miércoles, 27 de abril de 2016

Blade.


EL JUSTICIERO DE LAS SOMBRAS.

Los saludo nuevamente, público de todos y ninguno, una vez más en mi ridícula obsesión por el pasado, y la exploración de caminos banales y tortuosos. Disculparán ustedes esta verborrea, pero aprovecho estos instantes para recalcar que esta empresa designada a por películas un tanto olvidables, que hemos visto en este espacio desde hace ya algún tiempo, sigue realizándose por propósitos más elevados. No me gusta contradecirme porque, como sólo algunos recordarán, prometí hablar a posteriori sobre las películas de la saga Blade, basadas en el cómic del mismo nombre, producido por la casa de las maravillas, Marvel cómics. El tema que nos ocupa es ya bastante viejo, en estándares de avance, por lo que intentaré ser lo más breve posible. ¿Qué es Blade? En sí, la historia de un héroe vampiro, que intenta por todos los medios detener a los de su propia especie, en sus planes de dominación mundial.


Tal como otras películas de su índole, posee un moderado impacto visual, resultando entretenida para muchos, incluso divertida, pero careciendo de un contenido que haga de este filme algo perdurable. En sí, como he insinuado antes, las películas me gustaron, en su momento, pero cuando volví a verlas, por motivos de este proyecto, e investigación, no pude evitar sentir que más allá de acción bestial y frases notorias, las propias películas, la historia en si, no lograba engancharme.


La primera película se me hizo interesante, debido a las secuencias de peleas, la propia arrogancia de la especie vampírica, y los conflictos que vivía el héroe por su parte monstruosa, pero no puedo rescatar algo más allá que lo ya tratado en muchas ocasiones anteriores con este tipo de películas.


La segunda película, debo decirlo, me gustó mucho más que la anterior, no tanto por la trama desde los inicios, sino por su misma conclusión, siendo el momento cercanamente más conmovedor que ha tenido el personaje, aunque desgraciadamente éste se olvide, volviendo a sus aventuras y cacerías.


Y la propia culminación de la trilogía, fue la película de toda la saga, que menos me gustó, sintiendo, que ahora cabe decirlo, actuaciones forzadas, ilógica argumental, y un villano terrible. Ni siquiera tratando a Drácula en su forma más bestial sirvió para despertar mi interés, ya que dejaban de lado todo el trasfondo implicado en este gran personaje de la literatura, y eso le quitaba mucho ambiente a la película.


Sentí, en mi honesta opinión, que las películas de Blade iniciaron de una forma aceptable, pero poco a poco fueron decayendo hasta su trágica detonación, con resultados poco satisfactorios para la audiencia. Debo argumentar, claro, que el personaje me gusta, manteniendo en él, cierta esencia a lo largo de todas las cintas, pero sin proyectarme algo de mayor importancia que el eliminar a tus enemigos con dureza y rapidez.


Es cierta aquella máxima que versa sobre el crecimiento humano: mientras más sabes más triste te pones, al darte cuenta de muchas cosas, sin embargo, es una hermosa sensación el aprender a detectar lo funcional de lo disfuncional, en propósitos de la elaboración de alguna obra, porque en el proceso de creación, eso hará la diferencia para que el mensaje llegue fuerte y claro no sólo a otras personas, sino a ti mismo. ¡Ah, caray! No sé qué más decir, sólo afirmar nuevamente, que todo, será aclarado en lo sucesivo. Esto sería todo por mi parte, así que, no olviden que yo soy Maximilian de Zalce, el Guardián Eterno; agradezco su amable atención.


Ninguna de las imágenes me pertenece en ningún sentido.
Su utilización es con el único fin de enseñar y entretener.
Todas son propiedad única de sus respectivos creadores.
Sin más que aclarar, gracias por su atención.

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