CALAVERITAS.
Día de
muertos y santos.
Muy buenas a todos aquellos atentos a mis palabras; no sé
qué tan cierta sea esta cuestión, pero intuyo que aún a la fecha, en nuestro
país, o mejor dicho, en la mente de muchas personas, existe un terrible
conflicto sobre lo que implica tanto el día de muertos, como el día de todos
los santos, noches que en determinado momento de la historia, fueron concebidas
como momentos de gran poder y celebración, ya sea a manera de rituales o a
manera de ofrendas. Para ser sincero, ambas celebraciones son de mi agrado,
porque en mi familia, siempre ponía una ofrenda antes de ir a pedir dulces,
disfrazado de hombre lobo. A mi parecer, todo ser humano tiene el potencial de
vivir ambas tradiciones a su máximo esplendor, independientemente de la zona
geográfica en la que hayas nacido. Aclarado este punto, y como me encanta
complicarme la existencia, quiero compartirles tal como dice el título, una
serie de calaveritas propias hechas por mí, de mis personajes favoritos del
cómic. Honestamente, no me considero experto en escribir calaveritas, pero
hacerlo para mí es muy disfrutable. Así que con ustedes, les presento este
trabajo.
SPAWN.
Del infierno salió, y
del infierno se liberó.
La muerte se entera,
y al engendró siguió.
“Este ya no es tu tiempo”,
sentenció la calaca;
“Largo de mi territorio”, respondió él con calma.
Y tras las sombras
ocultarse,
Su voz le explicó sin
apresurarse:
Mía es esta maldición, las cadenas me retienen,
Pero ni el poder de mil dioses pudo contenerme.
Por amor volví a la vida,
Y mi alma se sintió perdida.
Yo no respondo ni a cielo ni infierno,
Pues soy la tercera fuerza, que hace justicia en este juego.
Que las almas respondan ante sus decisiones,
De lo contrario, intervendré sin vacilaciones.
En este día de
espíritus, leyendas y otras cosas,
Hay algunas almas,
que no son ni una ni otra,
Y a todos aquellos
entes tan bravos,
Es más sabio
comprenderlos y respetarlos.
SANDMAN.
Sueño y muerte son
hermanos que se quieren;
Hicieron un último
juego antes de la despedida,
Y ella muy sonriente,
Inició la gran partida.
Ella es agua, ahogadora de
esencias;
Él un paraguas, que destierra las tormentas.
Ella es fuego, que destruye los
refugios;
Él es hierro, resistente a disturbios.
Ella es tierra, creadora de
terremotos;
Él es una mosca, traviesa entre destrozos.
Ella es viento, domadora de
aleteos;
Él es tornado, la ira de tal elemento.
Ella es el tiempo, manipuladora
de los instantes;
Él es la locura, quien desconoce tal arte.
Ella es esperanza, portadora de
vida;
Y él, es la duda, su destructora enemiga.
Para Sueño derrota, y
Muerte fortuna,
Al decirse ella el
amor, el fin de todas las dudas.
Sueño y muerte son
hermanos que se quieren,
Siempre sonriéndole
de todo corazón,
Y al dejarse envolver
por tal suerte,
Benévolo fin, para el
cansado soñador.
LUCIFER.
Aquél que cayó,
estrella del alba,
Su orgullo lo opacó,
y al infierno renunciaba.
La muerte lo visitó,
Y Lucifer nada
mencionó,
Pero ella lo abrazó,
Y con tal gesto
convenció;
La libertad es lo que
anhela,
Ir más allá del gran
creador,
Y la muerte con
ocurrencia,
Un trato le contó;
“A cómo yo lo veo, tienes de dos
sopas;
O te casas conmigo o a tu
condición te sofocas,
Porque sólo en mi terreno,
encontrarás esa plenitud,
Pero a tal camino, eliges sólo
tú”.
Aquél que cayó pensó
y pensó,
Y al final, con un
resoplido contestó;
“Mía es esta vida, y nunca te pertenecerá”.
E inmediatamente, al vuelo
se echó sin más.
Y mientras el ángel
alcanzaba el mañana,
La muerte sonrió al
ver,
Que le funcionó jugar
con maña,
Y dando saltos se
fue.
KICK-ASS.
El pequeño vigilante,
su ronda hacía,
Pero de pronto ante
él, la gran muerte aparecía.
“He venido por ti”, dijo
con voz de miedo.
Mientras Kick-Ass le
decía “¿Qué pedo?”
Sacó sus bastones
para poder pelear,
Pero con su gran oz,
las cortó a la mitad.
El héroe salió
corriendo,
Y la calaca lo
alcanzó con gran estruendo.
Él le preguntaba, “¿Porqué me haces esto?”,
Y ella decía, “Por
chaparro y travieso”.
“¡El mundo necesita héroes!”, finalmente exclamó,
Y la catrina
conmovida, solemnemente lo soltó.
Dave se quitó la
máscara, y le agradeció a la muerte,
Cosa que a la
inmortal, le agradó enormemente.
Dándose un fuerte
abrazo,
La muerte le
susurraba,
“Yo me llevo a los traviesos,
¡Y tú a lo de la mafia!”
Entre risas y
promesas,
Ambos se dan la
despedida,
Él patrullando
callejuelas,
Y ella cuidándolo
desde arriba.
HULK.
Aquél científico, con
verde maldición,
Una tarde la calaca,
bien lo visitó.
“¡Te vienes conmigo! Por grandote
y enojón”,
A lo que Banner se
negó,
Y la muerte alzó su
oz;
Con posición de
combate, la muerte se lanzó,
Y Banner paciente, un
alto le marcó.
Con astucia le
explicó,
Pero nada la
convenció,
El buen Bruce se
impacientó, y la catrina le reclamó,
“¡Ni empieces de cabrón!”
Pero Banner le dijo: “Siempre lo estoy”.
Con una
transformación,
La furia verdosa
apareció;
El gigante verde se
impuso ante la muerte,
Y ella dijo, “¡No te me alebrestes!”.
La muerte le dedicó
una sonrisa falsa,
Pero sólo recibió un,
“¡Hulk Aplasta!”.
El día concluía, y la
tripa ya rugía;
El poderoso héroe se
fue dando saltos,
Mientras la calaca
desarmada, se quedó ahí llorando.
ASH J. WILLIAMS.
El ejército de las
tinieblas, se alzó nuevamente,
Cosa que a Ash, lo
frustró severamente.
Aquellos demonios
estaban por todos lados,
Y Ash no sabía cómo
salir de este fiasco,
Aún así mostró un
rostro confiado,
Blandiendo motosierra
y escopeta en mano.
La muerte apareció
con gran temple,
Cosa que Ash ignoró
totalmente.
La calaca le susurró,
“Morirás,
pequeño loco”,
A lo que él dijo, “Ven por un poco”.
Golpes y patadas
había en todo momento,
Y un pequeño plan
terminó su tormento.
Usando el necronomicón,
un círculo creó,
Y a todos los
demonios,
Al abismo lanzó.
La cabeza de la
muerte, quedó en la fría tierra,
Y Ash con su escopeta
le dijo,
“Saluda al rey, muñeca”.
Un disparo terminó
con la catrina,
Para el camino
retomar,
Y el elegido se fue a
disfrutar,
Siendo el héroe que
salvó el día.
LINTERNA VERDE.
Hal y Siniestro
luchaban en Oa,
Cuando la muerte
apareció, y les dijo que llegó su hora;
Siniestro, enfadado,
atacó a la catrina,
Mientras que ésta, bien
fácil, lo aniquiló sin prisa;
Hal Jordan, con
voluntad, retó a la muerte,
Y ella, en respuesta,
sólo rió muy fuerte;
Mientras él decía: “En el día más brillante”
La catrina lo
embistió con un mortal ataque;
“En la noche más oscura” repitió el de verde,
Cuando con un puñetazo,
lo dejó otra vez como tapete;
“Ningún mal escapará a mi vista”, gritó desesperado,
Y la muerte con
furia, le corto la otra mano;
“Quien adore el poder del mal”, exhaló el oficial,
Y de una patada, la
muerte lo derribó sin vacilar;
“Tema mi poder”, dijo decidido,
“¡La luz del linterna verde!” Gritó sin desvarío;
La luz envolvió a la
muerte, dejándola en el olvido,
Y Hal riendo dijo: ¡Con voluntad, siempre te he vencido!
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