DESPERTAR
Y RESURRECCIÓN.
Los saludo nuevamente, querido público de todos y ninguno.
Aquí me tienen, en este espacio una vez más, para hablarles sobre lo que he
sentido hasta el momento de la nueva serie de Dragon Ball. Hoy en día vivimos
una época donde se da nacimiento a historias sorprendentes, y de este manga
reconocido a nivel mundial, no es la excepción. Con el impactante inicio de las
nuevas aventuras de este carismático personaje llamado Goku, con películas como
La batalla de los dioses, y la resurrección de Freezer, no quisieron
hacernos esperar con una soberbia continuación.
Desgraciadamente, para muchos, aunque si fue una gran
emoción volver a saber sobre sus personajes favoritos después de la épica lucha
contra Majin Boo, para otros resultó decepcionante la pésima calidad de
animación con la que contaron algunos episodios, y sirvió de material para
hacer una eterna burla a la serie. A manera de paréntesis, igual a mí me
decepcionaron esos detalles, pero hay que comprender que no estamos hablando de
una animación sencilla, y menos con el tiempo dado. También debo resaltar que
la serie, a mi consideración, más allá de sus impresionantes batallas y
material cómico de relleno, ha podido dejar en claro varios detalles que resultaron
dudosos en las películas, sobre los misterios que abarcaban la existencia del
Súper Saiyajin Dios, como la posibilidad de alcanzar dicha fase sin la ayuda de
otros Saiyajin, que es el caso de Vegeta, y que la transformación conocida como
el Super Saiyajin Dios Azul, es una transformación superior al estado base de
aura rojiza. Si, son detalles pequeños, quizá muy obvios, pero que dentro de la
trama, permiten el desarrollo de cierta lógica, durante su continuidad. Pero
eso tampoco es lo que he venido a decirles.
Como igual algunos saben, a la par de la serie también se
está realizando un manga de la misma, y cómo en ella no se contó, de manera
visual, el pequeño enfrentamiento contra Golden Freezer, pudimos ver las
circunstancias que desencadenarían el futuro de la serie.
Me permito opinar, y sé que no es excusa, que al tratar de
resumir los valiosos argumentos de las películas anteriormente estrenadas, en
los primeros veintitantos capítulos lanzados hasta la fecha, provocó un erróneo
o muy súbito desenvolvimiento de la trama, causando por ende una mala calidad
de animación. Pero, volviendo a la aclaración de detalles que denoté hace poco,
igual hizo que algunos elementos resaltaran, separando detalles importantes que
en el manga no se han tocado, y eso alcanzó su cúspide, en el capítulo 29.
Para muchos ya no es misterioso
lo que prosigue de esta aventura, pero aún así lo diré. Aparece Champa, el dios
de la destrucción del universo seis, y hermano gemelo del dios Bills; al perder
un enfrentamiento de comida deliciosa, Champa reta a su hermano a un combate
entre sus universos, y el ganador se queda con el universo del perdedor.
Aclarando que si ellos lucharan ambos universos se irían a pique, explicó
realizar un torneo de luchadores escogidos por ellos. Es en este instante,
cuando Bills alega qué obtendría a cambio al tener el triunfo, donde se
introduce la existencia de las súper
esferas del dragón, que a diferencia de las creadas por los Namekusein,
estas no tienen límites en cuanto a qué tipo de deseo obtener.
Mi intención no es la de establecer una teoría sobre el
futuro de la serie, como millones de canales de internet han hecho antes que
yo, y cuya labor admiro, siendo que sólo deseo señalar que, a excepción de algunas
revelaciones previas como la de Wiss sobre la existencia de los universo
múltiples, y Gohan quien decide retomar su entrenamiento, este último capítulo,
lo sentí muy diferente.
[…] Para nosotros los dioses, las
esferas del dragón no son más que una razón para pelear […]
[…] Los dioses no desean nada, y
si tuviéramos que desear algo…sería desaparecer todo […]
Nótese la actitud propia de cada uno de los personajes. |
Estas palabras, proferidas únicamente por Bills, el dios de
la destrucción del universo siete, son las que me movieron a escribir esta
publicación, porque aparte de ser un momento tenso durante el capítulo, cosa
que no se ha visto o sentido antes, pude intuir que aquello era el principio de
algo mucho más grande. Tal pensamiento fue confirmado ante las miradas que se
lanzaron el Dios destructor y Bulma.
¿Qué me dijeron esas miradas?
Muchísimo, porque me dije que esto ya huele a conflicto, por ende, esto ya
huele aventura, ¡esto era justo lo que esperábamos!, este es el giro
argumental, que yo, y espero que muchos otros, han estado esperando para
empezar a discernir entre el verdadero potencial de la serie y la relación que
hay entre los personajes.
Una de las cosas que me permitieron refutar todavía más
sobre este precioso momento del capítulo, es que Bulma es la principal
implicada, ¿y quién es Bulma?, ¡bueno!, cualquier hija de vecina no es, sino
que ha estado desde el principio de la aventura, desde el principio de la
magia, conociendo de todo. Se ha enfrentado a la patrulla roja, al rey demonio
Piccolo, al emperador Freezer, a la amenaza androide, al terrible Majin Boo, y
ésta es de las pocas veces que se le ha visto realmente alterada, por tan sólo
la mirada de otro personaje. A tal punto llega su preocupación, que de cierta
forma le recrimina a Goku el no tomarse las cosas en serio, e incluso Vegeta se
impresiona ante esa actitud. Hasta cierto punto Goku parece desinteresado de
dichas palabras, pero aún así, queda por sentado cómo éste ha equilibrado su
deseo por volverse más fuerte con su deseo de protección.
También está la posibilidad fructífera de que no suceda
nada, sin embargo, esas reacciones acompañadas con la música de fondo, no creo
que hayan elaborado cierta tensión por casualidad. ¿Qué planea Bills? No tengo
ni idea, pero espero que los creadores jueguen mucho con este momento, para
crear la expectativa, y mantener enganchada a la audiencia. Espero les haya
agradado este breve interludio. Yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno;
gracias por su atención.
Ninguna de las imágenes
aquí ocupadas me pertenece en ningún sentido.
Su utilización es con
el único objetivo de demostrar y entretener.
Cada imagen pertenece a
sus respectivos creadores.
Estando todo aclarado,
me despido.
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