domingo, 6 de septiembre de 2015

Mi historia favorita.


SPAWN.


“Ser superhéroe es demostrar que todos son superhéroes”.

¿Qué es un superhéroe para mí? En mis inicios, no hubiera podido dar con una respuesta clara, al haber sido maravillado por las extraordinarias andanzas de diversos personajes que conformaron mi infancia. Ser superhéroe, el llevarlo a la acción realmente, implica muchos otros conceptos como justicia, bondad, poder y sabiduría. Años después, aparte de darme cuenta de que ser superhéroe englobaba conceptos ilimitados mucho más allá de los terrenos de la imaginación, siendo utilizados algunos verdaderamente llegado el momento, supe que entre todos los que encontré uno destacaba dentro de mi mente en días de obscuridad. Aquellas tinieblas se volvieron más tenues con colores carmesí, el día que me crucé con uno de los seres más simbólicos en el universo del cómic.
El día que me crucé con este personaje, fue en realidad por mera casualidad, cuando descargaba diversos cómics por internet. Una primera lectura del primer número de este personaje, me hizo quedarme con las ganas de leer más; una segunda lectura bastó para sentirme bombardeado por tantos símbolos y figuras que se manejaban dentro del estilo del cómic; una tercera lectura, bastó para que pudiera darme cuenta de que aquello que tanto definía a un superhéroe, era la propia elección, la cual podría llevarlo tanto a la creación…como a la destrucción. Aunque claro, para este personaje, ambas cosas, iban de la mano.
Saludos nuevamente a mi público de todos y ninguno. En esta ocasión, vengo acompañado de un gran personaje; una gran inspiración mía como podrán notar todos aquellos que ven la cabecera de mi blog, además de un ser que me enseñó lo importante de enfrentar tus propias elecciones. Les estoy hablando de nada más y nada menos que Spawn. Sería más sencillo mostrarles directamente el tema central de este escrito, pero como se trata de un personaje muy especial para mí, además de que tengo muchas ganas de escribir, comenzaré contando un poco la historia del personaje, poderes, habilidades y conflictos, para que se den una idea de la importancia simbólica que tiene este ser, dentro de la figura del ser humano.
¿Quién es Spawn? A muy grandes rasgos, nuestro protagonista se llama en realidad Al Simmons, un agente entrenado de la CIA del gobierno estadounidense, todo un héroe de guerra y asesino profesional, hasta que fue traicionado por sus superiores en un plan con las fuerzas demoníacas para entregar su alma a los abismos del infierno, donde tendría que vérselas con Malebolgia, el amo del octavo círculo del infierno, lo cual es inspirado obviamente en la Divina Comedia, siendo llamado el octavo círculo del infierno como Malebolge, donde descansan los fraudulentos, los que traman engaños, y en esta historia se hace honor total a ese detalle al proponerle un trato a Simmons: su alma, a cambio de volver a ver a su esposa. El soldado obviamente acepta, a lo que con una risa siniestra, empieza la interminable cruzada de dolor de Al, y su búsqueda de libertad como un Hellspawn, un demonio creado con necroplasma infernal con un solo propósito: completar su entrenamiento y volverse el general de las hordas infernales en el próximo Armagedón. El demonio cumplió su trato…a medias, enviando nuevamente a Al Simmons a la tierra, como un demonio, y cinco años después de su muerte, sólo para encontrarse que su esposa Wanda se había casado con su mejor amigo, Terry, formando una familia al haber concebido una hija llamada Cyan. Ahora Spawn tendría que lidiar con los enemigos de su actual estado, los misterios de su amor perdido, y la lucha por encontrar la verdadera libertad.
Spawn nació del genio de un artista y dibujante independiente llamado Todd McFarlane; él, junto a varios allegados, crearon la distinguida editorial Image Cómics, donde los artistas podían publicar sus creaciones sin necesidad de ceder derechos de autor, y fue esa la particularidad donde le permitió al ya mencionado creador, retomar al personaje de su infancia, para volverlo un verdadero emblema dentro de las historia de los cómics.
Realmente no puedo decir algo que me impactara en particular, ya que todo lo que había en ese cómic, impactó en mí: la historia, los personajes, la crítica, los símbolos, los diálogos, las ilustraciones, todo en sí, y me tomaré un momento para irme con cada uno. El tema de por sí, es increíble, y cómo se van entrelazando las circunstancias de cada personaje en una historia inolvidable, ya que más allá de mostrar a un típico antihéroe, vemos el camino de un hombre en búsqueda de sí mismo, en busca de ese tan anhelado equilibrio a través de un trayecto tortuoso sólo para encontrar la redención. Esta historia ha proliferado a muchos personajes destacables, tanto aliados como enemigos, cada uno mostrando un rasgo distintivo que lo hace único, y por lo mismo, simboliza algo dentro de la narrativa. Un detalle singular por el que destaca este cómic, es que más allá de lo que muchos podrían pensar, no critica una cosa: ¡critica todo!, desde la religión y sus cuestiones de adoración, hasta el sistema gubernamental de un país y sus métodos de dominación; eso sí, y he lo llegué a notar pasado el tiempo, es que este autor, por lo que me transmite la historia, tiene la figura del ser humano como la creatura más transcendental de todas, ya que una sola decisión basta para llevarlo, como he dicho antes, tanto a la creación, como a la destrucción, incluyendo por supuesto la complejidad en la que tanto las dos anteriores se entremezclan en determinadas situaciones. Tal crítica se ve presentada por increíbles ilustraciones, donde se exageran los rasgos de toda cosa hasta el punto de hacerla parecer grotesca, ya que uno al leer el cómic nunca sabe qué mundo es peor, si el infierno, la tierra, el purgatorio, el cielo, entre otros, porque todos tienen algo así, un aspecto obscurecido encerrado en su naturaleza, además cabe destacar que tales mundos, unos más que otros, son el reflejo mismo del interior de sus habitantes.
Notando que este cómic es de gran contenido, pasaré a mostrarles los siete momentos más extraordinarios del cómic de Spawn. ¿Con qué criterio? Pues principalmente qué momentos fueron más impactantes para mí, por lo que más allá de la objetividad y análisis de tales, tendrá mucho más de carácter subjetivo. Cabe señalar que utilizaré sólo momentos utilizados en el arco argumental principal de la historia, por lo que diversos especiales aunados a la historia original no serán tomados en cuenta (y miren que “La maldición de Spawn”, tiene sus méritos) Así que sin más, comienzo.

NÚMERO 7. La prisión de los héroes.

Ubicado en el número 10 del argumento central, con una historia titulada “Más allá”, creada por Todd McFarlane, Dave Sim, entre otros, nos habla de cómo nuestro protagonista aterriza en un extraño mundo donde sufre una especie de fragmentación, donde su personalidad se divide en el Spawn actual, y la otra en el Spawn todo poderoso que controla su poder.


La personalidad de él, que dice “no ser Spawn”, y tiene control absoluto de sus poderes, se tele-transporta a una zona del infierno, el nivel siete para ser preciso, llamado Érebus. Al entrar a esa zona, se encuentra con una hilera de hombres atados y rostros cubiertos, sufriendo y llorando en silencio, dirigiéndose a unas terribles llamas.


Pasando eso, nos encontramos con uno de los momentos memorables de este cómic, donde Spawn se encuentra frente a frente con una gama de brazos pertenecientes a varios superhéroes y supervillanos de la industria DC y Marvel, que sobresalen por los barrotes de una enorme y reforzada celda, todos implorando ayuda mientras también susurran “injusticia”.


Este Spawn intenta salvarlos, pero aunque tenga control total de su poder, es completamente inútil; en eso, un emblemático héroe le habla, “aquél-que-nació-primero”, quien no es otro que el legendario Superman, dispuesto como los otros héroes a prestarle todo su poder, multiplicando la de por si impresionante fuerza del engendro, lanzando un ataque descomunal a la celda…que al final no curte efecto. Seguidamente, el demonio Violator, siervo de Malebolgia, entrenador de los Hellspawn a través de los milenios, y jurado rival de nuestro protagonista, hace su aparición como una parodia grotesca de la dama justicia, sosteniendo una balanza donde por un lado está todo el dinero del mundo, y en el otro extremo un magullado y negro corazón.

            

Eso termina y se ve a Spawn en otra parte de esa dimensión, encontrándose, sorprendentemente, a Cerebus, el oso hormiguero antropomórfico, creado por David Sim, defensor del principio de auto-edición. Después de intercambiar unas palabras, Cerebus lleva a Spawn a su casa, que no es otra que una enorme mansión, donde le dice que está casado con una mujer llamada “Wanda”, y con ella tiene una hija, a lo que nuestro engendro se conmueve hasta el punto de las lágrimas. El cómic concluye diciéndole a Spawn que su creador no lo ha vendido, sino que sigue con él, referencia directa a McFarlane. El oso hormiguero se va, y se ve cómo Spawn recibe a su mujer cargando a su hija en brazos, diciendo que tuvo un buen día.  


La primera vez que vi esta historia me quedé con el sentimiento de qué carajos acabo de leer, pero años después, al investigar un poco más acerca del autor y la editorial, pude darme cuenta de que había un significado muy grande ahí. Esta historia, ajena a las circunstancias de tanto Spawn como Cerberus, denota de manera cruda el sistema de las editoriales estadounidenses, y la épica tenacidad que tuvo Todd McFarlane para crear Image Cómics, y llevarlo a la cima con un personaje que estuvo creando desde hace mucho tiempo. La hilera de hombres atados y encapuchados representa a todos esos creadores despojados de sus creaciones por los intereses privados de las editoriales estadounidenses; la primera vez que medio me enteré de esto, tuve que hacer lo que pocos amantes de los cómics hacen: investigar los nombres que aparecen en tus portadas favoritas. Poco a poco fui dándome cuenta de que existe un rollo muy fuerte con todo eso de los derechos de autor por cada personaje, y cómo en más de una ocasión, ha habido problemas legales en cuanto a la pertenencia de tal o cual personaje. No es de extrañar que poco después se muestre al hombre de acero, ya que los creadores de este superhéroe, perdieron por un tiempo todo derecho sobre el personaje, o eso tengo entendido; esto representa el cómo Spawn, aun con todo el poder obtenido de los héroes, no pudo liberarlos de su encarcelamiento, ya que sin importar la inspiración y detalles del personaje, este era completamente dependiente de las decisiones de un editor; cosa que mandó a volar Todd McFarlane, al crear una editorial independiente, donde cada quien era responsable de sus creaciones, ya que eran sus corazones puestos en tintas. Tal como se ve en la ilustración de Violator, esta es una batalla encarnizada entre los que crean con el corazón, y los que se apropian de esas creaciones para obtener dinero. Finalmente, el autor resalta ese vínculo que tenemos con nuestras creaciones, porque no sólo son parte de nosotros mismos: son nosotros mismos.

NÚMERO 6. Amor y odio.

Ubicado en el número 51, la historia titulada como “Caída libre”, nos muestra a Spawn en una zona del infierno totalmente en blanco, donde se encuentra con un extraño ser que decide encapsularlo en un interesante debate acerca de sus motivaciones del trato con Malebolgia, las verdaderas razones por las que fue escogido, y lo que implica llevar el manto infernal con un único objetivo: privar a Al de sus sentimiento mundanos, y prepararlo para el siguiente nivel.

Una de las cosas que más me gustó de este número, es que se ve más a detalle al infierno como un plano del entendimiento controlado directamente por la percepción tanto consciente como inconsciente de la mente; es decir, cada quien crea su propio infierno. Si lo único que puede llegar a limitar la percepción de algo es la imaginación, entonces el infierno puede tener millones de facetas y lugares distintos, destinados a fabricar nuevos horrores en el individuo. En este caso, no es de extrañar que Al se vea como una bolsa de contradicciones al momento de decir que hizo el trato con Malebolgia para volver a ver a Wanda. Es cierto que este engendro volvió de la muerte sólo por amor, sin embargo, las razones que lo llevaron a portar el manto de Hellspawn, son mucho más variadas, porque si bien vemos a Simmons capaz de los actos más tiernos, como fingir que había olvidado el aniversario con su esposa sólo para darle una mejor sorpresa al final, también vemos cómo es capaz de matar a una multitud de personas a sangre fría.


Como todo buen solado, el seguía órdenes, sin realmente cuestionarse de las repercusiones directas que acarrearía cada acción, sólo por seguir un motivo todavía más grande, una causa pues. ¿Ven lo difícil que es esto?, este número realmente me hizo cuestionarme cosas como: ¿es válido matar a alguien?, ¿eres tú o la causa, lo que hace válido una acción?, ¿hay momentos donde no hay opción, o si realmente existe una opción?, ¿cuántas y qué personas pueden contar con esa opción?, ¿bajo qué circunstancias un ser puede llegar a matar…por una causa tan noble como proteger a sus seres queridos? Es agobiante, y no sé si dar una respuesta directa porque yo nunca me he visto enfrentado a ese tipo de situación, pero si no enfrento esta pregunta ahora, creo que será más difícil en el futuro. Lo que yo podría responder ante esto, es que para mí no es válido matar hasta cierto punto, porque si bien siempre existe opción, no ha todos se les puede llegar a presentar esas otras opciones; cada quien va a considerar sus decisiones tan válidas como quieran, porque son sus decisiones. Pero en cuanto a Al, ¿realmente eran sus decisiones? En parte si, pero tengamos en cuenta de que aunque lo hacía por una causa mayor de protección, seguía órdenes de alguien más, por lo que no era totalmente libre. Súmenle eso a que una acción es una acción, y ahora Al está tomando las consecuencias de cada acción en vida, y eso sólo le provoca ira y odio, porque ese mismo sufrimiento no le permite regresar a su antigua vida. ¿Hasta dónde terminará ese sufrimiento?
En la conclusión de este número, el ente demoniaco le quita físicamente el corazón a Al Simmons, enviándolo al próximo nivel del infierno; privado de él, ¿qué elegirá Spawn?, ¿el odio o el amor?, ¿libertad o sufrimiento? Lo veremos más adelante.

NÚMERO 5. Enfrentamiento con Redeemer.

En el número 17, con la historia titulada “reflejos”, hace su aparición uno de los rivales del engendro, que si no es el más poderoso, es uno de lo que más prevalecen, y hace honor al título de la historia. Originalmente llamado “Anti-Spawn”, es un ser creado por las huestes celestiales, donde utilizando a un huésped, se convierte en un ser capaz de rivalizar con el poder de un Hellspawn.


Este personaje hace su gran entrada en un momento de la historia, donde Al Simmons, aparte de seguir descubriendo partes de su pasado, también funge como una especie de justiciero para las personas indigentes en el complejo de callejones en la ciudad conocida como Rat City. Este Anti-Spawn, o Redeemer como se le conocería posteriormente, fue una respuesta dada por el cielo ante la creciente amenaza que representaba el engendro en el plan maestro de Dios, y por ello, optaron por fabricar un traje de características simbióticas parecido al de Spawn, dándoselo a alguien que le daría un buen uso en cuanto a propósitos de batallas; por eso, el primer portador del traje celestial es Jason Wynn, quien dio la orden de matar a Al Simmons cuando estaba en vida. Finalmente, el traje se acopla a su anfitrión, creando a un sorprendente guerrero, con un poder de tal magnitud, que dejó a Spawn mordiendo el polvo en un primer encuentro.  


Al se ve rápidamente superado por la creatura celestial, y ésta está dispuesta a dar el último golpe; es en ese momento cuando un vagabundo, quien observaba la pelea asombrado, empieza a recordar sus tiempos en la guerra, donde por acobardarse, sus compañeros terminan asesinados por el enemigo. “Tienes que cuidar de tus camaradas”, esa era su regla principal, por lo que toma valor para intervenir en la lucha, golpeando a Redeemer con un tubo de metal, impidiendo que lance tiro de gracia.

Redeemer se enfurece dispuesto a aniquilar al sujeto, y es en ese momento cuando los demás vagabundos que alguna vez fueron protegidos por Spawn, deciden interceder por sus amigos; cuando Redeemer se dispone a despachar al resto, es detenido por Al, siendo la primera vez que lucha con un ser celestial no por violencia ni deseos de asesinar, sino por el mero hecho de proteger a la gente que dio la cara por él.


NÚMERO 4. Ser superhéroe.

En este número 41, McFarlane nos trae una historia conocida como “El Fan”, donde Spawn se encuentra con un jovencito que quiere ser superhéroe cuando sea grande. Algo hermoso si me lo preguntan. Después de que Al escapara de una trampa hecha por La Maldición, otro de sus tantos enemigos, éste termina exhausto y escondido en una cabaña, que es precisamente donde Pat, un jovencito aficionado a los cómics, escapa de unos bravucones; el encuentro inicia violentamente, ya que el traje de Spawn detecta una presencia, pero al ver que es un niño, este se vuelve a calmar.
Aunque es un momento muy pequeño dentro de este número, aquí se realiza una agradable conversación donde se ve a un chico ilusionado por haber conocido finalmente a un verdadero superhéroe, cosa que Al niega rotundamente. El chico no para de hablar de personajes conocidos como Hulk, Los Vengadores, Spider-man, entre muchos otro, llegando a mencionar incluso a Image Comics. Una vez que Pat le revela su ilusión más preciada, la conversación se torna más profunda cuando el chico se pregunta cómo ser de los buenos, a lo que Spawn contesta con una de sus frases más singulares, y que podrán conocer todos aquellos que vean la cabecera de este blog: “Ser un héroe no es traer capa y disfraz. Es actuar y cómo escoges hacerlo”, concluyendo que la verdadera fuerza no reside en los músculos, sino en defender aquello por lo que luchas.



NÚMERO 3. Enfrentamiento con uno mismo.

En el número 80, la historia “fin del juego + abdicación”, versa la depresión por la que está pasando Spawn al verse cada vez más derrotado por la adversidad, sintiendo que por su mera existencia, está trayendo sufrimiento y desgracia a todos aquellos con los que se cruza. Es por ello que recibe una visita muy particular…de sí mismo.


Así es, recibe una visita de nada más y nada menos que del fuerte soldado, asesino y héroe de guerra, Al Simmons; al verlo Spawn se exalta, pensando en primer lugar que se trata de una jugarreta del infierno, pero él le dice que no existe tal truco, ya que no necesita ninguno para despachar al saco lleno de culpas que tiene frente a sus ojos. Con el reto lanzado, le pide que lo siga hacia un cementerio muy conocido para ambos, donde está enterrado su verdadero cuerpo; ya ahí, se enfrascan en una mortífera lucha, donde por las dudas de Spawn, Al logra dejarlo momentáneamente en el suelo, diciéndole que es imposible que Spawn sea él, ya que en vida, era un hombre orgulloso, un hombre de acción, incapaz de rendirse, siempre encontrando la manera de ganarle al enemigo. Con renovadas fuerzas, Spawn prosigue el combate, preguntando qué podría hacer para su actual situación, a lo que Al responde que debe tomar una decisión, la que sea, excepto darse por vencido. Pero para tomar la decisión, debe dejar atrás toda esa culpa y ese enojo que sólo sirve para retenerlo, a lo que Spawn piensa y sólo queda una cosa que no puede olvidar: Wanda.


Spawn le responde que no puede olvidarla, a lo que Al le dice que no es a él a quien extraña, no al monstruo, sino al recuerdo de su marido, o sea el auténtico Al Simmons. Ante ese comentario, Spawn se enfurece y se lanza a la carga contra su otro yo, lo que equivale a un enfrentamiento con el pasado, enfrentamiento con esa parte tortuosa de su vida que no puede dejar atrás, pero que si se sigue concibiendo como la persona que era, y no como algo más grande, jamás podrá salir de esta guerra sin sentido, siguiendo en el papel de un peón más.
La lucha llega a tal punto que Spawn va dando golpes mortales contra su otra parte, a tal punto de dejarlo moribundo. El engendro no quiere asesinarlo, pero ambos saben que es la única forma de dejar el pasado atrás, por lo que termina de destrozar la cabeza de su alter-ego, y así liberarse de esa tortuosa humanidad que le impedía tomar una decisión clara. Finalmente la lucha le permitió recordarle quién era él realmente, por lo que después del combate se ve la imagen de Al Simmons uniformado, despidiendo a Spawn con un saludo militar.


Spawn decide no ser más un peón del infierno, ya no seguir más los consejos de sus allegados y maestros, y tomar las riendas del asunto. Su yo del pasado le dijo que podría tomar un bando, o en todo caso abandonar, a lo que el engendro hizo más caso. Furiosamente, encendiendo su poder demoniaco, opta por abandonar la guerra, y no formar más parte de juegos estúpidos entre Dios y Satán.


Lo épico de este momento, es el poder de tomar una decisión consciente, porque cuando elegimos con una perspectiva más allá de lo evidente, eso nos puede llevar muy lejos, más lejos de lo que alguna vez creímos llegar.

NÚMERO 2. Libertad.

Vimos cómo anteriormente, Spawn dejó atrás la guerra entre el cielo y el infierno, tomando la decisión de que ya no formaría parte de esta lucha sin sentido; por lo que él, decidió proclamarse como una tercera fuerza que protege a los inocentes y castiga a los malvados. Pues bien, eso se hace inmediatamente en el número 82, en “Épocas de cambio”, donde una pequeña niña tiene que sufrir un constante ciclo de dolor a causa de un padre alcohólico y violento, cuya historia inicia precisamente en cómo éste castiga a su hija hasta que termine de ver sus programas de lucha, donde después se dispondrá a darle una “lección de disciplina”. La pequeña Mary se le ve muy asustada al saber lo que le espera, sin embargo, ella es consciente de que no está sola, al ver a través de su ventana al hombre de la capa roja, es decir, Spawn.


Conforme el tiempo avanza, y la niña va recordando el cómo terminó en esa situación, simultáneamente grandes poderes se están reuniendo en el mismo lugar, ya que la reciente actividad que ha hecho el engendro a lo largo del globo, ha llamado la atención tanto del cielo como del infierno, llamando a una embajadora celestial, un representante del infierno, y a Cogliostro. Hago aquí una mención especial a Cogliostro ya que no lo había hecho hasta el momento; resulta que este individuo alguna vez fue conocido como un Hellspawn, pero utilizando magia y poder antiguo, logró librarse de su traje simbiótico, pero no logró zafarse de la maldición, por lo que tanto cielo como infierno no pueden reclamarlo; de esa forma, se dio a la tarea de ir buscando a los elegidos por la maldición del manto a través de la eras, con el objetivo de entrenarlos, instruirles, y ver si alguno podría liberarse de la maldición de una vez por todas. Tales personajes están reunidos para discutir qué hacer con el engendro, a lo que Cogliostro suele mostrar cierta ironía, al referirse a Dios y Satán como un par de niños que han perdido su pelota de juegos, cosa que igualmente lo alegra porque el sentía que ya era hora de que alguien marcara la diferencia.


Casi llegada la hora del castigo, el padre empieza a escuchar sonidos extraños en su casa; se enfurece al creer que es la niña al haber salido de su cuarto, pero su sorpresa es aún mayor al encontrarse al mismísimo engendro de frente. En una primera reacción, el sujeto se atemoriza de ver a Spawn, tratando de persuadirlo de que se lleve su dinero, cosa a la que Al no responde. Después de un momento, el señor empieza a balbucear que él no pretendía hacerle algo malo a la niña, sólo quería darle una “lección de disciplina”. Aquí es donde existe un desenlace interesante, ya que hay un momento donde se ve el reflejo del padre en los ojos del Spawn, todavía haciéndole la desesperada declaración: “Me crees, ¿verdad?”. ¿Qué fue lo que vio Spawn en este tipo para que lo impulsara a matarlo?


Uno pensaría, por números anteriores, que Simmons, al haber tomado la decisión de dejar la guerra de lado, y actuar por mente propia, significaría alejarse de este camino de sangre y violencia. Lo volví a pensar, y es que la cosa es totalmente opuesta. Ya vimos con anterioridad cómo Spawn se enfrentaba a sí mismo, los restos de su humanidad, la parte de Al que aún vivía en él; la razón de este enfrentamiento era llevar al protagonista a abandonar toda duda, y tomar por fin una decisión que marcaría la diferencia, pero esa duda era directamente nacida de su amor por Wanda; si realmente volvió por amor, la duda venía de cómo recuperarlo. Su humanidad le dijo a Spawn que ya no podría recuperar esa parte de su vida, ya que Wanda recordaba a Al Simmons, mientras que al engendro no lo veía más que un monstruo; tenía que aceptarlo y prepararse para las futuras batallas que le aguardaban. El hecho de matar a su reflejo, implica un abandono de esa misma humanidad, abandonar esos principios, y cómo Al ya no se reconocía como un ser humano, sino como algo más, como Spawn; de esa forma, ya no tenía el más mínimo escrúpulo para matar, encontrando asco en los actos “malvados” de las personas, creyendo que con eso haría mayor bien, pero recuerden estas preguntas: ¿es válido matar por una causa justa?, ¿no es en esencia lo mismo que hacía en vida? Más allá de salvar a un inocente, nuestro querido amigo tendrá que seguir aprendiendo para poder alcanzar el equilibrio, porque aunque una sincera sonrisa es el resultado deseado, Spawn aún no tiene la fórmula exacta, la que verdaderamente necesita, ya que no se trata de olvidar tus decisiones e ignorar las consecuencias, sino aceptar cada momento de tu vida como parte de ti. Eso es algo que sólo aprenderá más adelante.



NÚMERO 1. El final del hombre triste.

Hacemos un salto gigantesco hacia el tercer volumen de la historia, precisamente en el número 184, titulado “El fin”, donde tendré que contarles varios detalles para dar a entender la importancia de este momento.
Hay tres eventos importantísimos en la historia central de Spawn, que tendrán que conocer para comprender a detalle lo que sucederá al final. Lo primero: Spawn mató a Malebolgia. Así es, el engendro infernal, en el número 100 del volumen uno, “Piedra Miliar”, Al Simmons, después de haber derrotado a una entidad conocida como Urizen, se dirige al infierno para tener su encuentro final con su llamado creador; una pelea donde Spawn destruiría o tendría que ser destruido. Después de una encarnizada batalla, y el sacrificio de una guerrera celestial llamada Ángela, el engendro logra decapitar al maestro del octavo círculo, creyéndose libre de la maldición. Es en este número donde se da la introducción de Lord Mammon, un ángel caído, y el enemigo jurado de Spawn en el segundo volumen, ya que éste encontraría la forma de controlar al engendro y su supuesto gran poder. Pero la única forma de hacer eso posible, sería desatando el Armagedón en la tierra.


El segundo momento: el Apocalipsis. Para ello, Mammon necesitaría de dos seres en específico: Dios y Satán. Pero existe el problema de ambos están desaparecidos, reencarnados en los nuevos hijos de Wanda y Terry, por obra de una entidad conocida como “La madre de los milagros”, la creadora de éste y muchos universos más. En el número 158 del segundo volumen, se cuenta la historia de que tal entidad es la madre de Dios y Satán, y que les dio este planeta con el objetivo de crear algo único, pero con el tiempo, ambos hermanos empezaron a luchar entre sí, y para satisfacer su hambre de guerra, necesitaban algo más que demonios y ángeles; por eso crearon al ser humano. Con la capacidad de elección, los seres humanos podrían llegar fácilmente a la devastación de sus enemigos, por lo que durante mucho tiempo, ambos se fueron preparando con el paso del tiempo. A la madre de los milagros no le pareció esto, así que puso a ambos dioses en un estado embrionario, para posteriormente reencarnarlos como ya antes había dicho, creyendo que el calor y afecto de una familia los haría cambiar; cosa que nunca sucedió.


El Armagedón se desató y la única forma de enfrentar a Dios y Satán, es que Spawn comiera del árbol del conocimiento que existe en el edén, y para ello, tendría que derrotar a los discípulos de Jesucristo, que más allá de lo que nos mostró Leonardo Da Vinci, nos cuenta que la madre de los milagros se acercó a los humanos tomando la forma de Jesucristo, y sus discípulos ya en el edén, no eran otra cosa que poderosos ángeles guardianes. Al luchó duramente con todos ellos, pero tenía el tiempo contado ya que desde que empezó a ser un Spawn, se le asignó un contador de poder, que si llegaba a cero, moriría regresando al infierno por no cumplir con su entrenamiento. Spawn no fue capaz de derrotar a todos los discípulos, dejando a uno con vida por órdenes de la hija de Wanda, llamada Cyan, a lo que el ángel guardián le propina una poderosa descarga mientras su contador llega a cero.


Madre, reconociendo la valentía del engendro, toma uno de los frutos del gran árbol, explicando que Dios temía que el hombre comiera de esta fruta, ya que podrían llegar a ser igual a él. Después de que Al recibe unas pequeñas gotas de la fruta, se le da un nuevo cuerpo, transformándose en el legendario Glorius Spawn. El renovado ser llega al campo de batalla, enfrentándose a las hordas tanto infernales como celestiales, a tal magnitud, que termina eliminando no sólo a ambos ejércitos, sino que los pocos restos de la raza humana, siendo ésta la única forma de salvarla. Sólo quedan en pie Dios y Satán, quienes a pesar de tener un poder menor al de Spawn, lo eliminan rápidamente, pero sólo es una jugarreta de la madre de los milagros para encerrarlos en su propia dimensión de lucha eterna. Con el poder que consiguió Al, logra restaurar a toda la humanidad, y una vez selladas las puertas del cielo y el infierno a la tierra, Spawn rechaza todo nuevo poder, con el único deseo de volver a casa…pero lo peor está aún por venir.



El tercer y momento final, es la terrible verdad que Al ha estado encerrando en su interior, un recuerdo que Malebolgia suprimió el día en que obtuvo a su nuevo engendro, y que por desgracia, olvidó colocar nuevamente en su lugar. Resulta que Al y Wanda si iban a tener un hijo, lo que implicaría una nueva faceta en la vida de Simmons, el tener que dejar su trabajo como asesino, y dedicarse a ser un padre de familia; cosa que el propio Al temía. Él se mostró reacio a dejar su trabajo como asesino, ya que según él, no existía nadie mejor para hacer lo que él hacía; amaba a su esposa, pero no quería traer un niño a un mundo el cual aún no terminaba de poner seguro para Wanda, lo que era una causa noble, pero exagerada ya que parecía no querer dejar su “único propósito en la vida”. Por lo que, sin el menor remordimiento, golpeó a su esposa en el vientre, con la intención de matar al niño…


Es en este momento donde se desentrañan los detalles del verdadero final que deseo contarles. Lord Mammon, es uno de los mayores responsables de que Al tenga el manto de Hellspawn, ya que él tenía la profecía, y la certeza, de que algún día aparecería un Spawn más fuerte que el resto, por lo que quería controlar su poder para hacerse de toda la creación. Haciendo un plan con el simbionte infernal de Hellspawn, le prometió que le daría al ser definitivo, aquel que llevaría sus capacidades al límite. Esto fue posible por las maquinaciones del ángel caído en la familia tanto de Wanda como de Simmons, generaciones antes. El hizo que naciera Wanda, el hizo que naciera Al, además el hizo que ambos se unieran para tener a un hijo. Es aquí donde se sabe que él provocó que Al golpeara a su esposa con la intención de hacerle creer que perdieron al niño, resultando que Mammon lo tomaría, y la criaría junto a una extraña y poderosa raza de vampiros, sólo para hacerla crecer en toda su plenitud. Exacto, no es error ortográfico, porque “hacerla” crecer, se refiere a ella, así es, una mujer, una hija, con el nombre de Morana. Ella tomaría el manto de Hellspawn, volviéndose el ser más poderoso de todos. Puede resultar algo sexista el que todos los Spawn de la historia fueran hombres malvados, y resulte ser una mujer quien porte el manto para volver el más poderoso de todos los Spawn; yo creo que más tiene que ver con un símbolo del complemento natural del hombre, mostrando un enfrentamiento a sí mismo por ser un familiar tan cercano, y una contraparte del deseo al ser mujer, lo que implica la eterna batalla entre la destrucción de las pulsiones desatadas, y la creación de nuevos caminos por elecciones.


En el número final del tercer volumen, Morana finalmente porta el traje de Spawn, quien decide vengarse de Al y Wanda por creer que ellos la abandonaron a su suerte como basura (si, además Lord Mammon llevó a Wanda, su hija Cyan, una bruja joven llamada Nyx, y a Al ante Morana). La batalla no es lo que me entretuvo, ya que finalmente, combinando los poderes de Cyan con los de Nyx, logran encerrar a Morana y a Mammon con un poderoso hechizo de contención, dejándolos así para toda la eternidad. Una vez el conflicto terminado, Nyx se dispone a irse junto con Cyan y Wanda, pero Al se niega a irse. Ustedes preguntarán, ¿pero por qué? Volvió a la normalidad, libre de la maldición, puede volver con Wanda nuevamente, ¿por qué carajos se niega si es lo que quería desde hace como 183 número atrás? Les dejo las imágenes del destacado final de Al Simmons, para que ustedes deduzcan porqué decidió dejar ir a Wanda.


¿Lo pueden ver? Al finalmente aprendió lo que no pudo aprender en tantas aventuras, durante tantos momentos. Si, el volvió por amor, pero finalmente comprendió, por muy doloroso que resulte, que el acto de mayor amor que podría darle a Wanda…era dejarla ir. ¿Por qué? Pues porque esa parte de su vida había terminado, y ahora debía hacer una nueva vida. Aceptar algo para seguir adelante, ¿a quién no le ha pasado eso?
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Érase una vez, en un lugar muy lejano, existió un hombre cuyo gran corazón estaba dominado por una profunda tristeza; tal tristeza, llegaba a tal grado de que, ante ojos inocentes, adoptó el apodo del hombre triste.
Por muy triste que estuviera su corazón, aquel hombre tenía el potencial de convertirse en un héroe extraordinario. Ese deseo lo llenaba de una gran ilusión, porque creía que esa era la respuesta para liberar el corazón de su tristeza. Para ello, su gran tristeza se vio opacada por un flechazo ardiente, cuando sus ojos se cruzaron con los de una hermosa mujer, terminando los dos profundamente enamorados. En ese momento, el hombre triste pensó que si se convertía en un héroe, lo haría para proteger a esa hermosa mujer; de esa forma, la tristeza no lo acompañaría más.
Así fue como el hombre triste, motivado por su ilusión y su deseo de proteger, empezó a entrenar y entrenar, a estudiar y estudiar, a luchar y luchar, hasta que finalmente alcanzó a ser visto como un héroe por los demás; empezó a vivir muchas aventuras, unas grandes y otras cortas, pero no hubo ninguna de la cual no resultara victorioso. A veces el cansancio y el dolor lo hacían retroceder, pero tan sólo con ver la sonrisa de su amada, le daba la fuerza suficiente para superar esa tristeza en su corazón, y seguir luchando.
Con el pasar del tiempo, las aventuras empezaron a volverse más y más obscuras, por lo que el hombre triste no podía pasar mucho tiempo con su amada, pero para él estaba bien, porque sentía que estaba haciendo un mundo más seguro para ella. Cuán grande fue su tristeza cuando en una de esas aventuras…lo alejaron terriblemente de su hogar, de sus amigos, pero sobre todo, de su amada. Ahora sólo podía ver a su amada a lo lejos, a través de sombríos callejones. Desde ese momento, el corazón del hombre triste empezó a volverse más obscuro, la tristeza, se vio asediada por una ira profunda; el espíritu valeroso de nuestro héroe comenzó a llenarse de odio y más odio, a tal punto que se vio irreconocible ante él mismo. Sin embargo, debajo de toda esa obscuridad, guardaba la pequeña ilusión de volver con su amada.
Contra viento y marea, contra demonio o ángel, contra dios y entidad, el luchó, luchó y luchó, y siguió luchando con la única esperanza de volver junto a su amada para seguir viviendo juntos. Después de tanto odio y rencor, después de tanto sufrimiento y agonía, el héroe finalmente retornó a casa, encontrándose con su amada por primera vez después de hace mucho tiempo. Ella lloró al volver a verlo, y él sólo se quedó viendo su perfección; le extendió los brazos tratando de llegar a él, pero el hombre triste simplemente dijo que hubiera deseado ser un mejor hombre para ella. Ella se extrañó ante tales palabras, mientras el héroe se iba alejando, a lo que ella volvió a llamarlo, pero él sólo sonrió; era la primera vez que ella lo veía sonreír así, y por ende, consiguió entender sus palabras.

Ella le mandó un beso, y dijo que siempre lo recordaría, a lo que él afirmó, jurando que ya se sentía dichoso con ello. Por primera vez, el corazón del hombre triste no latía con tristeza, sino con alegría, ya que si bien no fue mejor héroe, pudo ser mejor persona. El miró hacia adelante, y no dejó de hacerlo, hasta que aquella figura del hombre alegre con capa roja y armadura obscura, se alejó por el firmamento, más allá de las estrellas. ¿Qué encontró más allá? Sólo él lo sabe…sólo puedo decir, que por un instante, aquel hombre triste…fue feliz.


Todas las imágenes del cómic, utilizadas aquí,  son propiedad de sus respectivos autores y creadores.
Agradezco a la página How to Arsenio Lupin, que es de donde se obtuvo este material.
La utilización de éstas, es con el único objetivo de entretener.

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