viernes, 27 de noviembre de 2015

Siguiendo mi camino.

SUPERHÉROE.
Diálogos entre la inocencia y la soledad.

El dolor por el que atraviesa mi ser es indecible, quema cada rincón dentro de mi mente, como un océano, nublando mi juicio y mi visión; de repente la luz en el cielo se apaga, y los cielos se cierran ante mí, dejándome en un solitario desierto de arena obscura, sin ningún viento ni agua que alivie mis penas. No hay nadie, sólo yo y el abismo, un infierno personal que me cubre como una cobija fría, y tal es el aliento de la eternidad, que el temor detiene mi paso. El agobiante tiempo pasa frente a mí, se escurre entre miradas, y todo se mantiene inamovible hasta la locura…siento pasos aproximándose, y ni siquiera debo alzar la cara para conocer a mi verdugo.

Bienvenido nuevamente, mi querido viajante.

No me sorprende verte aquí.

¿No tienes nada que preguntarme?

¿Haría alguna diferencia? Mi condición permanecería igual.

Cada quién su cruz.

Cada quien su equilibrio.

Dejemos la filosofía. ¿No dudas en dónde estás?

Sé dónde estoy.

Y aun así no preguntarás nada.

De cierta forma lo sé.

… ¿Por qué contener tanto sufrimiento?

No lo contengo…lo dejo ir.

Como la tristeza, en aquella ocasión.

Je, ¿lo recuerdas?

¿Cómo olvidarlo? El monte misterioso, y los cielos obscuros en su cima. Recuerdo cómo se iluminó tu vista al ver el brillo una vez más.

Fueron días mejores.

Pero ahora…todo ha desaparecido.

Porque así lo quise.

¿Tan grande es tu dolor?

Mi decisión lo es.

¿Qué tan grande?

Lo observo detenidamente, y luego nos soltamos a reír. Me siento en la negruzca arena, y él hace lo mismo. Miro el horizonte por largo tiempo, pura sombra y obscuridad, y sin saber porqué, sonrío a ese paisaje.

Ya en serio, ¿pretendes dejar todo este mundo así?

Se transformará a su tiempo.

¿Y eso cuándo será?

No lo sé, pero sucederá eventualmente…siempre lo hace.

Has vivido muchas aventuras desde aquellos días. Me siento orgulloso.

Me gustaría sentir lo mismo.

¿Ahora qué sigue?

No lo sé, lo que tenga que venir, no controlo el futuro, sólo el ahora.

… ¿Quieres que te deje solo?

¡Pero si siempre estás conmigo!

¿De veras?

Claro que si, a veces en menor medida, pero es inevitable.

Nunca lo había visto de esa forma…

Tal vez no lo viste, pero lo has sentido.

¿Por qué tengo la ligera sospecha de que tú vienes a enseñarme a mí, y no yo a ti?

De todo se aprende.

Pues te lo agradezco.

...La vida es algo tan bello. Me gusta vivir, porque viviendo, puedo elegir, y al elegir, puedo hacer, y al hacer, puedo trascender, y al trascender, puedo sentir, y al sentir…vuelvo a vivir.

… ¿Me voy o me quedo? Ya no entendí.

Eres un pendejo.

Soy tú, ¿qué esperabas?

Nada menos, gracias a ti he podido conocer y aprender, sentir lo que es la vida, decidir por mí mismo.

Y así, la vida continúa.

¿Quieres que vivamos una vez más?

¡Qué pregunta! Yo debería haberla hecho.

En ese caso vámonos, que se nos hace tarde.

¿De verdad te sientes listo para esto?

Si…más que nunca.

Pues en ese caso despierta, que un debate filosófico te aguarda.

Nada mejor. Por cierto…muchas gracias.

Cuando quieras, hasta el próximo umbral.

Los cielos se abrieron ante mí, y el brillo del atardecer alumbró el obscuro desierto, provocando que de su arena surgiera vida, desde el monte misterioso hasta las tierras de los héroes; el umbral llegaba a su fin, y antes de darme la vuelta, pude ver la creación misma, desde ciudades hasta pueblos, desde planetas hasta galaxias, vi la formación de las estrellas y los soñadores que las miran, el nacimiento de las emociones y los herreros de la humanidad, hasta alcancé a percibir el surgimiento de los aromas, los sonidos, el viento y el agua, los infiernos y los paraísos, los momentos, las respiraciones, las miradas, los amoríos, los sueños, los bosques y sus melodías, hasta culminar en el holismo de la imaginación. Con esta grata presencia de las posibilidades en funcionamiento, volví a mi mundo, viéndome nuevamente en la calle, con un pensar específico.

Estoy solo.

El mundo que ahora se abre ante mí ha cambiado. Los demás héroes que me acompañaban en esta jornada murieron ya hace varios años, forzando de más sus poderes en los campos de la indecisión y la duda. Sólo quedo yo, y como tal, mantengo un bajo perfil, uno entre la indiferencia y la ira, pero sobre todo sumiso por el tangible dolor de mi muela derecha. Pero ninguno de los anteriores fracasos daba respuesta a esta soledad, excepto el haber terminado con mi novia ya hace unos cuantos meses. ¿Qué era lo que más me molestaba? Pues…supongo el saber si sigo siendo real conmigo mismo. Hoy en día existen muchos estúpidos y charlatanes que dicen que la filosofía es una invención, algo que simplemente se hace por hacer algo, de lo cual no podría estar en mayor desacuerdo, no sólo por ser sencillamente el producto de la mente más imbécil y limitada en la faz de la existencia, sino por ofrecernos el porqué ser humano, porqué acción, porqué decisión, y porqué soy; la filosofía es una parte esencial en el conocimiento, no sólo por darte respuesta a chingadazos de tus mayores conflictos, sino por ser una invitación directa al atreverse a conocer todo lo que te conforma, y visualizar eso durante toda la vida. Aunque claro, siempre hay dudas, siempre hay conflictos…como el que tengo ahora, uno que verdaderamente dudo poder resolver.

¿De verdad la filosofía sirve?, ¿todo aquello que he dicho durante toda mi vida es real?, ¿es cierto que una filosofía de vivir el momento sin importar qué, funciona?, ¿no todo eso es sólo superación personal?

Lo que sabía en ese momento es que tenía hambre, y por ello compré una torta de milanesa para comer en casa; seguía debatiéndome lo mismo hasta que cruce una esquina, y casi hasta el otro extremo, pude vislumbrar cómo le quitaban el bolso a una mujer. ¡Maldita sea! El ladrón corría directamente a mí, por lo que me quedé parado. ¿Nunca has sentido como que todo depende de ti?, digo, sonará estúpido, pero aquí aplica lo que he dicho siempre sobre cómo una decisión puede cambiarlo todo.

Y estaba a unos cuarenta y tres pasos de saberlo en carne propia.

“Quiero un poder que me deje salvar a la humanidad y me deje entenderla”, esas fueron mis palabras, y esa fue mi petición de aquel entonces, a lo que recibí la inocencia como único veredicto.

Veintiún pasos, y contando.

La inocencia es un estado de desconocimiento, lo cual te permite conocer el mundo lentamente, comprenderlo a un ritmo pausado, ya que la comprensión es el mayor poder de todos, ¿por qué? Porque es un poder que nadie más se atreve a cargar... ¿entonces por qué yo?

Ocho pasos más.

Una decisión mueve una acción, y una acción mueve el entorno, y al moverse el entorno, puede vulnerabilizar el mundo interno de las personas. Si la filosofía en realidad no sirviera de nada, no me haría las preguntas que me moverían a hacer lo que estaba a punto de realizar. Bien pude haber decidido no hacer nada, pero en su lugar, decidí hacer algo.

Le puse el pie al ladrón.

Este tambaleó y cayó como costal de papas por el suelo; era un sujeto alto, algo musculoso, y yo era un enclenque, pero eso no me importaba, porque ya estaba hecho. Tiré la bolsa donde llevaba mi comida, y me lancé contra el sujeto manteniéndolo boca abajo. Sabía que era una acción inútil, ya que mi fuerza no superaba la suya, y lo supe cuando el sujeto se levantó, pero yo por nada del mundo lo solté. El tipo me gritaba y me golpeaba, algunos reían, otros sólo miraban, pero en ningún segundo aflojé mi agarre sobre su cuello, y aunque el dolor en mi muela subía, yo no pensaba en rendirme. Fue en ese preciso instante cuando un oficial, que había estado al otro de la calle, y que tontamente se dedicó a observar lo sucedido, nos separó, y sin miramientos, empezó a esposar al ladrón. Se hizo el silencio, exceptuando los gritos del hombre que no paraba de decirme “¡estás muerto, putito!”, y sí, tenía razón, he estado muerto por dentro hasta el maldito límite. Respirando con dificultad, y tomando la comida que había tirado, observé el bolso en el suelo, el cual levanté, y al ver a la señora cercana a mí, se lo lancé con suficiencia. No necesitaba mayor agradecimientos, ya que sólo quería comer.

¿Filosofía inservible? Mis nalgas.

La inocencia va a salvar el mundo, porque su espada va a ser la filosofía.

Tan claro como el agua, o como un dolor de muela.

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