Cordiales saludos, a mi público
de todos y ninguno. He notado una creciente baja en las visitas de mi blog, y
con mucha razón, ya que últimamente no he publicado nada más que una serie de
cuentos y poemas, diferentes a mis acostumbradas publicaciones. Debo decir una
sola cosa: lo lamento. No sólo le
pido una disculpa a todo aquel que haya sido testigo de mis humildes palabras,
sino también, como en el inicio de este espacio, a mí mismo. He permitido, que
algunas situaciones y factores externos hayan violado mi persona, pervirtiendo
mis objetivos, y haciéndome dudar de mí mismo. No…no dudar, sino hacerme creer
que la duda es un signo de debilidad humana. Los sentimientos, nunca serán
signos de debilidad, ya que los mayores poderes en la existencia se manifiestan
a través de ellos, ya que mientras más grande el obstáculo, es más grande el
triunfo.
Puedo decir, con respetables afanes de grandeza, que he
triunfado sobre mí mismo, sintiéndome con mucha hambre de escribir, ya que
aunque la desesperación y la ira han anidado en mi ser, esa emoción infantil de
creación en ningún momento me ha abandonado, y eso puedo sentirlo en las
lecturas que hago acerca de historias pasadas, historias que nacieron de mi
propia mano, sintiendo esa calidez y deseo por seguir escribiendo hasta el
infinito. Quiero concluir, con una profecía que determinará los momentos
futuros de mis historias; no es una promesa, es un curso de acción que aplico
inmediatamente.
La existencia es uno mismo…
Infinito reflejo de nuestro sufrimiento y equilibrio.
El gran poder, se fragmentó en posibilidades,
Y en toda historia yace el eterno viajero.
El caos regresa, y con ella, sus hijos;
Silencio y verdad nos harán libres,
Haciendo nacer al monstruo o al héroe.
Los límites recaen en la indecisión,
Y el renacer vendrá en el imaginar.
Donde la humanidad cayó en imposibles…
Sólo la decisión creará vida donde antes hubo muerte.
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