RECUENTO CINEMATOGRÁFICO Y ANÁLISIS COMPARATIVO AL CÓMIC.
Desde hace mucho tiempo he
comprendido que las personas nos asombramos por hazañas extraordinarias que
vivimos en nuestro entorno, pero al momento de rememorarlo, quizá de manera
demostrativa, solemos hacerlo preferiblemente sin involucrarnos a profundidad. He
detectado el grave problema de un tiempo para acá, que en mis análisis tiendo a
dejar demasiado por sentado lo que siento con respecto a una cosa, debido a
experiencias personales y fantasmas de tiempo atrás, provocando la creación de
un lenguaje más explicativo, dejando de lado la labor de vulnerabilizar a
cualquier individuo por mis palabras. No me cuestiono la falta de dominio en un
tema, que sin lugar a dudas tal capacidad analítica ha crecido en mí, pero la
falta de visceralidad en mis palabras es lo preocupante. Siendo escritor,
siendo artista, siendo soñador, siendo superhéroe, y mayor que todo lo
anterior, ¡siendo guardián!, no puedo permitirme esta ignorancia emotiva en
cuanto a los temas que toco, ¿cómo puedes esperar llegar a la esencia de las
cosas sin llegar a verte tú en todo ello? Las caricaturas, los libros, los
cómics, las novelas, los cuentos, la poesía, las canciones, las historias, todo
ello y más, me provoca este hacer transformador, este presenciar vívido, esta
riqueza espiritual, la cual debe enaltecerse, respetando su debido espacio,
porque más allá de que sea algo que sencillamente me gusta, es aquello que
despierta algo en mí y me inspira hablar de ello.
Me tomé un tiempo, y me di a la
tarea de mejorar mi lenguaje narrativo, cual entrenamiento en el templo
sagrado, y logré desarrollar una nueva técnica, la cual emplearé de ahora en
adelante, sin pensar en mantenerla inamovible, sino presenciando con placer su
crecimiento y vivencia. Quería nivelar el marcador entre mi deseo
interpretativo y mi hambre sensorial, creando un desenvolvimiento más fluido,
donde comprendo los momentos en cada parte del escrito, manteniéndolos
unificados, y dirigirlos armoniosamente hacia un certero fin. No imagino mejor
forma de hacerlo que cumplir con lo acordado, trayéndoles otro trabajo dentro
de “La jornada de todos los héroes”, con un personaje asombroso en todas sus
dimensiones.
Desde el Hulk creado por Stan
Lee y Jack Kirby, pasando por las películas Hulk
del 2003 y El increíble Hulk del
2008, hasta llegar a asombrosas encarnaciones del séptimo arte como Planeta Hulk, Guerra Mundial Hulk, tragedias,
encuentros y tanta destrucción, hemos conocido varias apariencias del gigante
esmeralda, desde la irracionalidad hasta el heroísmo, encontrándolo en las
situaciones más insólitas sobre la creación y la destrucción.
Yéndonos directamente con el
primer filme, la primera vez que vemos a Hulk en la pantalla grande, hubo
críticas tanto halagadoras como hostiles, porque estos últimos consideraban en
su estupidez que la película era demasiado compleja para una cinta sobre este
personaje, por lo que a mi parecer tal opinión, con el debido respeto, me entró
por un oído y salió por el otro, al sentir que esta adaptación logra captar la
esencia argumentativa y conflictiva del superhéroe, plasmando mucho de los
detalles y rasgos de Hulk, que han sido retomados una y otra vez incluso en su
complejidad.
La película me fascinó, ¿qué más
se puede decir?, y eso que cuando la vi por primera vez no la entendí del todo,
pero vaya que años después comprendí el significado. Obviamente es una labor
muy complicada el pasar la fantasía gráfica del cómic en un ámbito más cercano
a la realidad, en especial cuando tratas con una audiencia que prefiere al
titán tirando golpes en lugar de reflexionar acerca de su origen, lo cual es
respetable, pero no te permite captar la intención real del filme. Es obvio que
no estamos tratando con una película artística al cien por cien, mucho menos de
una excelentemente dirigida sobre algunos detalles de edición, pero me atrapó a
mí desde el primer instante cuando trataron este tema de la dualidad en el yo
del individuo, tema que es muy referido a lo largo de mis historias favoritas
de este poderoso personaje. El proponer que el accidente gamma que sufre el
doctor Banner no sólo lo cambia físicamente, sino también psicológicamente y
espiritualmente, es la principal razón por la cual me encantó esta primera
propuesta, porque me hizo entender sin rodeos, cómo podemos adquirir otra
personalidad, o actitudes alternativas por diversos momentos de partición que
hemos vivido, y como tales, se activan en momentos donde nos sentimos
enfrentados a esos sucesos de manera tanto fisiológica como emocional.
Psicológicamente hablando, esto es algo muy cierto, pero también es algo que
bien pudo habernos sucedido a todos, porque cada vez que decimos odiar a
alguien es por ver aspectos de esas personas en nosotros mismos, y tal sentir
nace por algún suceso compartido con la persona, cosa que en algunos casos, se
puede ir reprimiendo por diversas circunstancias, mientras que en otros casos,
se van activando poco a poco hasta hacer más fructífera esta línea entre una
actitud y otra, por cada enfrentamiento entre nuevos aprendizajes y el pasado
lleno de traumas o sucesos que vamos cargando. La ira, al ser una emoción tan
poderosa, estalla con la verdad, ya que hablamos de pulsiones, de lo escondido
en tu interior, y tal enojo puede esconder muchas frustraciones de antaño. Todo
esto, como dije antes, es lo que vi, lo que desarrollé, y la razón por la cual
la película impactó tanto en mí. Me pareció también interesante manejar este
enfrentamiento padre e hijo, en homenaje a la rivalidad entre Hulk y el hombre
absorbente, lo cual se hace en la destacable interpretación de Nicholas King
como David Banner, padre de Bruce, y más que nada en la maravillosa escena de
la base militar donde ambos dialogan; al ver esta secuencia, de pronto me vi
transportado al teatro, en un monólogo representativo de las partes contrarias,
protagonista y antagonista, rectitud y caos, odio contra redención.
“…Piensa en todos esos hombres de afuera con uniformes, ladrando y
tragándose órdenes, imponiendo sus miserables reglas sobre el mundo entero.
¡Piensa en todo el mal que han hecho! ¡A ti! ¡A mí! ¡A la humanidad! Pues
entiende algo, podemos hacer que ellos, sus banderas, sus himnos y sus
gobiernos, ¡desaparezcan!, en un momento, ¡tú en mí…!”.
“¿Qué, es tu respuesta? Pues entonces vas a morir, y a renacer, ¡cómo
un héroe! De los que habitaron la tierra, mucho antes que las apagadas
religiones de la civilización, infectaran el alma de la humanidad…”.
Luego de tan impresionantes palabras, David absorbe una gran
cantidad de electricidad, transformándose en una entidad de energía pura, que Bruce
transformándose en ese momento ante él, hace alusión al enfrentamiento de Zeus,
padre de los dioses, y Prometeo, campeón de la humanidad. Obviamente el final
tiene su explicación por el lado heroico y científico, pero intuyo que la
intención principal de darle ese fin, fue atribuirle a la condición del villano
este carácter de recuerdo, que denotaba esta parte sádica y salvaje que heredó
en su hijo, y el ver cómo algunas secuencias estaban más obscurecidas,
representaban este inconsciente del héroe, y cómo la presencia paternal yacía
en todas partes. Hulk se da cuenta que mientras más luche con él, mientras más
alimente este rencor por su padre, toda esa rabia, más fuerte hará esa parte
que en algún momento lo transformará en el villano, igual a su progenitor, así
que el devolverle toda la energía, simboliza esta proyección de la rabia que
los mantenía unidos, y cómo al fundirse colapsa por sí mismo ese miedo y odio
hacia él, alcanzando la redención. Me pareció increíble cómo utilizaron esta
analogía de cómo personas muy cercanas a nosotros pueden encarnar nuestros más
profundos rencores, y a parte de sentir una enorme decepción, igual tenemos un
miedo no por lo que podrían hacernos, sino por saber que una parte de ellos
mismos que los hicieron tomar esa clase de vida, también vive en nosotros.
En la segunda adaptación, deslindada de la primera,
conocemos a un Bruce Banner cansado de sus poderes como Hulk, y busca
desesperadamente la manera de remediarlo, mientras el ejército estadounidense
le sigue fervientemente la pista. Esta película encantó más al público que la
anterior, porque más allá de concentrarse en el origen de la creatura, la
acción se mantiene en movimiento ante la persecución y caza que le dan a su
alter ego haciendo que las situaciones se desenvuelvan de manera más natural, además
de dar entrada a uno de los villanos emblemáticos del gigante verde, la
Abominación, siendo la degradación de Blonsky, por su locura con el poder, lo
que hizo de tal interpretación algo disfrutable. El diseño del protagónico, más
algunas peleas, fueron lo que agradó a la audiencia, pero yo me quedo con esta
película más por el mensaje acerca de las analogías con respecto al poder,
tanto por el control del mismo, como la libertad de poder usarlo, cayendo en el
tema acerca de quién realmente merece portar tal don. Lo que me llamó más la
atención de la película en todo momento, fue la antítesis Blonsky/Banner,
siendo que mientras uno deseaba el poder para usarlo a su antojo, el otro
deseaba desecharlo al considerar que nadie debía poseerlo, pero viendo cómo la
catástrofe se desata, Bruce decide afrontar el reto, y asumir su papel como
Hulk para dirigir toda esa rabia en un objetivo definido. Interpretándolo ya
más a la vida cotidiana, está por sentado que todos tenemos cierto poder,
entendido este como la capacidad de injerencia que tenemos en nuestro entorno y
en nuestros allegados, desde el gobernante que tiene el poder para destruir o
construir una nación, hasta el portero que tiene el poder de dejarte pasar.
Creo que el poder no debe tenerlo cualquiera, pero más que una conclusión, el
gigante esmeralda nos deja con una pregunta: ¿cómo escoger a la persona correcta?, incluso eso se ve casi al
final en la escena del helicóptero previo al combate, donde Bruce deja en claro
no poder controlar el poder de Hulk, pero si poder dirigirlo, y esa decisión da
pie a la enseñanza que lo que determina la libertad de ejercer un poder, es la
capacidad humana de lograr controlarlo.
Son muy pocos los superhéroes que he podido leer desde sus
orígenes, si de Marvel hablamos, ya que empecé a interesarme en el gigante
furioso desde el lanzamiento de la película animada, Planeta Hulk, basado obviamente en el cómic del mismo nombre y del
cual me seguí por la guerra contra los demás héroes, su confinamiento, la
aparición del Red Hulk, y enfrentamientos posteriores a entidades tanto
monstruosas como divinas, llegando a un final felizmente inesperado hasta donde
puedo entender. Lo que más me gusta de todos estos cómics, es cómo mezclan lo
mejor de las películas estrenadas en años pasados, manteniendo constante esta
dualidad entre Bruce y Hulk más las diversas batallas que han presentado a este
poderoso personaje.
El tema por ley que se encuentra en este héroe, desde sus
inicios hasta su presuntuoso final, es la fragmentación, porque vemos que ha
habido diferentes tipos de Hulks a lo largo de la historia, muchas veces
encarnando una actitud reprimida del buen doctor Banner. En los eventos del
famoso cómic de esta línea, “Los increíbles Hulks”, conocemos una gran verdad acerca
de la relación entre el coloso y el científico, y resulta que la bomba gama, si
había despertado algo dentro de Bruce, lo cual se manifiesta como Hulk, y ha
estado creciendo de tal manera que se ha forjado una personalidad, la cual
siempre choca con la del hombre. De igual forma se presume, que Bruce no es quien
protege al mundo de Hulk, sino que es Hulk quien protege al mundo de Banner, al
ser este una de las mentes más brillantes, pero potencialmente, más peligrosas
del universo Marvel. Frenado sólo por deidades divinas como Zeus o las fuerzas
demoniacas, Hulk no tiene rivales heroicos que logren detenerle, y mucho menos
cuando las personalidades del doctor y la bestia se han entremezclado a lo
largo de los años, haciendo surgir a un nuevo ser.
Pensando que sólo Ghost Rider podría despertar mi interés
por este universo, Hulk me gritó rabioso que prestara más atención, y si,
consiguió que buscara muchas de sus nuevas aventuras, y hacerlo escalar en un
merecido primer puesto entre mis héroes preferidos de Marvel. No sólo el más
fuerte entre los fuertes, sino el del conflicto más trágico, y quizá, poseedor
de un tema atemporal e inherente a cada uno de nosotros, en especial a mí.
Espero hayan disfrutado de esta narración, y les haya hecho comprender un poco
más de no juzgar tanto por las apariencias, y realmente encontrarse con los
detalles que hacen trascender una acción. Como siempre es un placer escribir, y
que les sonrían los vientos de lo desconocido. Mi nombre ya lo saben, así que
me despido humildemente; gracias por su atención.
Como siempre, aunque ya lo saben, ninguna de las imágenes aquí me pertenecen.
Todas pertenecen de forma exclusiva a sus respectivos creadores.
Su utilización, es sólo por motivos de enseñanza y aprendizaje.
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