Saludos nuevamente, querido público de todos y ninguno,
aficionados a los superhéroes, y quien tenga tiempo de leer mis humildes
análisis. No esperaba verlos tan pronto debido al titipuchal de proyectos que
tengo en mi gabinete personal, y los que planeo hacer por este espacio más
adelante, incluyendo claro algunas circunstancias en mi vida como igual
reflexiones que he tenido que hacer con respecto a ello. Quiero agregar, aunado
a esto último, que el proceso de esta gran empresa me ha ayudado a alcanzar muchas
conclusiones, debido que esta revisión cinematográfica sobre personajes tan
preciados para mí, me hace sentir mejor, porque la figura del superhéroe no es
otra cosa que esta traducción humana ante los conflictos que se le presentan.
Sin más preámbulo, porque no deseo aburrirlos, yo, el Guardián Eterno, comienzo
una vez más La jornada de todos los
héroes, con el sarcástico y nada prudente, Tony Stark, mejor conocido en su
nada modesta trilogía, como Ironman.
Para cada tema, existe un superhéroe, y en este caso es más
que obvio. Nos ubicamos en el año de 1963, donde el guionista y editor, nuestro
querido Stan Lee, en colaboración con Larry Lieber, Don Heck y Jack Kirby, se
encargan de dar forma al magnate Anthony Edward Stark, quien al ver cómo las
armas que fabricaba su compañía afectaban al mundo, decidió convertirse en el
arma más poderosa de todas, la cual bautizaría con el nombre de Ironman.
Ubicándonos en la película lanzada por Marvel Studios en
2008, conocemos al protagónico y filántropo Tony Stark, dueño de las industrias
creadas por su padre, dedicada a la fabricación ilimitada de armas para el
gobierno de los Estados Unidos. Mostrándonos en primera instancia la actitud
sarcástica e irresponsable del principal en cuestión, en pocos minutos el filme
da un giro ante el secuestro de Tony por un grupo terrorista conocido como los
Diez Anillos, quienes han obtenido gran cantidad de las armas con la marca de
su industria. Cuando los criminales desean que les construyan uno de los nuevos
misiles Jericó, Stark, ante el conflicto de que sus creaciones hayan sido
robadas, toma la iniciativa de crear el arma final, un exoesqueleto reforzado
con armas y sistema de vuelo que le permite escapar de ese sitio. En las
próximas secuencias vemos la construcción de la armadura definitiva, ya que si
el mundo deseaba tanto un arma, el genio de Tony iba a dárselas.
Desde aquí ya podemos rescatar
algunos elementos importantes que tendrán constancia de película a película: la
idea del mejoramiento humano por medio de la tecnología; el uso desmedido y
fácilmente corrupto de las armas; y la responsabilidad o irresponsabilidad en
la ostentación de un gran poder o un gran don ya sea para destruir o beneficiar
a las demás personas. A algunos les puede parecer irónico el que Tony, harto de
la toma de armas en el mundo, haya decidido convertirse en el arma más
poderosa, y ese tema se toca ligeramente en la película, sin embargo, en mi
opinión, el genio decide crear tal armadura al considerarse el más apto o menos
loco, para poder ostentar dicho poder, además de que sólo su genio fue lo que
creó dicho artefacto. Tal argumento puede ligarse perfectamente con los otros,
si nos atrevemos a ver la tecnología no como una materia inerte, sino como una
creación viva del propio ser humano. La cuestión aquí, es que no trato de
centralizar mis palabras al uso o no uso de la tecnología, sino preguntarnos
verdaderamente qué se intenta alcanzar con ella y cómo la manejamos para llegar
a determinado objetivo. ¿Cómo inició la tecnología? Muchos relacionarían esta
palabra con computadoras, teléfonos, internet, y cosas así, ¡pero nada que
ver!, de hecho inició desde mucho tiempo atrás, desde las pieles para proteger
a los primeros seres humanos del frío, hasta las herramientas de caza y lucha,
todas ellas creaciones que satisfacían una carencia en el organismo; he ahí el
inicio de esa famosa frase: la necesidad
es la madre de la invención.
Siendo así, a lo largo de la historia, hemos visto como
nuestro propio vacío se manifestaba en el tema bélico, empezando con el
desarrollo cada vez más elaborado, de armas capaces de destruir al adversario
en su totalidad. Desgraciadamente, por muy duro que sea, la tecnología tiene un
enorme potencial encaminado al ámbito armamentístico, y un gran ejemplo de ello,
es la bomba atómica. Al principio de la película se trata sutilmente este tema,
ya que quien posea el arma más grande, es el que tendrá mayor control sobre el
mundo. En consecuencia, nos metemos en un enorme debate sobre cómo en los
últimos años, la tecnología nos ha servido a nosotros, o nosotros hemos servido
a la tecnología, encontrándonos con una especie de fragmentación en la fluidez
de nuestras ideas y hacia dónde van encaminadas. Tony Stark, representa este
héroe en búsqueda de la nivelación entre dos grandes ramas de la realidad, el
equilibrio entre creador y creación.
Al final de la primera parte, se ve claramente la
irresponsabilidad de dicha creación representado en Stane, al haber
desarrollado una versión más grande de la armadura de Stark, haciéndola
funcionar con su reactor robado. Pero como normalmente pasa, el héroe logra
salvar el día.
Dos años más tarde, se estrena la secuela de Ironman, en un
título más que original (sarcasmo), pero con un argumento que sostiene todo lo
antes dicho, donde un Tony Stark, enfrentándose al propio senado de Estados
Unidos, se niega a entregar su armadura Ironman, con la sencilla frase de que
él era Ironman, y no estaba dispuesto a entregarse a sí mismo como un juguete
del gobierno. Esto me hizo entrar en la inequívoca conclusión de que, en
efecto, Tony Stark era el más calificado para portar dicha armadura, debido a
que siendo una creación propia de su intelecto, sólo él podía darle un uso
efectivo para la misión que se había fijado: ser el escudo que opaque cualquier
tipo de arma. Regresemos por unos minutos a la primer película, donde Stark
estaba practicando con las piezas que servirían para su armadura original, y
hagámonos esta pregunta: ¿realmente creen
que es sencillo pilotarla? Las secuencias de los demás intentos fallidos de
armaduras que se muestran durante la reunión con el senado, nos demuestran que
sólo él posee la tecnología para hacer una armadura estable de Ironman, pero
sobre todo, el ingenio para utilizarla responsablemente, y cumplir su objetivo
ya citado.
El encuentro con Ivan Vanko,
lejos de incriminar a Stark como un mentiroso, demuestran mi punto de que sólo
él posee la voluntad de hierro para hacer valer su tecnología como una
protección para el mundo.
También, detalle importante, es cómo se va gestando la
relación entre Tony Starks y su asistente Pepper Pots, lo cual da pie a una
serie de acontecimientos lo que no sólo le permite significar su antigua
tecnología, sino hacerle crear una nueva, y adoptarla para sí.
Tal relevación y resurrección del héroe, le permite volver a
la lucha como el caballero de hierro, codo a codo con sus aliados War Machine, y Black Widow (que siendo honesto, la viuda negra es bienvenida en
cualquier película).
Un detalle muy importante, y que pasa desapercibido, es esta
distribución de la responsabilidad, cómo el poder o el don afecta a tus
allegados, y la incansable lucha que desataba Tony día con día, empieza a
equilibrarse con aquellos que son dignos de salvar al mundo, de protegerlo, toda
vez que nuestro protagónico comprendió cómo sus acciones y presencia repercuten
en todo lo demás. Este compromiso con las demás personas, representa la unión
de nuestras partes internas, y al ligarse unas con otras, nuestra voluntad se
ejerce con renovadas fuerzas.
La batalla final se desata, War Machine y Ironman, enfrentando
la fría tecnología de Hammer, y a su archienemigo Banko, al cual logran derrotar, y el héroe se ve liberado de la
muerte y de todo límite para seguir cumpliendo dignamente con su labor,
incluyendo sin lugar a dudas, un compromiso todavía más profundo.
Llegamos a 2013, ubicado después de la maravillosa puesta
cinematográfica The Avengers, nuestro
querido Tony Stark se ve más dependiente de su tecnología que nunca,
desarrollando un sistema de detección para hacer que su armadura vuele para
adherirse al cuerpo de su dueño, pero tales obsesiones provocan ciertos
conflictos con su novia Pepper, quedando demostrado que el tan anhelado
equilibrio nunca será eterno. Alternativamente, se introduce al supuesto
villano “el mandarín”, que al final
no resultó ser otra cosa que un distractor para el verdadero enemigo, el doctor
Aldrich Killian, creador de un virus que permite curar discapacidades en el ser
humano, mejorando el propio metabolismo, siendo un claro ejemplo de cómo el uso
desmedido de tecnología para borrar los errores humanos impide la
diferenciación consciente entre acciones destructivas y acciones benéficas,
pero todo eso va ligado a lo que ya hemos venido concluyendo antes, acerca de
la motivación primaria que tenemos ante un gran poder.
Igualmente, Tony debe enfrentar otra vez esa fragmentación
de sí mismo, reunir a sus camaradas, y salvar el día como siempre lo hace. Esta
humana condición de lidiar con tus más profundos temores, es lo que le permite
al campeón de la jornada avanzar, debido que el guerrero más valiente no es
aquél que no le teme a nada, sino quien está dispuesto a aceptarlo. Después de
lidiar con el enemigo, comprende lo que en verdad es importante en su vida, y
logra salvarlo, salvándose a sí mismo en el proceso.
Es muy obvio que en las películas de superhéroes los efectos
especiales juegan un gran papel en el proceso de expresión, pero a lo largo de
estos análisis acerca de la propuesta cinematográfica de Marvel, además de los
temas en particular que aborda cada película, puedo a detectar un mensaje
constante en cada aventura, el cual versa acerca de las decisiones que tomamos
cuando somos conscientes de poseer un gran don, y cómo este puede afectar el
resto del mundo.
Ironman me ha sorprendido en
estas películas, y espero que siga haciéndolo en las que están por venir. Por
ahora, no tengo nada más que agregar sobre el hombre de hierro. Me doy por
satisfecho ahora con estas propuestas, pero yo, cual equilibrio, tampoco prometo
nada. Aquí me despido sin mayores contratiempos, agregando que fue un verdadero
placer escribir, como siempre lo ha sido. Quedo a sus órdenes; mi nombre es Maximilian
de Zalce, y yo…soy el Guardián Eterno.
Ninguna de las imágenes aquí mostradas me pertenecen de ninguna manera.
Su uso es por meros motivos de ejemplificación y demostración.
Todo se hace con el objetivo de entretener y enseñar.
Por lo demás, gracias por su atención.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Con gran placer leeré cualquier comentario y crítica. Agradezco tu tiempo.