Capitán
américa.
El
primer vengador.
“Ya no es un mundo de espías como antes, ni un mundo de héroes. Esta es
la era de los milagros, doctor…y no hay nada más terrorífico, que un milagro”.
Saludos nuevamente, público de
todos y ninguno. Me alegra muchísimo estar de regreso en este espacio, y mejor
aún, con este gran proyecto que está lejos de terminar. Como pueden ver, saco
candado al hermoso viaje de Jornada de
todos los héroes, con un personaje emblemático dentro del universo Marvel. Como
la vez anterior, igualmente nos estamos enfrentando a dos películas, un antes y
un después, los inicios y aventurillas del asombroso capitán. Siendo totalmente
honesto, Steve Rogers, no está entre mis favoritos, pero sus películas me han
agradado por razones muy particulares en cuanto a los discursos que manejan,
pero eso será explicado más adelante. Sin más preámbulo, iniciaré este pequeño
análisis cinematográfico del patriota heroico.
Los héroes vienen en todas formas y tamaños, y en este caso,
como siempre, no es la excepción. Remitiéndome incluso a la antigüedad,
aquellos considerados como los héroes de su tiempo, obtenían dicho título por
diversas hazañas, ya sea por su fuerza, intelecto, perseverancia, su manejo con
las armas, sus viajes a tierras inhóspitas, incluso por la fundación de
imperios. La mitología nos ha dado a un Aquiles, a un Héctor, a un Odiseo, a un
Hércules, a muchos de ellos, pero si me atreviera a comparar, cosa que si me
atrevo a hacer, diría que el capitán américa viene representando, de manera un
tanto deformada, a un Eneas, ya que gracias a sus constantes luchas y proezas,
logró volverse rey, progenitor del pueblo romano, y teniendo en cuenta la
intención y obligación literaria que prometía este personaje para con su autor
y su gobernante, también pasó a ser una figura unificadora por gracia divina.
Ubicándonos en el año de 1940, Joe Simon y Jack Kirby se
encargaron de dar forma a una figura noble bajo un contexto donde se podía
respirar la próxima guerra. Este superhéroe surgió a partir de los fuegos del
combate, y sentimientos de libertad, ante un mundo que necesitaba de un nuevo
símbolo que inspirara la confianza y la unión, además de ser lo suficientemente
fuerte para enfrentarse a los terroríficos adversarios.
Omitiendo la primera película
lanzada en 1990, se retomó el concepto con su historia original dentro de la
fabulosa propuesta cinematográfica de Marvel, al mezclar al personaje dentro
del universo, e ir relacionándolo con otros agentes heroicos. Finalmente, el
súper-soldado regresa en 2011 en el Capitán
América – El primer Vengador, para luego reaparecer con Capitán América – El soldado del invierno.
Aunque no tuve muchas expectativas en un inicio, debo decir
que la película gradualmente me fue gustando más y más, mostrándonos a un joven
que no era la viva encarnación del espíritu americano, sino simplemente alguien
que no soportaba a los abusivos, y en serio quería hacer su parte en esta lucha
por la libertad. Cosa que logró, en muchas maneras.
La primer película, como dije antes, retomó en esencia la
historia original, introduciéndonos argumentalmente en la psicología del
personaje protagónico, Steve Rogers, cuyo mayor anhelo era unirse a las fuerzas
militares para combatir por la justicia en la guerra que estaban viviendo. Esas
fuertes convicciones fueron las que lo hicieron merecedor del suero del
súper-soldado, siendo su espíritu combativo el que superara cualquier dolor con
tal de hacer su parte en la lucha. Y vaya que lo logró.
La película continúa en esta
disyuntiva acerca de cómo ayudar realmente, por lo que el capitán decide portar
un símbolo con los colores de la bandera americana, y servir como un modelo de
inspiración; fue esta parte la que me hizo encariñarme un poco de la película,
debido que aquí es donde se refuerza mi teoría sobre el mayor pecado del
superhéroe: portar un símbolo de
adoración que provoque el alejamiento de uno mismo. Steve Rogers, aún con
el traje, decide poner manos a la obra, y rescatar a sus compañeros capturados,
cosa que logra a final de cuenta, enseñándonos que la mejor manera de inspirar
a las personas, es con acciones visibles, fundadas en principios propios. Lo
que prosigue de tal mensaje, está basado en la historia original, además de que
dicho segmento servirá para introducir el teseracto, un elemento importantísimo
en las próximas películas, además de la resurrección del capitán en el mundo
moderno.
Actualmente se subestima mucho el potencial de este
personaje, pero si hubo algo que me pareció muy bien manejado en el filme, fue
la inserción de esta influencia mitológica en el actuar humano, en el sentido
de cómo a lo largo de la historia, aquellos individuos con un gran poder o un
gran don, siempre están sobre el afilado hilo del elegir, y que dependiendo de
las motivaciones que no tenga, esta fuerza puede existir tanto para someter
como para liberar.
Pasando rápidamente a la segunda película, es un filme que
nos introduce nuevamente al capitán en el mundo de hoy, pero más desarrollado,
y con el tema primordial sobre la fortaleza de nuestros ideales ante una
sociedad sucumbida por el control y el miedo.
Igualmente, en dicha secuencia de eventos vemos a otros
superhéroes tales como la Viuda Negra, Falcon, y Nick Fury, todos tratando de
detener un plan que colapse con la estructura misma de la tierra, y quebrante
el espíritu de libertad que tanto caracteriza a Steve Rogers. Igualmente nos
lanzan el enfrentamiento entre hermanos, con la aparición del soldado del
invierno, individuo que se verá enfrascado en catástrofes futuras.
Como dije, el capitán américa no está entre mis héroes
preferidos, pero sus películas me son entretenidas, y los temas que maneja son
muy interesantes, en especial en la actualidad, sin embargo, siento que aún no
he visto lo mejor del personaje en su propuesta cinematográfica, y espero con
ansias ver lo demás. Visualmente hablando, la figura de este superhéroe me
gusta mucho, además de algunas secuencias de lucha, pero aún me crea un
conflicto el cómo un gran poder como el del capitán, sirva sólo a su nación, en
lugar de ser para todo el mundo. Sé obviamente que la creación de un
súper-soldado surgió por la necesidad de tener una esperanza contra el enemigo,
en un contexto tan complicado como lo es la guerra, pero en la actualidad, siento
que aún Steve Rogers no da ese salto, lo cual me gustaría mucho. Por eso espero
con ansias el estreno de Civil War, obviando
la trilogía, además de poner en la pantalla grande una de las mejores facetas
de este héroe: la responsabilidad de su
propio poder para consigo mismo, y aquellos que lo necesiten en verdad.
Ninguna de las imágenes me pertenece de ninguna manera, mucho menos oficial.
Su utilización es con el mero objetivo de enseñar, entretener y aprender.
Por lo demás si no existen dudas, gracias por su debida atención.
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