Y EL
DESCUBRIMIENTO
DEL SER.
He tenido el mágico placer de
apreciar en pocas noches las maravillas construidas en años que volaron ante
mis ojos, por lo que gracias a la brevedad aconsejada de un reconocido guía,
citaré algunas de sus sabias palabras antes de iniciar mi acostumbrada verborrea,
y éstas son: ¡Papanatas! ¡Llorones!
¡Baratijas! ¡Pellizco! Ahí donde comenzó, así comenzaré.
Los saludo nuevamente, nebuloso
pero encantador público de todos y ninguno, en una satisfactoria cruzada por
una de las sagas clásicas más reconocidas de todos los tiempos. Debo decir sin
presunción, que esta aventura, y las investigaciones pertinentes a ella, han
sido más extenuantes que en ocasiones anteriores, siendo que además de una
grata experiencia cinematográfica, existía una riqueza literaria única, y el
desentrañar cada elemento no era cosa de un día para otro.
Si algo me ha quedado claro en
tantos ratos de lectura y apreciación, es que el propio universo de Harry
Potter, es extenso, ¡demasiado extenso!, y no tanto por su prolongado material,
sino por los detalles en su contenido, denotando una sensibilidad única al
describir escenarios y situaciones dentro de la trama, y cómo estos son bien
llevados a lo largo de la misma. Puedo decir que tuve una maravillosa experiencia
al leer los libros que aunque ya los había leído antaño, no existe comparación
cuando se tienen los conocimientos precisos para analizar una obra, y vaya que
se me abrieron muchísimas puertas para comprender de qué se trataba este
asunto, pero decidiré irme por partes. No es una sorpresa que la argumentación
de los gustos esenciales y la exploración de horizontes ha sido un tema
recurrente en mis escritos de un tiempo a acá, refiriéndome que aunque sean
aspectos un tanto distintos, van estrechamente ligados, teniendo en cuenta la
implicación del arte en una obra de esta índole. No en todo lo que nos gusta
podemos reconocer algo artístico como no en todo lo que reconocemos algo
artístico llega a gustarnos, y esa es una gran realidad, pero evidentemente
conforme vamos conociendo más cosas nuestros gustos igual se ven desarrollados,
no sólo por el criterio, sino por la sensibilidad y la identificación expresiva
de una obra. Obviamente es un punto bastante debatible, si lo digo yo mismo,
porque aún me quedan varios trayectos por recorrer, y debo agregar, que muy
poco tiempo para recorrerlos, pero ahora estoy aquí, no sólo para compartir
impresiones, sino para afirmar el descubrimiento del ser en esta historia.
Los trabajos realizados por Joanne
Kathleen Rowling, desde esta inolvidable saga, expandida por obras como “Los cuentos de Beedle el Bardo”, “Animales
fantásticos y dónde encontrarlos”, de Newt Scamander y “Quidditch a través de los tiempos”, de Kennilworthy Whisp, han
transmitido profundidad a los lectores de generación en generación, que hasta
hoy en día, no es raro encontrarse con un par de niños agitando varas de roble
el uno contra el otro, mientras profieren conjuros al viento. Muchas personas,
de edades diversas, han sido tocados por la historia del singular y joven
hechicero, que sin planearlo su nombre pasó a la historia, aunque para mí, que
le he encontrado el gusto a todo este universo, no me parece en nada curioso
que varios individuos se hayan visto impactados por los personajes y sus enseñanzas,
ya que me permito recordar en toda ocasión: la
ayuda, siempre será brindada en Hogwarts, a los que se la merecen.
Es una obviedad decir, quizá, a
estas alturas, que las películas discrepan con los libros en varios detalles
cruciales, sin embargo, eso no demerita el gran trabajo que se ha hecho durante
tantos años, siendo que muchas cosas que no me gustaron tanto de los libros, me
gustaron más en las películas, y viceversa. A cada segundo, las historias nos
envolvían con este dejo del héroe clásico, el conflicto interior inherente en
todo ser, y cómo a poco este alcanzaba la anhelada transformación, el
equilibrio, la visión de mil mundos en una armonía interior. Pero claro, me
estoy adelantando bastante, y aunque si son muchas cosas que decir, trataré de
ir poco a poco.
HARRY POTTER
Y LA PIEDRA FILOSOFAL.
“El mundo mágico ha
alcanzado la paz, ante la caída del señor tenebroso, dejando como última hazaña
la fallida muerte de un bebé llamado Harry Potter, quien será llevado con sus
tíos a un mundo alejado de la abrumadora verdad de sus habilidades. Los años
pasan, y aquel pequeño creció hasta convertirse en un flacucho y asustadizo
jovencito, que ha sido aceptado en el colegio Hogwarts de magia y hechicería,
donde tendrá que lidiar con la revelación de sus auténticos orígenes, y el
regreso de aquel que no debe ser nombrado”.
Nunca olvidaré la primera vez
que visualicé a Albus Dumbledore en aquella noche de neblina en la calle Privet
Drive, con desiluminador en mano y su andar humilde, cuya sola presencia dio
sustancia a todo el contenido, dio propósito a la historia para que supieran los
que presenciaban dicho momento, que nada era lo que parecía. Si recordamos al
renombrado mitólogo, Joseph Campbell, veremos que la jornada del héroe, avanza de forma cíclica, del inicio prosigue a
su eterno retorno, pero nunca de una forma lineal o esperada, sino que muchas
veces de forma simbólica, y me atrevería decir, que incluso alegórica,
refiriéndome a la figura del ser humano en general, como una de las expresiones
del héroe arquetípico.
En los primeros instantes de la
historia, conocemos el mundo cotidiano del héroe, en este caso, Harry Potter,
introduciéndonos a personajes como sus parientes, los Dursley, conformados por
la tía Petunia, el tío Vernon, y el pequeño y mimado Dudley, siendo un trío del
peor tipo de Muggle que pueda haber, según la respetable opinión de la
profesora McGonagall, opinión que se mantiene sin el menor cambio tanto en la
película como en el libro.
Evidentemente existe una
intención por parte de sus parientes por mantenerlo alejado de todo lo
referente al mundo de las maravillas, totalmente contraria a la intención de
Albus Dumbledore, de hacerle saber la verdad sólo cuando se esté listo para
afrontarla, algo muy común en la jornada del héroe, y en toda aventura en
realidad, cuando el personaje, protagónico, modelo o actante esté enfrentando
un obstáculo: no siempre se tiene el
conocimiento para poder avanzar. Sin embargo, eso también conlleva conocimiento,
la noción de saberse incompleto, o mejor dicho, saber que aún no sabe lo
suficiente.
Finalmente, Harry tiene su primer contacto con la divinidad,
con la magia, representado en la llegada abrupta del medio gigante Hagrid,
quien hace entrega de la carta que afirma la admisión del joven en el colegio
de hechicería. Conforme a ello, y algunos acontecimientos menores, Potter
estaría recibiendo su primer instrumento, la varita mágica.
Este momento no sólo nos muestra un punto crucial dentro de
la propia trama, sino que nos enseña esta adquisición de los dones, “la varita elige al mago”, tanto como
decir, la espada elije al guerrero, o la armadura al protector, entendiéndose
esta simbiosis de cómo aspectos de la propia divinidad, de la magia, son
traducidos en nuestros términos terrenales, despertando con mayor fuerza,
nuestras capacidades escondidas. Se me hizo algo muy bello que resaltaran este
punto. Vamos conociendo al resto de los personajes, unos compañeros de nuestro
peculiar mago, como lo son Ron Weasley y Hermione Granger, al igual que algunos
profesores como la ya antes citada profesora McGonagall, el profesor Quirrel,
el director de la escuela Albus Dumbledore, y el reservado pero duro profesor
Snape.
Cada uno posee una cierta influencia en el personaje
central, mientras éste se lanza por diversos retos donde tendrá que elegir
entre el camino sencillo y el camino correcto continuamente. ¿Qué es lo
sencillo?, ¿qué es lo correcto?, ¿qué fuerza invisible determina el resultado
de nuestras acciones?, ¿hasta qué punto encontramos válido una decisión?, ¿en
qué momento uno puede redimirse, o condenarse? Preguntas astutas que salen de
forma natural, cuando nos planteamos la interrogante de nuestro destino, y más
en un mundo que no conocemos. Es muy claro decir que hasta este momento, las
situaciones que enfrenta Harry, son, hasta cierto punto, de una manera
simbólica en el entendimiento, iguales a las que enfrentamos nosotros todos los
días. Los detalles como el deporte del Quidditch, el banco mágico de Gringotts,
y la convivencia aparentemente armoniosa con creaturas de todo tipo, no son por
pura casualidad, sino que, además de muchas otras razones, es la de hacer
entender que el protagonista se adentra a otro mundo totalmente completo, un
mundo distinto en cada aspecto que lo conforma, pero que asemeja las
situaciones presentes en un mundo real, ya que no es un mundo, por así decirlo,
exento de problemas.
Para hacerme entender, cosa que normalmente no hago,
utilizaré con el debido respeto, un fragmento del ensayo de Gabriela
Monteleone, titulado “Harry Potter, un
clásico de la posmodernidad”, un escrito que es, desgraciadamente, o así lo
intuyo, poco conocido, pero un pasaje del mismo me llamó mucho la atención, y
sirvió para dar respuesta a varias de mis interrogantes. Y este es el
siguiente:
“El
trabajo del escritor de fantasía consiste en conducir al lector dispuesto
—"modelo" enunciaría Eco— de lo mundano a lo mágico. Es una proeza de
la que sólo las imaginaciones superiores son capaces, y Rowling posee dicho
atributo.
Sin
embargo, esto no significa que el lector encuentre en el universo mágico de
Harry Potter un mundo edulcorado y lleno de coloridos duendecitos y hadas con
alitas transparentes que sobrevuelan relatos totalmente ingenuos. Por el
contrario, el mundo que plasma Rowling en sus historias se asemeja a los
grandes relatos clásicos, en los que la crueldad y el horror tienen su lugar al
lado de la belleza y el bien.
Por
consiguiente, la construcción de un mundo paralelo al cotidiano, con reglas
diferentes pero coherentes, es uno de los secretos del éxito de estos libros.
En este sentido es, como ya explicamos un digno heredero de la literatura
maravillosa. Sobre todo de Tolkien, Carroll, Ende y Dahl (ese escritor único
que enseñó a varias generaciones los secretos de las brujas anglosajonas y
comprendió como nadie las arenas movedizas del alma infantil).
Por otro lado, gran parte del interés
que despiertan estos textos radica en el hecho de que, a medida que sus lectores
crecen, también lo hacen Harry, Ron y Herminone. En una entrevista, J K.
Rowling menciona que no le asusta hacer crecer a su personaje. "No hay
cosa menos atractiva que la gente que no puede crecer", afirma la
escritora”.
Como podríamos darnos cuenta, el
tratar de dar respuesta a las preguntas de antaño, independientemente del mundo
en el que nos las planteemos, nos daríamos cuenta de una inequívoca semejanza.
El dolor ante la pérdida, el
amor de seres allegados, la codicia por el poder absoluto, el temor ante lo
desconocido, son cosas que no sólo sirven como un motor eterno en la mecánica
pura de la literatura universal, sino que han sido temáticas que aquejan
nuestro inconsciente, en cualquier momento de nuestra vida.
Ya sea en una vida donde, por
elección propia, el personaje se exprese con amor a sus semejantes, o donde
éste mismo se mantiene constantemente alejado de todo, las inquietudes, los
conflictos, son algo que nunca nos abandonan, y más que frenarnos…nos impulsan,
nos dan enfoque, nos dan propósito, y más que nada, nos transforman con el
pasar de los años.
Para muchos pudo haber parecido
un inicio lento, pero comprendamos que es parte de una larga secuencia de
historias, que poco a poco se ven ligadas. Aunque en mi opinión, al leer el
libro, es un trabajo asombroso, porque no sólo mantuvieron la forma de los
personajes, sino que su propia esencia.
Y cabe resaltar que la temática
de la muerte fue bien lograda en todo momento, insinuando el temor que ésta
representaba para algunos, con la obvia implicación de quietud, o a un estado
de imperceptible nada. Aunque claro, era de esperarse que Dumbledore, en su
ingenio, pudiera contra argumentar esa noción, con una de sus frases más
famosas: Para una mente bien organizada, la
muerte no es más que la siguiente gran aventura.
HARRY POTTER
Y LA CÁMARA SECRETA.
“Reptantes voces
atraviesan los pasillos del colegio Hogwarts, siendo escuchadas sólo por un
estudiante. Harry Potter ha regresado una vez más al mundo de la magia, sólo
para enterarse que los llamados impuros y traidores a la sangre se encuentran
en peligro mortal, siendo él, al lado de sus inseparables amigos, lo único que
se interpone para evitar que una terrible historia de venganza vuelva a
repetirse”.
No pude evitar hacerme la
pregunta, ¿qué provoca una historia como la de Harry Potter para que resalte
por sobre muchas otras?, ¿qué impacto tiene esta trama?, imaginemos, por
ejemplo, sagas como lo son Crepúsculo,
Percy Jackson y el ladrón del trueno, Cirque du Freak: el aprendiz del vampiro,
el aprendiz del hechicero, incluso Súper
escuela de héroes (aunque de ésta última, en realidad, sólo hay una
película, y los superhéroes aún no me han hecho suficientes traumas
psicológicos como para desquitarme con ella), todas ellas cuyos protagonistas
son jóvenes y jovencitas, en una etapa de crecimiento difícil: la adolescencia,
donde se reconocen responsabilidades, y como también, muchas pasiones
despiertan, pero todavía más importante, definimos, hasta cierto punto, hacia
dónde nos dirigimos, tanto en la vida, como en la muerte. Eso no quita, y
quiero aclararlo, que todo momento sea una oportunidad para cambiarlo todo…sólo
como dato.
Pensemos en una saga, con la que
ya he profundizado anteriormente, conocida como La casa de la noche, una mezcla un tanto fantástica y divertida
para unos, y no mucho para otros, sobre vampiros y magia. Sé que para muchos
puede resultar blasfema la mezcla de sangre crepuscular y sangre mágica (mira
nada más, ¡existe un Voldemort en todos nosotros!), pero esta me resultó
interesante, por no decir especial debido al contexto vivido cuando decidí leer
los libros referentes. Una vez hecho eso, me sucedió algo muy divertido con
respecto a la novela que nos atañe, Harry
Potter y la cámara de los secretos, siendo que en tan solo algunos párrafos
del principio de la historia, me abruman con detalles que no salían como tal en
la película, y que hacían más creíble y disfrutable el universo que tenía en
mis manos. He reiterado que las novelas de la casa de la noche me gustaron no
sólo por sus personajes, sino por estos elementos de índole universal que
integraba a la trama, algunas situaciones, como también critiqué la belleza un
tanto estereotipada que yacía en sus libros, pero he ahí precisamente el punto.
¿Cómo logra J.K Rowling ese impacto en tan solo unos párrafos de historia, que
no pudieron lograr P.C y Kristin Cast, al menos en mí, hasta el cuarto libro?
Creo que eso sería tanto como tratar de contestar el cómo un bebé sin ningún
talento mágico extraordinario lograra derrotar al mago tenebroso más poderoso
de todos los tiempos (aunque sabemos que la respuesta, la única, es el amor). Una
vez pensado el tema, la casa de la noche, en mi opinión, resulta ser una
constante búsqueda sobre el punto medio entre el mundo normal y el mundo
divino, ya que para ser sincero, las diferencias no se establecen de manera
definida, o en todo caso, no son del todo, correctamente encaminadas.
De Crepúsculo, bueno, mejor ni
se diga, ya que la figura del vampiro ilustrada por la escritora Stephenie
Meyer, nos habla más de las virtudes que conlleva estos seres, que sus
mortíferos defectos, y el impacto que estos tienen en el mundo. Ni siquiera se
trata de manera muy seria la cualidad un tanto salvaje, incluso malévola, que
estas creaturas podrían poseer, mucho menos el conflicto de relacionarse con la
inocente carne y juventud de Bella Swan, siendo esta la representación del
fruto prohibido.
Es interesante mencionarlo, pues
J.K Rowling expresó no utilizar vampiros en su universo de magia, siendo que el
tema estaba ya demasiado explotado, y nunca mejor dicho. ¡Pero vamos! No
estamos aquí para comparar, así que dejemos mis cavilaciones, dignas de un
adulto solo y alocado, para proseguir con esta historia.
Un año más ha transcurrido, y
Harry se prepara para su segundo encuentro con Hogwarts, siendo éste más mortal
que el anterior, en un tono más obscurecido, ocasionado no sólo a la
introducción de un nuevo maestro para la materia de defensa contra las artes
obscuras, como también la noción de duelos entre magos, sino que se nos habla
de los propios orígenes de la escuela, lograda por cuatro fundadores, y la
cámara de los secretos como el arma final de Salazar Slytherin, para purificar
el colegio de aquellos no dignos de estudiar hechicería, refiriéndose más
precisamente, a los impuros, vulgarmente llamados sangre sucia, o mejor dicho,
aquellos que no poseen un linaje de pura magia.
También podemos apreciar más detalles acerca del mundo
mágico, como lo son los Elfos Domésticos, las Acromántulas, el Basilisco, que
este último nos conlleva a dar un vistazo al joven Tom Ryddle, mejor conocido
como Lord Voldemort, quien retorna a manera de recuerdo dispuesto a cumplir,
como él lo cree, su destino de nacimiento. Este es un detalle que, por obvias
razones, se mantendrá para más adelante.
Los duelos de magia, como ya se citó, son introducidos en
esta película, que de forma creciente, van orquestando la idea general sobre lo
que implica un enfrentamiento entre magos. Hay duelos donde el único objetivo
es desarmar al oponente, como se indica en el ejercicio realizado en ese
momento, pero también, nos lleva a pensar que existen duelos a muerte,
realizados con poderosos conjuros. ¿Por qué es necesaria la igualdad de
condiciones para medir las fuerzas entre dos adversarios? Por un inequívoco
enfrentamiento a uno mismo, ya que la similitud simboliza los aspectos internos
en constante choque, y cómo de tales luchas, se transforma el interior.
Es interesante que mencionen ese tipo de cambios, cuando
justo al final, estando con Harry, hace una interesante mención de que nuestras
decisiones, son las que dicen quiénes somos, mucho más que las propias
habilidad, y quizá muchísimo más que nuestros propios orígenes. El ingenio del
director Dumbledore, junto con su personalidad tan calmada y amable,
consiguieron que se volviera uno de mis personajes predilectos de toda la
historia.
Es divertido también notar como un tema nos lleva a otro,
siendo que al tocar el tema de las decisiones, es inevitable pensar en otro de
mis personajes predilectos, y quizá, uno de los más peligrosos en toda la saga:
Tom Marvolo Ryddle. Me encantó cómo planteaban esta lucha de opuestos
complementarios de una manera tan fluida, denotando aspectos tan humanos en el
propio heredero de la cámara, al igual que sus aspectos más salvajes, cosas con
las que fácilmente, muchos, nos veríamos familiarizados.
HARRY POTTER
Y EL PRISIONERO DE AZKABAN.
“Sangre inocente corre
el riesgo de ser derramada, mientras ídolos del ahora se vuelven los demonios
del pasado, al tiempo que amo y sirviente deberán reunirse. Harry se enfrenta a
nuevas realidades de sus orígenes, y la soledad y tristeza lo envolverán más
que nunca, pero sabiéndose no más el pequeño niño de la alacena, podrá
encontrar la felicidad incluso en el más obscuro momento”.
Puedo afirmar que en esta ocasión, cinematográficamente
hablando, las nuevas aventuras de Harry fueron un deleite, pero hubo una mayor
satisfacción en los terrenos literarios, además de que en los viejos tiempos,
tuve incontables ratos de diversión con el videojuego oficial para la
Playstation II, del prisionero de Azkaban, donde los dementores, no eran los
únicos enemigos poderosos a vencer. De todas maneras, fue un proceso muy
satisfactorio, porque como en ocasiones anteriores, un año más había volado, y
a Harry ya se le notaban los síntomas de su crecimiento, las dudas propias de
un adolescente, como también el despertar de la rebeldía, y la firmeza de tomar
decisiones difíciles.
Es cierto que el temor nos lleva hacia diferentes caminos,
nos lleva a la huida, a la traición, a adoptar diferentes apariencias, y eso lo
detecté especialmente con el personaje de Remus Lupin, el nuevo profesor de
defensa contra las artes obscuras, siendo sus enseñanzas con el Boggart sobre
cómo ante una percepción humana definida, se manifestaba con la forma de mayor
temor.
No pude evitar relacionarlo con el miedo que a veces
conlleva el crecer, porque aunque la sola idea de avanzar dejando aspectos de ti
mismo en el trayecto, es aterradora, aunque tal ideal es infundado por una
concepción errónea sobre el crecimiento. “Para
una mente bien organizada, la muerte es la siguiente gran aventura”, por lo
que no creo que se abandonen aspectos, más bien, se asimilan y se adoptan
otros, por lo que te expandes tú mismo. Es cierto que el temor puede llevarte a
hacer locuras, y de tal magnitud, que como el beso del dementor terminas siendo
un cascarón vacío, a merced de tus temores. ¿No implica eso también, cómo a veces
nos sentimos, en un mundo lleno de obscuridad, donde tememos tomar la decisión
de ser libres? Nos sentimos tan prisioneros de nosotros mismos, que nos
acostumbramos, y perdemos la noción de un mundo nuevo, porque nos aterra
abandonar el propio. Pero la felicidad, puede estar, incluso en el más obscuro
momento, así dice Dumbledore, porque es cierto cuando nos dice que no debemos
olvidar encender la luz, la llama que hay en nosotros. Tales decisiones nos
llevan a la libertad, y un ejemplo de ello es Harry: muerto, la verdad muere con él, y vivo tú eres libre. Una
esperanzadora perspectiva, digna de un ser solitario con sueños de grandeza,
pero bueno, ¿qué se le va a hacer?
HARRY POTTER
Y EL CÁLIZ DE FUEGO.
“En Hogwarts tiene
lugar el histórico evento del torneo de los tres magos, y por maquinaciones del
destino, Harry es aceptado para concursar en él. Descabellados desafíos se
hacen visibles, pruebas de extrema dureza y peligro, siendo poco a poco
superadas sólo para el encuentro máximo: la resurrección del señor tenebroso”.
Probablemente la aventura más extraordinaria de Harry Potter
hasta el momento, no sólo por dibujarnos un poquito más de este gran mapa que
es el mundo mágico, al integrar detalles como otros colegios de hechicería, las
operaciones del ministerio de magia durante la época obscura, y sobre todo, el
conocimiento de los maleficios imperdonables.
Tanto en la película como en el libro se pueden notar las
influencias históricas propias sobre las tiranías que han asolado el mundo, con
una ideología de superioridad racial, no sólo como el nazismo sino también el Ku
Kux Klan, de los cuales se inspiraron para hacer los trajes de los mortífagos,
los sirvientes de Lord Voldemort. Además, nos permite percatarnos de la
naturaleza de estos conjuros imperdonables, enseñados por el, una vez más,
nuevo profesor de defensa contra las artes obscuras, y uno de mis personajes
predilectos en esta ocasión, el ex-cazador y ministro inconforme Alastor Moody,
y la mencionada naturaleza de los maleficios sería, la privación de la
libertad, o en todo caso, la privación de vivir.
El torneo de los tres magos, cancelado durante mucho tiempo
debido a las diversas muertes que ocasionaba, en esta ocasión decidió hacerse
tomando todas las precauciones posibles, y una de ellas era la de no admitir a
concursantes menores a los diecisiete años, que en el mundo de la magia, se considera
la mayoría de edad. Harry Potter, de manera inesperada, es escogido por el
cáliz para participar en las pruebas, pero siendo tan joven, nadie cree que
pueda librar tales hazañas sin recibir severos daños.
La primera prueba, el desafío con el dragón Cola-Cuerno
Húngaro, resultó un reto desafiante, que sin la asistencia del profesor
Alastor, no hubiera tenido la oportunidad de estar preparado, y tener la idea
de enfrentar a tan formidable enemigo en el viento. Haciendo uso de su varita,
logra invocar su Saeta de Fuego, y así alcanzar su objetivo, el huevo de oro
que contenía el acertijo para la siguiente prueba.
La segunda prueba consiste en recuperar algo que le fue
arrebatado anteriormente, en este caso, su mejor amigo, Ron Weasley, de las
profundidades del lago, donde reside la gente acuática. Con determinación logra
superar este aprieto, pasando a la siguiente ronda, acercándose más de ser el
reconocido campeón. Y la tercera prueba, consiste en una mezcla de ingenio,
audacia, y fortaleza física, donde tienen que cruzar un enorme laberinto con
diversos y peligrosos obstáculos, y el primero que llegue a la copa brillante,
sería el ganador. Es aquí, en este punto, donde deseo hacer énfasis, siendo que
en la jornada del héroe, en su periodo de iniciación, el héroe acostumbra
librar pruebas y superar obstáculos, de acuerdo a sus habilidades, pero que si
lo va consiguiendo, significa que es una preparación para un reto todavía más
peligroso. Pensémoslo como un proceso purificador del héroe, donde este va reconociendo
sus límites, sus debilidades, alcanzando nuevas fortalezas para enfrentarse a
nuevos enemigos. No es desconocido el camino de las pruebas, tampoco, en el
héroe fantástico, de los cuentos de hadas, donde continuamente, se ve lo
fantástico al lado de lo terrorífico, un mundo donde habitan héroes, ángeles y
dioses al lado de ogros, brujas, demonios, esfinges y una que otra araña
gigante. También puede verse en el sentido que el héroe se enfrenta a las
fuerzas de la naturaleza, siendo que Harry Potter, hasta cierto punto, lo hace,
al hacer frente contra creaturas voladoras, seres acuáticos y entes terrestres,
quedando un solo y gran adversario: el mismo, la abrasadora sangre que ahora
corría por las venas de su obscuro oponente.
En el momento donde se toca la copa, los ahora campeones
Harry Potter y Cedric Diggory, se dan cuenta que se trataba de un traslador, un
objeto mágico capaz de desplazar a una o varias personas a la vez, hacia otro
lugar determinado en cuestión de segundos, pero el lugar al que habían llegado no
era ni de lejos el que esperaban. El cementerio, el lugar donde sólo algunas almas encuentran
cierto reposo para sus fatigadas consciencias, mientras que otras vagan
eternamente con la intención de permanecer entre los vivos. Así, el fuego del
renacimiento ardió una vez más, dándole a comer los elementos necesarios para
la resurrección del señor tenebroso: el hueso del padre tomado sin permiso, la
carne del sirviente otorgada voluntariamente, y la sangre del enemigo tomada
por la fuerza. Voldemort había vuelto a nacer, recuperando con lentitud todas
sus fuerzas, enfrentándose cara a cara con el mismísimo Harry Potter. El amo de
las tinieblas reveló cómo había perdido antaño sus poderes, cosa que ya había
dicho Dumbledore en los inicios de la historia, cuando le dijo al pequeño
Potter que su madre se sacrificó para otorgarle la máxima protección.
Desgraciadamente, la sangre que corría en las venas del joven mago, ahora
corría en las del señor tenebroso, como ya antes cité, dándose un brutal choque
de fuerzas, la batalla contra uno mismo. Es increíble cómo el conjuro que lo
preparó para la primera prueba en el torneo, fue lo que salvó su vida para
tomar el traslador y volver a los terrenos del colegio. El mago obscuro más
peligroso de todos los tiempos había renacido, ¿qué sucedería ahora?
HARRY POTTER
Y LA ORDEN DEL FÉNIX.
“El temor nos nubla la
verdad, nos hace negarla, y para todos es preferible ver luces donde sólo
existen tinieblas. Todos, excepto uno. Harry Potter es el único que avistó el
regreso del señor tenebroso, y por ende, el único capaz de comprender que deben
prepararse para su siguiente ataque. La siguiente generación de magos tomará la
iniciativa, dispuestos a desafiar al propio señor de la obscuridad, con el
objetivo de otorgar un mañana al futuro. Retorna la orden del fénix”.
El ministerio de magia niega el
regreso y posibles actividades vinculadas al señor tenebroso y sus antiguos
seguidores, por lo poco a poco, el profesor Dumbledore empieza a tener
problemas de credibilidad, insinuándose el cómo pretenden destituirlo de su
puesto como director. Mientras tanto, Harry Potter, empieza a tener terribles
visiones y sensaciones bajo la perspectiva de Lord Voldemort, empezando a creer
que existe un vínculo entre ellos más allá que el mero destino, de lo cual, se
hablará más adelante.
El señor obscuro desea reconstruir su armada del caos, su
ejército de la destrucción, conformado no sólo por hechiceros de la peor calaña
sino todo tipo de creaturas sombrías, por lo que la orden del fénix, aquellos
que combatieron a Voldemort la primera vez que estuvo en el poder, retornan
para tomar cartas en el asunto, y realizar una estratagema para defenderse a
ellos y los seres que aman.
Viéndose ignorado, nuestro pequeño elegido decide llamar a
algunos de sus allegados, y formar lo que sería, el ejército de Dumbledore, la cual estará integrada por el fiel Ron
Weasley, la inteligente Hermione Granger, el nervioso Neville Longbottom, la
valiente Ginny Weasley, la distante Cho Chang, los bromistas Fred y George,
otros estudiantes variados, pero sobre todo, por la lunática Luna Lovegood,
quien se llevó mi eterna gratitud tanto en la película como en el libro, por su
perspectiva tan única e inocente sobre las cosas que le rodeaban.
Ya había mencionado, desde los inicios de este proyecto, que
hubo cosas que disfruté más en la película que en el libro, y viceversa, y una
de ellas, fue la batalla en el departamento de misterios. Con esto no quiero
decir, obviamente, que la idea se rompa o se olvide, sino todo lo contrario, ya
que a mi único parecer, se mantiene el gran acto de valentía que denota el
ejército de Dumbledore, pero debo decir, que el combate que sostiene el ya
citado director, con el señor tenebroso, fue bien logrado, obviamente en el
libro, como también en la pantalla grande.
Detalles como el choque de fuerzas, la manipulación de
objetos, el control de energía mágica y la manifestación de formas elementales
fueron detalles en este épico enfrentamiento que me hicieron darme cuenta,
porque el hechicero Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, es el único al
cual siempre temió el mago tenebroso, y la satisfacción es mucho más grande,
cuando han pasado cuatro películas donde veías al afable hechicero en su andar
tan liviano, pensando que el menor viento lo quebraría, ¡¿y cuál?! ¡El viejito
era una fiera! “Fue tonto que vinieras
esta noche Tom…los aurores ya vienen”. Un momento, en verdad, brillante a
más no poder.
También cabe resaltar que la batalla en el departamento de
misterios, con la aparición de los aurores, también hace su aparición la
hermosa y sádica hechicera, Bellatrix Lestrange, la más fiel seguidora de Lord
Voldemort, cuyas frases y comportamiento la hacen de los personajes más
disfrutables de toda la saga.
De igual forma, uno de mis
momentos preferidos de toda la saga ocurre, precisamente, al final del libro,
contrario al final de la película, donde Harry, al sufrir la pérdida de Sirius
Black, se rompe totalmente ante Albus Dumbledore, recriminándole las decisiones
que ha tomado a costa suya, la presión de no saber lo que sucede en el mundo
mágico, pero sobre todo, el haber sentido la pérdida de esta figura paterna
durante tanto tiempo, haciendo que su deber se tambaleara, cosa no de
extrañarse al saber su conexión con el corrompido Tom Ryddle.
Esto nos permite ver que, más
allá de la figura del héroe, estamos tratando con contenidos humanos, y son
estos detalles los que provocan que el personaje de Harry me guste, porque
precisamente el sufrimiento y la desesperación sentidos, son normales, y
permiten seguir estableciendo a la orden del día, mi punto acerca de las
semejanzas concluyentes entre el mundo normal y el mundo mágico, y cómo
percibimos las diversas pruebas en la vida.
HARRY POTTER
Y EL MISTERIO DEL PRÍNCIPE.
“Tiempos de locos
asolan el mundo mágico, siendo que el poder del señor tenebroso aumenta, y las
lealtades cambian de lugar. El miedo se respira en el aire, y ni la risa más
sincera puede impedir un estremecimiento por el futuro. Harry Potter, para
resolver el misterio que lo vincula al mago de las tinieblas, deberá hundirse
en las profundidades del corazón obscuro de Tom Ryddle, y conocer los
aterradores secretos que lo llevaron a volverse Lord Voldemort”.
Albus Dumbledore viaja con el joven Potter para reclutar a
un viejo profesor antiguo líder de Slytherin, llamado Horace Slughorn, cuyo pasatiempo
favorito consiste en reclutar aquellos magos con talento, fuerza, y
determinación. Harry Potter poseía todas estas cualidades, y según Dumbledore,
era imperioso que ese profesor regresara a Hogwarts. Un nuevo año para todos
los estudiantes, todos pendientes ante el retorno de Lord Voldemort, esperando
que las defensas del castillo aguantaran los embates de la magia tenebrosa,
aunque para el joven Potter, había otras tareas mucho más importantes que el
esperar ser atacado: atacar primero.
Él debía tomar algunas clases
especiales con el director, con el único objetivo de utilizar el pensadero, y
analizar momentos del pasado que envuelven al joven Tom Ryddle, antes y después
de haber estado en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. En este punto, se
descubren los orígenes del propio Voldemort, quienes fueron sus verdaderos
padres, como también varias de sus características y habilidades en su tiempo
en el orfanato. Cabe mencionar que entre sus cualidades más destacadas, era su
independencia, egoísmo, egocentrismo, soledad, pero sin lugar a dudas, su
inventiva y talento. “El único que había
llegado más lejos que nadie en su camino hacia la inmortalidad”. Ese era el
punto: más lejos que nadie. Él no se detuvo ante nada para lograr sus ambiciones,
viendo la muerte como una debilidad que había que erradicar de la sangre
mágica. Las cualidades que conforman la personalidad del joven Tom, son
detalles en los que todo podríamos vernos reflejados, en mayor o menor medida,
porque cabe destacar, refiriéndome a un punto de antaño, acerca de su creencia
por cumplir una gran misión, que cada quien es el héroe de su propia jornada, y
así, Voldemort consideraba, que haciendo esta labor, hacía un gran bien al
mundo, nunca creyéndose como algo maquiavélico, sino todo lo contrario: sino
como un mesías.
Obviamente, no todos lo veían de esa forma, y uno de ellos,
era Draco Malfoy, que ante la labor encomendada por su nuevo maestro, se sentía
dividido ante lo que creía su deber como hijo, su labor como mortífago, incluso
su convicción como un posible salvador de su familia. Un tema que se tocó
especialmente en estos pasajes fue la fragmentación del alma, un tema inherente
a la sociedad (suciedad) de hoy en día, al tener conflicto en tomar ciertas
decisiones, y cómo estas se vinculan a lo que somos en realidad. No todos somos
capaces de tomar decisiones de acuerdo a lo que en verdad queremos, o hacia
dónde realmente nos dirigimos, lo cual es un punto de partición por el que
todos pasamos, en diversos momentos de nuestra vida. ¿Quién soy? Esa es la
eterna pregunta. Y al negarlo, nos herimos a nosotros mismos.
Y tales decisiones, tenemos que tomarlas solos, porque en el
rincón más alejado de la tierra, sólo nos tenemos a nosotros mismos. He ahí,
cómo la figura paterna muere en nosotros, simbólicamente reflejado en el
momento donde Severus Snape, lanza el tercer maleficio imperdonable, el
maleficio asesino, hacia Albus Dumbledore, matándolo al momento.
HARRY POTTER
Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE.
“Hubo aquél que murió
por poder; hubo aquél que murió por el amor perdido; y hubo aquél que recibió a
la muerte como una vieja amiga. El enfrentamiento contra el señor tenebroso se
acerca, y Harry Potter, el niño que vivió, el elegido, irá con la frente en
alto hacia el destino que siempre estuvo a su alcance”.
Cumplida finalmente la mayoría de edad, el joven mago se prepara
para hacer frente a su destino, yendo a la misión que su antiguo maestro le
había encomendado: el rastreo y aniquilación de los horrocruxes, fragmentos del
alma de Lord Voldemort. Llevado por sus más cercanos camaradas y miembros de la
orden del fénix, se ponen en marcha para transportar al chico hacia un lugar
seguro, sacrificando varios aliados en el proceso.
Entre varias situaciones posteriores, y algunas pasiones
desenfrenadas, el propio ministerio cae ante el poder del señor tenebroso,
liberándose una caza contra cualquier miembro de la orden, al igual, que a
todos los magos nacidos de padres muggles y los traidores a la sangre, en una
búsqueda terrorífica por la purificación del mundo.
Apenas logrando escapar, logran establecerse en un sitio seguro,
esperando que sus demás camaradas se encontraran bien, además de pensar en una
estrategia para poder encontrar el resto de los horrocruxes para destruir a
Voldemort. Pero no sería nada sencillo, ya que las lealtades vuelan, y el temor
hace brotar lo peor de todos nosotros, provocando que las amistades flaqueen y
los propósitos se olviden.
En ese punto, se tiene conocimiento sobre las reliquias de
la muerte, y la historia de los tres hermanos, uno de los cuentos más famosos
del libro “Los cuentos del Beedle el
Bardo”. Muchos ya conocen la historia, por lo que no creo necesaria
narrarla, siendo evidente el tema sobre el temor a la muerte, y cómo sólo
algunos deciden recibirla sin temor. La Varita de Sauco, La piedra de la
resurrección, y el Manto de Invisibilidad, conforman las reliquias de la
muerte: juntas, convierten a su portador, en el amo de la muerte. Al notar
indicios de que las reliquias pueden ser reales, pensó que éstas serían la
respuesta para dar fin a los horrocruxes, y por ende, a Voldemort.
Por desgracia, el mago tenebroso, logra apoderarse de la
varita de Sauco, por lo que, entre muchas otras circunstancias, se vuelve más
imperativo encontrar el resto de los horrocruxes, yendo al propio Hogwarts,
donde inicia la batalla final contra las fuerzas obscuras.
Rápidamente entre las llamas del combate, se vuelve a hacer
mención sobre las varitas, y cómo son éstas las que eligen al mago, como
también su lealtad puede cambiar para el mago que haya desarmado a otro. Voldemort
creía que como la Varita de Sauco pertenecía originalmente a Albus Dumbledore,
y fue Severus Snape quien lo asesinó, pensó que asesinando a éste, la varita le
obedecería completamente. Harry ve a su antiguo profesor de pociones morir, pero
luego de eso, conoce la verdadera intención detrás de sus acciones, sabiendo
que, desde su infancia, éste había estado enamorado de Lily Evans, la madre de
Potter, y que ante el surgimiento del señor tenebroso, y el conocimiento de la
profecía, puso su lealtad en Dumbledore con la esperanza de que escondiera a su
familia…plan que, por desgracia, no resultó.
Ya a partir de este punto existen muchísimos detalles
enriquecedores para el final, tales como el tema de la lealtad frente al temor,
representado por Ron Weasley, que a pesar de todo, regresó con sus amigos
continuando con la búsqueda por eliminar al terrible enemigo. La gran
revelación sobre el personaje de Severus Snape, detalles de su infancia, y el
porqué de su actitud frente a Potter durante tantos años, algo que muchos nunca
se esperaron, e hicieron adorar al personaje, casi tanto como en el caso de Albus
Dumbledore, dándonos a conocer datos turbios de su pasado, como su amistad con
el terrible hechicero Gallart Grindenwald, y sus pensamientos sobre convertirse
en amos de la muerte para reinar el mundo por el bien mayor. Son estos tipos de
giros los que hacen a uno apreciar un trabajo argumentativo excelso, como
también, conocer varias facetas de los personajes, dándoles más profundidad a
sus intenciones.
También está el extraordinario uso de las varitas mágicas,
como representación de estos dones los cuales merecemos, y a veces, cómo son
aspectos que deseamos robar de otros. En la incesante búsqueda por el poder,
llegamos a anhelar más de lo que ya tenemos, deseamos lo que simplemente no
puede ser nuestro, pero creemos que debe ser nuestro por derecho. Casos como
éste son muy variados como el de Ti-Long en Kung
Fu Panda, Anakin Skywalker en Star
Wars, Sylar en la serie Héroes, entre
muchos otros.
El choque de fuerzas es liberado, y los aspectos obscuros y
luminosos se asimilan, permitiendo la transformación en nosotros mismos.
Simbólicamente, la muerte de Voldemort representa, este desvanecimiento de una
perspectiva errónea acerca de la muerte, la asimilación del temor irracional
con respecto a ésta, y la adopción de un cambio, por ello mismo, Harry Potter
vive para atestiguar un nuevo día en su vida. ¡Ah, qué caray! Este ha sido un
recorrido muy extenso, pero claro, no esperaba menos, ¡ya que son muchísimos
detalles!, y quiero aclarar, que esto es sólo una muy propia e inocente
perspectiva. ¿Qué es Harry Potter? Un vistazo a lo oculto, un encuentro con lo
extraordinario, un llamado a lo desconocido, una aventura que te sorprende a
cada paso, todo lo anterior y mucho más.
Quiero agradecer a todo aquel atento a mis humildes
palabras, y espero hayan disfrutado este extenuante recorrido, casi tanto como
yo disfruté realizarlo. Mientras más horizontes exploro, más me doy cuenta que
me faltan muchos más. Me despido por el momento, pero recuerden, que algún día,
volverán a saber de mí. Yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno;
agradezco su amable atención.
Ninguna de las imágenes
aquí mostradas me pertenece de ningún modo.
Su utilización es con
motivos de enseñanza y continuo aprendizaje.
Todos los derechos
reservados para sus respectivos creadores.
Sin más que afirmar,
agradezco su amable atención.