jueves, 8 de octubre de 2015

Un gran momento.

SONRIENDO EN UN ATARDECER.

Prólogo…

¿Por qué el atardecer es tan importante en mis historias? Pues porque para mí, el atardecer es la representación máxima del equilibrio y del reconocimiento, siendo que en este preciso momento del día, es donde se manifiestan tanto luceros como penumbras, ambas danzando en un mismo espacio, haciendo las veces de inspiración hacia nuevas posibilidades. ¡Ah, las posibilidades! Este es otro de los tantos conceptos que utilizo, y de lo cual manifiesto que es mi favorito, ya que fue en un atardecer, donde vi posible la existencia de otra vida, el tomar otro camino de mi dudosa realidad. Las letras dieron sentido a mi existencia. La posibilidad es la expresión definitiva del es y no es, del puede ser, del tal vez, del quizá, de toda la fantasía abriéndose paso a la realidad, y lo único que divisa los caminos de lo real y lo irreal, es si una decisión, pero también, la imaginación. ¿Nunca te has preguntado de dónde vienen las historias?, todo aquello que observamos, escuchamos, y olemos como expresión artística en nuestra realidad, ya sea una pintura, una canción, una novela, o una obra, lo considero en su conjunto como una serie de ventanas que nos dirigen a mundos extraordinarios, a momentos vivos que no podemos experimentar realmente, pero eso no le quita la condición de existente. No existen imposibles, al menos no para mí, no para el increíble don que se le dio al ser humano desde sus inicios, siendo la imaginación, porque lo único que puede limitar a un ser sobre su imaginar…es el mismo ser.

Otro gran capítulo en mi vida…

El atardecer siempre regresa a mí. Hoy es un buen día para vivir, para morir, y también para renacer. ¿Cómo no definirme en cada caricia?, ¿cómo dudar en mis andanzas ante sus miradas?, ¿cómo no deleitarme en este momento, como un triunfo máximo e infinito? Si, hoy es buen día, un gran día, o simplemente, un día que yo percibo como mí día. El libro que apunta, con precisión y delicadeza, toda mi historia aquí en la tierra, ha abierto sus páginas a otro gran capítulo, el cual se cierra con brillo y viento. Estoy enamorado, estoy vivo, ¿qué más se puede pedir?, ¡ja! Es obvio que mucho, mucho más, pero por el momento, seré discreto quitándome la capa y espada, cediéndole el paso al creador a mi posada. Vaya creador tan parecido, me parece haberlo visto antes, ¿pero qué digo? Siempre lo veo, siempre está conmigo, siempre guardando un pedazo tanto de paraíso e infierno en mi bolsillo. ¿Qué quiere de tomar?, ¿esperanza?, ¿amargura?, ¿tibieza? No, no, no, sé que esa la vomita. ¿Qué tal decisión, condimentada con la posibilidad de nuevos caminos, tropiezos y caos, pero con una fragancia a enamoramiento y placer?, ¿le gusta?, lo sé, porque en mi copa bebo el mismo trago. ¡Salud al creador! Y salud a mí mismo, ¡salud a ambos!, ¡salud a tormenta y relámpago!, ¡salud a brisa y descanso!, ¡salud a todo aquello que nos conforma! Vivir y morir, bien y mal, caos y equilibrio, hermanos que no se llevan bien a veces, pero que al final siempre saben darse la mano, ¡así el ser humano en su eterno andar! Y es un hermoso andar al verla a ella, cada quien por su lado, pero dirigidos al mismo punto, ¡digo! Del mismo punto venimos ambos. Es muy bonito este andar con la vista al frente, a veces mirando atrás, y así tanto esquivo grietas como termino con la nuca en los suelos, ¿pero y qué? Me levanto, con todo y mis cagadas, con todo y mis temores, con todo y mi odio, pero dispuesto a sonreír si así lo quiero, si así lo pienso, y si así lo siento. Si, el atardecer, ¡vaya que es un buen día para vivir!, ¡un buen momento para respirar! Un buen momento para caminar, recordar sus ojos, y pensar en lo gracioso que es verme reflejado en ellos. ¡Vaya! ¡Lágrimas salen de mis ojos!, ¿un monstruo puede derramar lágrimas de héroe?, ¿o será que un héroe puede rabiar como lo hace un monstruo? Quizá si, quizá no, ¡ah, posibilidades, posibilidades! Vaya niñez, vaya juventud, vaya vejez. Vaya vivir. Si, ya lo sé, los atardeceres no son eternos, pero aunque la hermosa dama anochecer juegue ya en el horizonte, siempre guardo ese pedazo de luz en mi corazón, y sé que me acompaña en todo momento. Los momentos me conforman, y tengo eso presente conforme voy viviendo. Hoy fue un gran capítulo… ¿qué pasará en el siguiente?

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