que predicaban un enfermizo evangelio de un futuro brillante para profesionistas y técnicos, quitando el error de la ecuación de la vida, con el único objetivo de limitar las emociones, cortar las posibilidades, dando la premisa de que si la vida es corta, hay que comprar más, ¿y por qué? ¡Por miedo! Por el maldito miedo de no poder dirigir sus vidas de otra forma. En un principio, les di posibilidad, elección…inocencia…y la despreciaron; entonces les di caos, les di destrucción, les di protestas que sacudieron el tejido social, fuego en las calles, lluvias de ácido, explosiones fenomenales…todo para terminar aquí. Mis elecciones me llevaron a esto, me dirigieron a este destino, lejos de las tardes de juego y risa antes del anochecer, y ahora sufriendo una tremenda frustración sexual antes de morir. Aún excitado, y algo ronco, rompí el silencio con una extraña pregunta:

¿Me extrañarás?

La doctora se congeló al instante, meditando la pregunta; caminó hasta donde estaba, y como el filo más puro que corta hasta la densidad más tenebrosa, así fue la bofetada cuyo sonido hizo eco por toda la habitación:

Extrañaré más a las personas que me quitaste, Zaratu.

Ese nombre, mi verdadero nombre, aquel nombre que pronunciado en sus labios suena tan lejano, y al mismo tiempo, tan inherente a mi ser; era cierto, le había causado mucho dolor, rencor, casi al borde de la locura, porque yo me entregué a ésta sin poder encontrar el camino de vuelta lo suficientemente a tiempo. Y sin embargo, henos aquí, juntos una vez más, en este maldito infierno de la tierra:

¿Entonces a qué viniste, realmente?

No importa cuánto tiempo haya pasado; la conozco, tan bien, que percibo otro motivo de su visita. Ella dejó de mirarme, y así se mantuvo por varios minutos. ¿Qué escondes?, ¿en serio viniste a verme sufrir? No…esa no eres tú, nunca lo has sido, y lo sé desde la primera vez que nos besamos…como extraño tanto esos besos; ¿cuándo cambiaron tanto las cosas? Sé que me espera el infierno, y el mismo Dios ya dictó su sentencia; mi ejecución no es más que una pequeña parte de su furia contra mí, por haber torcido su supuesta “bella creación”; he matado, he violado, he destruido, y he causado horror a mares en la sociedad, y aunque disfruté de todo ello, de llantos y risas, de sangre e intestinos, noches de espanto con cuervos y carroña…aún tenía miedo.

¿Alguna vez fui libre?

¿Me darías un último beso?

Sé que fue una pregunta estúpida, cursi, muy fuera de lugar, que ella respondió con su desdén, con rabia y escupitajos…pero es la única pregunta que yo sabía que le pegaría exactamente donde más le duele: en el recuerdo de nuestro último adiós. Creo que fue ese el motivo por el cual, sorpresivamente, se abalanzó hacia mí, tratando de ahorcarme, y cuando estaba por conseguirlo, había llegado el momento: mis verdugos iban a conducirme a mi última habitación. Se detuvo, y sin miedo, me soltó, por lo que me abalancé contra ella, ¿cuánto tiempo desde nuestro último beso aquella noche donde nuestros caminos se dividieron por el caos y la sangre?, las calles llameantes, los gritos de libertad, las miradas de miedo y duda, y yo alejándome por un miedo infantil de no saberme libre. Así corrían mis pensamientos lentamente, mientras yo le devolvía el favor inicial a Érice, rodeando su cuello con mis manos, y apretando iracundo, mirándola siempre a los ojos, esperando la extinción de su vida, hasta que tranquilizantes electrificados me hicieron perder el sentido de un camino obscuro…
…Después…una ráfaga de viento helado, donde se percibía la existencia de ceniza y putrefacción, un ambiente de sombras apenas iluminado por las incansables llamas que envolvían el psiquiátrico en el cual fui confinado. Juro por mi vida, por el caos, y por todo lo sagrado, que ésta, mi séptima reclusión, será la última; jamás volverán a atraparme con vida. Así es, no es la primera vez que me confinan a las sombras, sólo que esta vez…tuve una luz que me ayudó a mostrarme un camino alternativo. Mis besos continuaban sobre el cuello de Érice, quien sentada en el suave césped de un bosque lejano, igual miraba la destrucción del orden social al que pertenecía; veía nostalgia, pero igual determinación, la misma mirada del primer día de nuestro amor, la misma mirada del último día del mismo, e igual, la misma mirada con la cual pateó a los guardias con tranquilizantes, dándome la oportunidad de acabarlos, y escapar juntos. Nunca creí que esto terminaría como nuestra primera cita: nerviosos, pensativos, sin algo elocuente que decir…sólo seguía besándole las marcas provocadas por mi locura, jurando que nunca volverían a provocarle daño alguno:


Ellos nunca dejarán de perseguirte… –dijo después de un rato–. Nos darán caza hasta destruirnos.
Lo sé, y quiero ver que lo intenten…porque cuando los destruya, quiero que me vean llegar…
¿Me amas?, ¿a pesar de todo?
–…Siempre. Nunca pudo ser de otra manera…


Nos dimos un beso más, alejado del caos y la sangre, del horror y la lujuria, un beso alejado de todos los pasados, un beso más poderoso que el grito más terrible o el llanto más prologado, un beso que destruyó la sociedad que me rodeaba, e hizo crecer una nueva humanidad en mí; un beso que me sabía a paz, a calidez, ¿y por qué no?, a amor… ¡hasta un viejo bastardo asesino como yo puede sentir lo que es amor, maldita sea!. Los gritos de anarquía quedaron mudos ante el sabor de sus labios, tan complacientes, tan dulces, alejando los miedos. Por primera vez, en este camino obscuro, y en este nuevo mañana, al sentir nuevamente sus labios…fui libre.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Y ahora, un poema.

LA BELLEZA DEL TERROR
(Suspiro lujurioso en lírica libre)

La silueta no limita tu tiempo
Pues tus sombras desbordan tus encantos.
Recuerdo haberte visto aquella tarde,
Donde la luz y la obscuridad se acarician entre sí.
El brillo sombrío bañaba tu bella figura;
Tu feminidad palpitante me cautivaba
Entre colmillos arácnidos y caricias dulces.
Tus andanzas de seducción y tus prisiones de pecados.
Me quemaban tus caricias como flamas en el viento nocturno.
Tus risas me provocaban espasmos
Que me sabían a sudores, a tierra olvidada y a lluvias mañaneras.
Tu aliento de bosques tristes que guardan historias sin final,
Amoríos trágicos, palabras histéricas, sonrisas frías
Golpes secos, gritos sin oyente, gemidos forzados,
Justicia cansada, miradas encendidas, colores sin voz,
Música olvidada, éxtasis huecos, masacres tenues,
Pesadillas melodiosas, risas en el viento, noches de fornicación
Y promesas sin cumplir.
Amaneceres de silencio, silencio, silencio…
En tus sonrisas conocí demonios de la vida y ángeles de la muerte.
Conocí lo que era la dicha y conocí lo que era la tristeza.
Tu vientre en celo, deseoso, llamándome con canciones y lloriqueos
Que representaban obras de actos miles anhelando lanzar hijos
Al espacio y a todos sus cometas.
A tus bellos pies me rendí cuando entre lamentos me encontraste,
Besándolos como voto de devoción a tu presencia que irradiaba
Noches insomnes y paseos cotidianos.
Encendiéronme tus grandes glúteos los cuales me negaste con
Palabras afiladas como cuchillos de héroes.
Abracé tus cabellos de truenos a media noche y a murmullos bajo la cama,
Arrullé en mí tu mirada de demencia espectral y posesión onírica la cual me vendiste
A cambio de mi alma y de mi cordura.
En mi estado de gritos y súplicas, volviste la mirada para ver que tu reino se dividía,
Luces y sombras terminaban su comedia dando paso al cielo y al infierno de cada hombre,
E iniciando mi purgatorio y mi elección al sentir tu partida.
Un fugaz beso en los labios con sabor a rechazo y a máscaras blancas
De hipocresía y violencia.
A la luz lunar me enseñabas la espalda –alevosa belleza- donde a voz
Ronca pedía piedad por tu mano.
Es cierto que amantes he tenido muchas,
Pero sólo tú me has permitido sentir a la muerte sintiéndome vivo.

Maximilian de Zalce.

martes, 15 de septiembre de 2015

Cantos Guerríceos.

El caer del lucero y el renacer del fénix.

Que las lágrimas de la humanidad purifiquen esta tierra infesta, lugar donde el indomable león, atormentador de débiles, tritura a su presa con sus dientes abominables, esparciendo sangre y dolor en su camino y andar. Sin embargo, el andar del león es detenido por una furia de langostas hambrientas, que se abalanzan sobre la bestia quien lucha, en vano y con grandes bramidos, tratando de dispersar a los terribles invasores en los caminos de su carne. Poco a poco las langostas separan el hueso de la piel, dejando un vacío de intestinos desperdigados por tierra fértil, cuya sangre de a poco es evaporada por el calor sofocante de un desierto que se extiende en el horizonte, formando nubes inmensas sobre un escenario inmortal donde se nos muestran océanos de cadáveres humanos, que en cuya expresión de terror aún se logra divisar el batir de unas alas que dividen la esperanza de la condenación.
Oh númen mío…ya se escuchan las trompetas…y la canción del juicio final es acompasada con los cánticos de las almas atormentadas, unas en trance, otras en castigo, y algunas en camino de una nueva existencia. Que el poder de la verdad me libre de todo temor, oh inspiración, oh voluntad, y me otorgue la valentía del ángel Metatrón, cuyo padre fue único y primero, dando lugar a las cosas y a la humanidad, para poder escribir con las manos temblorosas de mi humana condición, la valentía de aquel legendario héroe, que sin gran linaje ni saber, escondía el glorioso destino de unificar toda una liga de seres prodigiosos, guiándolos a través del valle de las sombras de la muerte, contra la ira del lucero de la mañana.
Los sellos del abismo se vieron rotos, y los dragones de la muerte atacaron la tierra en medio de llamaradas azules que libraron la tierra de los putrefactos cadáveres. Una risa se hizo más grande, atravesando cual filo de helada condición por sobre los demás cantos de destrucción. Luzbel, Lucifer, aquel hijo del dios viviente, él reía, el gritaba su victoria, el reclamaba su posición como absoluto amo de la tierra, agitando todas sus alas dejando caer las plumas de su futuro reino, las chispas que liberarían la tierra de su viejo brillo, bañado en las lágrimas de dioses y ángeles pasados, que pasarían a ser las cenizas que construirían su nuevo imperio de orden absoluto.
Pero en ese momento, cual luz del sol que atraviesa la nube más densa, se produjo un choque entre las tinieblas de sangre que cubrían los cielos, liberando un espacio de posibilidad que Lucifer notó. Ladeando su divino rostro para observar este disturbio, el aire fue atravesado por el rugir silencioso de diez mil leones, convirtiendo el aire gélido del ángel caído, en el viento indomable de un huracán. Así fue como las alas del lucero dejaron de moverse, y las del renacido se movían con vigor mientras mantenía estampado su poderoso puño en el rostro del enemigo.
Ese, quien de un movimiento, de un pensar, apartó las nubes infestadas, y trajo el aire a la tierra, se llama Fixeo, hijo del terrible Leo, domador de leones y devorador de inocentes, y de Ia, reina de las amazonas desterradas y ama de los esclavos deseosos de su misericordia. Él, concebido en violación y sucio parto, tocado por el fénix, la divinidad del tiempo, dueño del futuro y el renacer, instruido por el poderoso Hércules y el animoso Sansón, el veloz Aquiles, y el estratega Énkidu, purificado en las lluvias del solemne Tlaloc y en los vientos del creador Quetzalcóatl, adiestrado en las artes del combate por el mujeriego Zeus y el preciso Odín, probado por Ra y juzgado por Vishnu. Sólo él, con un poder infame, que se hacía más grande con cada segundo, movió al autor del apocalipsis, dispuesto a darle lucha a muerte. Desenvainó la espada Sinkún, forjada por Efesto y los enanos nórdicos, en las llamas ardientes de los nueve dragones chinos, dotado de las energías de Tiamat, Plutón, Huitzilopochtli y Ravana, lanzándose en terrible vuelo, cual águila que va por su presa, hacia Lucifer.
Él ángel lanzó sus mil lanzas contra Fixeo, quien con el escudo de Ganesha, logró bloquear apenas para llegar a tierra y correr cual Aquiles entre los campamentos Troyanos, ¡ah con qué vigor corriste noble héroe!, porque si bien no diste golpe alguno al ángel, lograste salvaguardar una palomilla atrapada entre las extremidades de un cadáver que reconociste como el poeta Dantesco, aquel con quien pasaste tus años de exilio, comentando sobre diferentes ciencias y artes, hasta que lo viste partir su viaje hacia su amada. “¿Encontrase a Dios, viejo amigo?” te preguntaste en silencio, distraído, sólo para recibir una lluvia de sangre por parte del maldecido.

“¡Miserable animal! No eres digno ni para ser el alimento de Cancerbero. Pero te juro por la memoria de Virgilio, que honraré su tumba con una epopeya donde se narre el cómo mi espada cortaron tus alas celestiales”.
“No me asustas, Fixeo, hijo del devorador. Tus constantes amenazas no van más allá que las de un niño riñendo a su padre. Muéstrame de qué eres capaz.

Fixeo atacó con los mil golpes de Arjuna, con la patada de Heracles, la embestida de Eneas, pero nada sirvió para hacer retroceder al ángel. Lucifer llegó a él, atrapando la mano que portaba la espada de los dioses antiguos. Rápidamente trituró músculos y tejidos, haciendo que su espada cayera por los abismos que se habían formado en toda la tierra. Con un rápido movimiento, delicado como el aleteo de una paloma, Lucifer atravesó con su sable en el cuerpo de Fixeo, deslizando el silencioso filo cual serpiente en el grato espacio del edén, tentando a sus últimos alientos a salir de su carne castigada, cual primeros seres expulsados del lugar propicio. Fixeo sintió el metal infernal atravesar su carne, y sentía el beso de la muerte deslizándose tentadoramente por su cuello, enfriando sus sentidos. La mirada del ángel mostraba compasión, cierto aire solemne, pero se desfiguró a una mueca de placer al notar como el héroe abandonaba de a poco, el mundo terrenal.
En su inocente entender, había luchado, y había perdido, y todo parecía tan trivial, hasta que en su mano, durante un segundo, sus dedos flaquearon soltando a la inocente palomilla, aún incapaz para volar. Sus ojos inmediatamente se abrieron, tomando a la palomilla nuevamente y extendiendo sus alas hasta que ambos cuerpos, los del ángel y el mortal, se vieron envueltos entre plumas llameantes. Los gritos del ángel en ese momento, númen mío, serán recordados hasta la eternidad, dejando en las mentes y deseos de los futuros escribas, un profundo silencio, exactamente igual como el que hubo en aquel campo apocalíptico, cuando ambos seres fueron cubiertos por las llamas sagradas de tiempos inmemoriales, dejando el aleteo juguetón de una palomilla malherida, que silenció el sonido de las trompetas que anunciaron el final.

sábado, 12 de septiembre de 2015

¿Qué es el amor para mí?

TÚ RESPUESTA.
¿Qué miras en mí cuando susurro amor?

Página 1.

Prólogo.
por
Maximilian de Zalce.
Desvaríos de la ignorancia.
¿Cómo se nace, cómo se vive, y cómo se muere?

¿Qué es el amor? ¿Cómo se ama? Son preguntas muy traicioneras, complicadas para darles una respuesta definitiva…si es que existe. Eso me lleva a preguntarte, a ti lector, ¿qué razones te doy para que creas en mí? Soy escritor, desde luego, ¿pero por eso debo darte yo la respuesta?, ¿quién soy yo?, ¿qué has leído de mí? Quizá todo, quizá nada, no lo sé, pero sí sé decirte que no me siento con la obligación de entregarte una novela que lleve un discurso cogno-interpretativo y filosófico acerca de lo que es, en realidad, el amor, sus significados, sus enfoques, sus virtudes y circunstancias. No me siento obligado a ti, como tú no debes sentirte obligado a mí; desconozco enteramente el motivo por el cual tú llegues a avistar este conjunto de palabras, pero si ya lo estás haciendo por alguna razón, quiero decirte que se me hace burdo mostrarte una manera idealizada de lo que es el amor. ¿Qué dijo Federico García Lorca acerca del amor?, ¿qué dijo Octavio Paz acerca del amor?, ¿Qué dijo Edgar Allan Poe acerca del amor? No sé si este último dijo algo acerca de ello, pero el punto es… ¿Lo sabes? ¿No? Yo tampoco. Tengo referentes, tengo bases porque he leído, ¿por qué? Pues porque disfruto leer, disfruto seguir aprendiendo, sea como venga, antes y después…pero eso no significa que yo no sea tan ignorante como tú, o mejor dicho, que en los momentos de angustia, preocupación, pesadumbre, e incluso…inmadurez, no llegue a tener las mismas dudas que tú, acerca de este tema tan amplio que es el amor.
Yo me propuse en esta novela hablar sobre el amor, pero me di cuenta de que estaría diciendo lo que es para mí el amor, lo cual es comprensible, como todo escritor, ya que este espacio de hojas silenciosas y palabras cambiantes, lo utilizamos los individuos que queremos decir lo que queremos decir a través de nosotros mismos.
Podría decir lo que es para mí el amor, pero no tendría importancia, ¡no porque para mí no tenga sentido! Sino que está de más comentarlo por dos simples razones: tú no eres yo…y yo no soy tú. Para mí el amor fue…no lo sé…desde niño lo vi siempre de manera muy idealizada, lo que obviamente, me trajo consecuencias; me atrevo a decir que conforme fui creciendo, más la experiencia y las lecturas que tuve bien a desarrollar, tuve cierta consciencia de lo que provocaba…pero no lo que era. Después de eso, conforme leía a autores, y prestaba atención a diferentes enfoques de personas allegadas, tratando de percibir un patrón, y encontrar una respuesta única…comprendí, en cierto capítulo de mi vida, al saber lo que ella miraba en mi cuando le susurraba amor, que mientras más intentaba llegar al punto central, más me alejaba porque no veía la sutileza de una respuesta tan simple…mi respuesta.
Me arriesgo a anunciar que no existe una definición universal o definitiva de lo que es el amor, y por ello mismo, consecuencia de nuestra cultura sin identidad, decidimos no cargar con una responsabilidad propia al adoptar una forma más idealizada o controlada de lo que es. Aunque ya sabes, sólo son ideas mías. ¿Sigues leyendo esto? ¿Qué más quieres que te diga? Yo no tengo ninguna respuesta, o al menos no una que esté hecha para ti. Yo soy ignorante, y no tengo el conocimiento de grandes autores que han escrito novelas de amor a través de los milenios, y aunque tienen su mérito, y los respeto como tales… ¿importa?, ¿quién dice aquí en qué creer?, ¿qué razones te dan para que creas en ellos? Seguro las tienen, pero sus respuestas, son eso…sus respuestas, que bien tuvieron a atinar en algún capítulo de sus vidas… ¿por qué no mejor crees en ti mismo, y me das…tu respuesta? Espero escucharla con ansias, después de que aquí y ahora, escuches la mía.

Página 2.

Capítulo…

Elijes vivir.


Así se ama.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Fortuna del corazón.

La historia del mamodo que quería ser rey.

Alerta extrema de "spoilers".
Recuerden que para ver mejor las imágenes, simplemente denle un click.

Como bien lo conocimos en nuestro país todos aquellos que llegaron a ver la caricatura, es un anime y manga cuyo verdadero título es Konjiki no Gash Bell, que nos habla de las andanzas y luchas que giran en torno al rubio del relámpago llamado Zatch Bell. Hace mucho tiempo, en mi adorada infancia, tuve la oportunidad de verlo hasta altas horas de la noche, ya que no me importaba la falta de sueño que tuviera en el siguiente día, mientras pudiera rememorar las grandiosas batallas y momentos que me trajo esta maravillosa historia. Cabe mencionar que fue de las pocas series que nunca llegué a terminar en su momento, ya que el canal donde lo veía dejó de transmitirlo antes de que pudiera ver más episodios. Por azares del destino, muy afortunados por cierto, llegué a terminar de ver por completo el anime televisivo, lo que me lleva a decir que la razón de mis breves palabras, es para mostrarles la tan gran historia que es esta, además de contarles del tan maravilloso y simbólico impacto que tuvo en mí, el haber empezado el manga, justamente en la parte donde termina la caricatura, encontrándome con una diferencia abismal en cuanto al significado que engloba toda la serie.
Zatch Bell, nos cuenta la historia de una formidable batalla que se realiza cada 1000 años, donde 100 niños mamodos, provenientes de un mundo alterno al conocido, son enviados a la tierra para hacer equipo con un compañero humano, y lidiar una lucha donde el más fuerte será nombrado rey de su mundo natal; nuestro protagonista es uno de esos tantos participantes, pero a causa de una venganza personal en su contra, sus recuerdos son borrados, estando perdido en un combate que ni siquiera sabe su razón de ser, pero gracias a la ayuda de su compañero Kiyomaro, ambos se enfrascarán en todo tipo de encuentros y aventuras para desentrañar poco a poco los misterios del pasado, y en consecuencia, provocar cambios para un brillante futuro.


La historia inicia con cierta normalidad, donde Zatch, al lado de su compañero humano, tienen que lidiar con algunos oponentes para poder sobrevivir; seguro se preguntarán, ¿cómo luchan el mamodo y el humano juntos? Pues bien, a cada mamodo, en el mundo humano, se le dota de un libro con conjuros, los cuales sólo pueden ser activados por quien escogió el libro, y de esa forma tendrán que ser compañeros hasta el final de la batalla. ¿Cómo derrotas a otros mamodos? Pues en eso mismo participan los libros que se les otorga a los humanos escogidos, ya que si estos son quemados, el mamodo regresa a su mundo perdiendo toda oportunidad de volverse rey, así de simple; cabe destacar que un mamodo no puede quemar su propio libro de conjuros, incluso, un mamodo puede morir aunque su libro esté intacto. No se sabe a ciencia cierta qué sucede si el dueño del libro muere, aunque se ha sugerido que se le otorga un nuevo compañero al mamodo, aunque sólo son especulaciones.
Los tipos de ataques que realiza un mamado varían, al igual que su intensidad, ya que los libros reaccionan a las emociones humanas, siendo éstas su principal fuente de poder; es fácil activar el libro con emociones inmediatas como el enojo y el odio, sin embargo, otras emociones ligadas a pensamientos, como el deseo de protección, o la voluntad de lucha, son motores mucho más perdurables en una batalla, haciendo que los conjuros se disparen a niveles increíbles. Cada mamodo empieza con un conjuro, pero conforme los corazones y trabajo de ambos se vayan coordinando, irán revelándose nuevos poderes para la lucha.
Mientras nuestros héroes van luchando, al mismo tiempo, ambos van estrechando lazos muy profundos, y aquí hago un hincapié especial por el detalle del cambio que se consigue en ambos, mientras más están juntos. Kiyomaro era un solitario hasta que este niño rubio llegó a su vida, enseñándole no sólo el dolor tan terrible que a veces nos puede crear una soledad auto-impuesta, provocada por el miedo y la desconfianza, sino que también nos enseña el valor de crear lazos profundos con las personas, y cómo la confianza puede trascender no sólo en tu interior, sino llegar incluso con otras personas. Tal cambio se traduce en un poder muy grande para el libro de conjuros, lo cual hacen que perduren a través de cada encuentro. Es en este punto donde este dúo vive una experiencia que marcó a ambos hasta el final de la historia; en una de las tantas batallas contra mamodos, ambos se encontraron con una mamodo que no quería combatir, pero debido a sus poderes, era obligada a luchar, y para evitar tal sufrimiento, le pide a Zatch que queme su libro, con la promesa de que él se convierta en un buen rey para gobernar, y terminar con las batallas mamodo para siempre.



Aquí la historia se divide en tres grandes sagas, donde Zatch y Kiyomaro tendrán que enfrentar a duros oponentes. También considero importante mencionar que aquí se hace una especie de alianza entre algunos de los mamodos incidentales, para enfrentar a oponentes que utilizan métodos extremistas para llegar al trono de su mundo; dichas alianzas se fueron perdiendo conforme las batallas que se iban librando, por el simple hecho de que por muy amigos que resultaran ser, sólo podía haber un ganador, aunque no lo tomaban como algo doloroso, ya que optaban que eso era lo mejor por el bienestar del mundo mamodo, ya que el futuro dependía de las acciones de un rey noble.

LA BATALLA CON LOS MIL AÑOS.


Esta no es mi parte favorita de la historia, pero eso no le quita lo excepcional a este enfrentamiento. Zophise es un mamodo especial, ya que puede influir en los pensamientos y corazones de tanto humanos como mamodos, por lo que controlando a su compañera, elabora un astuto plan para tener un camino seguro al trono de su mundo. Resulta que en la batalla anterior, un mamodo llamado Stone Golem, tenía el poder de convertir a sus oponentes en piedra, y debido a ese tipo de conjuro, sus enemigos se quedaban atrapados en piedra, perdiendo la oportunidad de luchar, incluyendo la incapacidad de regresar al mundo mamodo…al menos hasta que llegó Zophise. Logró liberar a todos esos mamodos, otorgarles nuevos dueños, y finalmente tener su ejército para convertirse en rey, a lo que Zatch, y otros aliados, no estaban dispuestos a permitir.


Aunque algunos de los mamodos despertados de hace mil años, poseían unos poderes bestiales y destructivos, eso no fue problema para que el rubio y sus compañeros lograran hacerles frente y terminar con ese terrible plan. De todas maneras, su verdadero oponente era otro viejo enemigo, debido a que Zophise cometió el error de controlar a su compañera Koko, quien era la mejor amiga de una chica llamada Sherry Belmont, poseedora del libro de conjuros negro, quien le daba fuerza a uno de los mamodos más fuertes, conocido con el nombre de Brago.


Después de una larga lucha, Brago terminó derrotando a Zophise, pero los recuerdos de atrocidades cometidas por mano propia de su compañera Koko perdurarían, cosa por la que Sherry sentía un profundo dolor al realmente no poder salvar a su mejor amiga. Pero la intervención de Brago hace que Zophise se atemorice, amenazando que nunca escapará de él, provocando finalmente que el mamodo manipulador modifique los recuerdos de Koko.


Finalmente, los mamodos nobles vencieron, haciendo la promesa, cosa que ya se había mencionado antes, acerca de quien triunfe, se convertiría en un rey bueno para el mundo mamodo. La alianza se mantuvo, hasta que apareciera el próximo enemigo.


ENFRENTAMIENTO ENTRE HERMANOS.

¡Esta es mi parte favorita! Precisamente la saga en la que termina la caricatura, y donde inicié el manga. Como siempre, les cuento desde un inicio.
En esta saga se habla de Faudo, que es un cuerpo de batalla mamodo, un ser gigantesco de tal magnitud, que es capaz de cruzar medio mundo nadando en tan sólo unas horas; tal poder puede ser manipulado, por lo que algunos mamodos se encargaron de traerlo al mundo humano, dispuestos a romper su sello para obtener control total de esta arma de devastación masiva. Para romper el sello, se necesita un increíble poder, lo que equivale a un gran grupo de mamodos interesados, dirigidos por uno llamado Leo. Sabiendo que no tenían el poder suficiente, el ya mencionado lanzó una maldición a cuatro individuos humanos, con la amenaza de que si no lograban romper el sello, ellos morirían; Zatch, y su compañero Kiyomaro, no estaban dispuestos a consentirlo, tomando la decisión de que nadie moriría: salvarían a todos y derrotarían a Faudo costara lo que costara.


Con la elección tomada, comienza una serie de batallas increíbles hasta la resurrección de Faudo, donde Leo, es el único que toma el control de tal arma, sólo para que ésta le sea arrebatada poco después por uno de los personajes más poderosos de esta serie, nada menos que por el hermano gemelo relámpago plateado de nuestro protagonista, Zeon Bell.
La caricatura concluye en una corta batalla entre los gemelos, donde al principio Zeon tiene todas las de ganar, pero Zatch activa los poderes ocultos dentro de sí, despertados por los corazones de sus amigos, logrando emparejar en fuerza a su hermano, culminando en un poderoso ataque final, donde el libro del malvado es destruido y éste devuelto al mundo mamodo. Faudo, al no tener control, está dispuesto a destruir Japón, cosa que logra impedir Zatch con su nuevo poder, destruyendo al monstruo completamente. Al final hay una secuencia donde el rubio se encuentra con el ya antes mencionado Brago, dispuestos a luchar por el reinado del mundo mamodo.
En el manga, no sólo la historia continúa, sino que se muestra una faceta de los personajes bastante interesante, ya que con sólo unos diálogos, la batalla hasta ahora da un giro radical.
Zeon se presenta como el hermano gemelo de Zatch, y revela que él es el responsable de borrarle los recuerdos al principio de la lucha. El rubio al preguntarle el porqué de tanto odio en su contra, se comienza a contar una historia donde se averigua que el padre de ambos es el actual rey del mundo mamodo, y sólo él ha permitido esta batalla entre mamodos por el derecho a la corona, cosa que deja desolado a Zatch por unos momentos. Zeon desde niño ha tenido un riguroso y estricto entrenamiento mientras que a su hermano menor se le alejó de la familia real porque su padre le había heredado un poder llamado “Baou”, que no es otra cosa que el cuarto conjuro de Zatch, Baou Zakeruga, donde se manifiesta un enorme dragón hecho de relámpagos dorados. Ante este descubrimiento, Zeon termina odiando a su hermano, recriminándole a su padre en una ocasión el porqué se le heredó tal poder a su pequeño hermano, dado que él se sentía superior para obtenerlo; cosa que el padre no responde directamente.


Una vez explicado esto, se produce una batalla titánica entre los dos hermanos, y aquí quiero hacer un paréntesis especial para mencionar los poderes que Zatch ha alcanzado hasta ahora.

        ZAKERU       



Una descarga eléctrica disparada por la boca.
Primera aparición: Núm 1. Konjiki no Gash Bell.

RASHIRUDO.



Consiste en un escudo eléctrico capaz de reflejar los ataques enemigos.
Primera aparición: Núm 6. Konjiki no Gash Bell.

JIKERUDO.



Una esfera de energía capaz de magnetizar a tus oponentes.
Primera aparición: Núm 20. Konjiki no Gash Bell.

ZAKERUGA.



La versión mejorada del conjuro Zakeru, donde concentra el poder en un solo punto.
Primera aparición: Núm 74. Konjiki no Gash Bell.

RAUZARUKU.



Multiplica las habilidades naturales del portador.
Primera aparición: Núm 97. Konjiki no Gash Bell.

ZAGURUZEMU.



Potencia los ataques eléctricos, ya sea acumulados en el oponente, o utilizados en conjunto con los que se van a usar.
Primera aparición: Núm 155. Konjiki no Gash Bell.

TEOZAKERUGA.


El poder definitivo del conjuro Zakeru.
Primera aparición: Núm 255. Konjiki no Gash Bell.

BAOU KUROU DISUGURUGU.



Una garra con un poder destructivo, manipulada por la consciencia del portador.
Primera aparición: Núm 254. Konjiki no Gash Bell.

GANREIZU ZAKERU.



Una estela de cilindros que interceptan los ataques enemigos.
Primera aparición: Núm 254. Konjiki no Gash Bell.

MAAZU JIKERUDON.


Una esfera de energía magnética concentrada que permite distorsionar los ataques enemigos.
Primera aparición: Núm 256. Konjiki no Gash Bell.

EKUSERESU ZAKERUGA.


Una flecha de energía eléctrica de gran tamaño y largo alcance.
Primera aparición: Núm 313. Konjiki no Gash Bell.

JIOU RENZO ZAKERUGA.



Un dragón de energía eléctrica, veloz para dar un golpe al adversario.
Primera aparición: Núm 313. Konjiki no Gash Bell.

BAOU ZAKERUGA.



El poder heredado de su padre, un gran dragón hecho de energía eléctrica, que puede ser tan grande como la voluntad del portador. No sólo tiene un gran alcance destructivo, sino que también es capaz de drenar el poder  tanto energético como emocional de cualquier ataque y oponente.
Primera aparición: Núm 51. Konjiki no Gash Bell.

Es con este conjuro con el que quería terminar el listado de los poderes, porque este conjuro es la razón de tanto odio en el corazón de Zeon.


Era momento del golpe final, donde el poder de Zeon representado en su conjuro máximo, cargado de todo su odio y rabia, iba a chocar contra el deseo de protección y buena voluntad de su hermano en su último golpe.


Sin embargo, al momento de lanzar el legendario Baou Zakeruga, Kiyomaro siente un poder maligno, el cual se manifiesta con la forma de un dragón terrible, totalmente contrario a la mística figura que inspiraba respeto y seguridad.


Y con esta terrible aparición, se sabe la verdadera naturaleza del Baou, el cual como leímos en la descripción anterior, le permite absorber la energía de los ataques, pero dado que Zatch no tenía un control real sobre la verdadera forma del conjuro, éste empieza a consumirlo a él, cosa que llama la atención de Zeon. Aquel hermano lleno de odio al ver a los ojos del gran dragón de su padre, pudo darse cuenta de la verdadera razón por la que no se le heredó tal poder, ya que quien tuviera este terrible poder, sería incapaz de dominarlo. Su padre, el rey mamodo, la única razón que tenía de abandonar su poder es que con el tiempo se volvía incapaz de controlarlo, por lo que decidió dárselo a Zatch y alejarlo de su familia para que nunca tuviera que despertar aquel poder tan lleno de rencor y hambre de destruir. A duras penas, Kiyomaro logró que el Baou dejara de consumir a Zatch, cosa que Zeon aprovecha para asestar un gran golpe al dragón, y hacerlo desaparecer; la batalla todavía continúa. El rubio queda noqueado por usar su conjuro más fuerte, así que sus amigos intentan protegerlo hasta que se recupere, tiempo que Zeon aprovecha para reflexionar la verdadera intención de su padre, de liberarlo de tal carga; aquél reflexiona sobre todas las atrocidades que hizo para llegar hasta ese punto, todo ese odio auto-impuesto por una respuesta que desconocía, dejándolo sólo con una pregunta: ¿quién es merecedor de tal poder? Con los corazones listos y el odio a flor de piel, estaba dispuesto a lanzar nuevamente su ataque final, preparado para saber si Zatch realmente merecía tal poder y el título del rey, e incluso, saber si su deseo de protección podía más que todo su odio. De todas maneras, su reto no se hizo a esperar, ya que el rubio del relámpago despertó dispuesto a dar su ataque final.


Ambos ataques se dispararon nuevamente, en un choque titánico entre el odio y el amor, no sólo representado en sus conjuros, sino también en cada uno. El conjuro volvía a consumir a Zatch, a lo que éste decidió poner un alto definitivo al intercambiar unas palabras con el gran poder, sabiendo que a lo largo de su vida, cuando su padre lo creó, lo utilizó para defender a sus seres queridos de personas malvadas, pero al hacerlo, el Baou absorbía todo ese poder maligno hasta finalmente corromperse, pasando a ser sólo una fuerza de destrucción sin conciencia verdadera; Zatch motiva al Baou a que olvide ese hambre de muerte, y se concentre en proteger a sus seres queridos, que se convierta en esa fuerza de la justicia, porque la voluntad de proteger aquello que amas es mucho más grande que cualquier rabia concentrada en uno.



El Baou Zakeruga retoma una forma totalmente nueva, más grande y poderosa a causa de la voluntad de Zatch, logrando devolverle la pelea a Zeon, y al ver eso, éste decide aumentar todo su poder en el último gran golpe.


Ambos poderes se ven rivalizados, hasta que Zatch, por la naturaleza encontrada de su ataque, logra sentir el tan terrible odio de su hermano y su compañero humano, pidiéndole a su conjuro consumir todo ese gran rencor, drenando la energía del ataque, transformándola solamente en voluntad y amor, cosa a la que Defaux, el compañero de Zeon, se conmueve.


Zeon al ver cómo Defaux queda conmovido ante tal acto de valentía de Zatch, el ver cómo éste no se deja consumir por la rabia, sino que se mantiene con la idea de salvarlo también, hace que él encuentre la respuesta del porqué no se le heredó tal poder, terminando por recibir el gran ataque de su hermano menor.


Después de la batalla, Zatch se acerca a su hermano, Zeon, con el que comparte unas cuantas palabras, recalcando el hecho de que finalmente comprendió que tantos años de odio no significaban nada, ya que no entendía el gran amor que le tenía realmente a su hermano, y todos esos años que pudieron haber compartido juntos. Zatch lo perdona, diciéndole que volverían a ser una familia.


Desafortunadamente, a causa del gran conflicto, el amuleto que mantenía a Faudo controlado se destruye, por lo que la gran bestia se dispone a destruir Japón entero. Zeon le presta sus últimos gramos de poder a su hermano menor, diciéndole que él es más que capaz de protegerlos a todos. Así finalmente Zatch y Kiyomaro salen del monstruo, y deciden hacerle frente con un ataque magistral potenciado por el amor entre dos hermanos.


BATALLA POR EL TRONO.

Con sólo diez mamodos en el mundo humano, la batalla se pone más intensa al saber que el ganador del conflicto, podrá moldear el mundo mamodo como el rey lo prefiera; las cosas se complican cuando uno de los diez mamodos restantes, tiene el deseo de eliminar el mundo mamodo para siempre. Aquí comienza la saga de Clear Note.

                                                                                                                                                                                                                       
D
Dueño de un poder abrumador, este mamodo planea la extinción de todos los de su raza al volverse el rey, cosa que nuevamente pone a Zatch y a sus aliados en el juego, dispuestos a detener a este nuevo enemigo. En lo particular no me impactó tanto esta parte como la anterior, ya que lo único resaltable es que en esta saga de los 10 que había, logran sobrevivir 5 para “enfrentarse” a Clear, y para ello, todos deciden entrenar alcanzando un nivel de poder que me gustó mucho ver en todos los personajes que se han mantenido hasta estas alturas de la historia, pero a final de cuentas, sólo Zatch y Brago quedan para enfrentarse a este mamodo.
Para vencer a tan formidable oponente, hizo falta que el libro rojo de Zatch alcanzara una característica singular como héroe unificador, logrando que todos los seres en el mundo mamodo lograran prestarle su poder para estar a la par de Clear Note, derrocándolo con su conjuro más poderoso.


Esta es una característica que ya me esperaba, porque esto es algo que ya se ha visto en otras historias de esta índole, donde el héroe necesita el poder de sus seres queridos, logrando ataques descomunales; por citar algunos están Dragon Ball Z, Shaman King, Shinzo, Digimon, One Piece, Saint Seiya, entre otros.
De todas maneras, aunque fuera algo esperado, no cambia el significado que se ha estado llevando a lo largo de la historia: el poder limitado de una persona sola, y la trascendencia que puedes lograr si otorgas un poco de confianza a tus seres queridos. No significa que dependas de los demás, en lo absoluto, sino que mientras toda acción provenga de un amor propio, conseguirás lo que te propongas; obviamente siempre tendrás personas con las que puedes contar, y cada una de ellas te enseñará algo para que puedas afrontar la adversidad, pero al final, en la esquina más alejada del mundo, sólo te tendrás a ti mismo, y mientras exista amor, confianza, pasión, ¡mientras exista vida, pues!,  podrás lograr cualquier cosa si así lo deseas.


Una vez concluida la batalla con Clear Note, había aún una batalla pendiente, en la cual se pelearía en igual de condiciones para decidir quién puede ser llamado rey: Zatch contra Brago.


Y para no hacer el cuento largo, aunque la batalla es muy pareja al principio, la victoria se inclina hacia Zatch, convirtiéndose así en el rey del mundo mamodo. Aquí sucede algo interesante, donde el libro declara al ganador, y al hacerlo, le dice a Kiyomaro que tiene la opción de recibir una recompensa, a lo que él responde que la verdadera fortuna reside en su corazón. El libro lo felicita, ya que ese brillo permitirá que siga con su vida hacia un claro futuro; después, los insta a que preparen sus corazones para la despedida.


Por eso me gusta tanto esta historia, por el mensaje de que la respuesta para todo está en uno mismo, ya que sólo eso te permitirá afrontar la adversidad. No puedes dejar que cosas como el miedo, la desconfianza…incluso el odio, te nublen…eso sólo provocará que te destruyas a ti mismo; habrá personas en tu vida que te enseñarán algo, y eso tú lo utilizarás para tu vida, porque finalmente quien percibe esa confianza en alguien más, en algo más, eres tú, y sólo tú. Esa es la verdadera victoria: el poder observar con una sonrisa la vida, como si miraras una fotografía, porque es donde puedes ver el cuadro completo de todo lo que te conforme, lo cual te acompañó desde un inicio hasta el final.


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