MI
VERDAD.
Una de las únicas y amadas por Maximiliano Zalce Monroy.
¿Qué
le ha pasado al mundo?, ¿qué le ha pasado al ser humano? En dónde el brillo de
la esperanza surge, igual hace acto de aparición la sombra de la ignorancia.
Indudable nuestra humana condición de volvernos más estúpidos o más fantásticos
con el pasar del tiempo, culminando en una eterna y encadenada lucha de
protectores y asesinos, artistas y demonios, guerreros y desertores, todo por
mantener un equilibrio, o hacer alusión al mayor juego de la vida. Un juego
resignificado no precisamente en juguetes. Veo mis manos, mi habitación
incluso, y aunque la lucha del día a día es bastante cansada, veo más cambio en
tales elementos que en la misma sociedad de la actualidad. ¿Hacia dónde vamos?,
es desconocido para mí, es terrible para mí, porque mientras observo con pesar
cómo personas allegadas se preguntan, tontamente, si la homosexualidad es un
trastorno, qué religión es mejor, incluso en el colmo de mi paciencia, de que
si el aborto es un asesinato, yo me pregunto sobre el universo existencial
tanto en el entorno como en el interior inherente a cada individuo del mundo.
Cada
quien nació de una forma, cada monstruo tuvo su origen, y cada luz empezó por
una chispa, y por ello, he dejado de preguntarme tanto el porqué de esta
condición, y he atestiguado, no sin cierto pesar, la realidad de nuestras
acciones. Vivimos en medio del caos, ya que este nunca se fue, cada decisión es
un choque contra el mundo del otro…
Es
cierto que la actividad de elegir nos une, hasta cierto punto, como especie,
pero sin comprensión, ¿cómo podríamos sobrevivir? El gesto de comprensión no
requiere precisamente que ames al otro, que sigas al otro, ni siquiera que
felicites al otro…simplemente indica la máxima de no condenar al prójimo. Si
hubiera más comprensión, aprenderíamos a ver las cuestiones como la
homosexualidad, el aborto, y la religión no en las limitantes tonterías del
bien y el mal, sino como lo que realmente son: acciones que bien pueden caer en
un exceso o se pueden realizar perfectamente en equilibrio con uno mismo. ¡Y ya
está! No hay nada más que discutir…
He
aprendido, obviamente, que existen temas también que, sin importar el contexto,
no pueden ser debatibles al ser éstas perjudiciales para la vida humana por
definición propia, tales como el asesinato, el racismo, la discriminación, el
abuso, la violación, entre muchos otros. Muchos me dirían que “dependiendo de
las circunstancias”, y si, existen ciertos escenarios posibles que podrían
crearse ante tal cuestión, y lo que podríamos decir en el instante no serían
más que especulaciones, pero es una realidad que al enfrentar tales
circunstancias, existen momentos donde no hay opción, y necesitamos enfrentar
la adversidad de una sola forma posible, debido a que no todas las opciones
viables o provechosas se nos presentan en ese instante, pero volvemos al mismo
tema de los excesos, que bien puede darse en un arranque de locura, y puede
desencadenar peores cosas.
Ante
tal panorama, ¿qué esperanza nos queda?, ¿o qué tenebroso futuro nos depara? De
algo estoy muy seguro, y doy por hecho que es un pensamiento compartido…una
gran batalla se avecina, aunque lo único que no sé… ¿entre quienes será ese
gran choque de fuerzas? Sólo el tiempo lo dirá.
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