martes, 6 de octubre de 2015

De la pintura al alma.

Pintor en tiempos de lluvia.


…Vacío. Se siente extraño sostenerle la mirada a la indiferencia: te es indiferente pero aun la ves con claridad. ¿Quién es aquel que me mira a través del espejo? Sé que es pintor, sé que su pasión es pintar retratos de la realidad. Bastaba con un pincel en mano, unos cuantos colores, y un lienzo en frente para hacerlo sonreír; o al menos así lo era. Me sigue mirando, y aunque lo vea como alguien más,  sé…que se trata de mí. Es triste vernos claramente en el vacío…

Miro otra vez mi área de trabajo: pinceles, colores, pañuelos, un vaso de agua, y el lienzo aún cubierto por la tela; todo dispuesto desde hace cuatro horas. Retiro la tela cuidadosamente, la blancura me recibe con un silencio triste, casi suplicante; mis dedos acarician la textura sintiéndola más áspera que otras veces. En ocasiones me pregunto si en verdad fue de otra manera. Sólo recuerdo los días nublados.

…La lluvia desea ayudar al ser humano, pero no entiendo porque éste rehúye de ella. La lluvia es nuestra amiga y nuestra hermana, y de eso te puedes dar cuenta al ver los incontables charcos de agua que deja a su paso; las gotas rezagadas cayendo en ellos formando ondas circulares son puertas que te llevan a un mundo que no tiene miedo de sentir…

Me arrepiento de tocar con el pincel la superficie del lienzo y lo coloco en su lugar nuevamente. Me levanto para tomar el objeto que intento retratar y lo lanzo a una esquina de la habitación. Me siento frustrado. Semanas y todo sigue en blanco, ¿qué he olvidado? ¿Qué estoy haciendo mal?

…Recuerdo que en medio de aquel día lluvioso, una luz se mostraba en la lejanía. El atardecer utilizaba sus últimas fuerzas para iluminar un parque. Una luz alejada de mi entorno en penumbras. ¿Era castigo o presagio? No…una promesa. Aunque haya nubes, el sol siempre estará ahí, brillando…

Siento un vuelco dentro de mi pecho; lo ignoro al principio hasta que empiezo a sentir una cálida sensación de bien estar. Vuelvo a sentir el mismo vuelco, pero ahora siento una extraña liberación. Algo había salido de mi pecho. Poseía una forma que solamente yo podía ver. ¿Es posible retratar algo así?

…Aquel rostro seguía siendo el mismo, pero en sus ojos se respiraba algo de familiaridad. ¿Quién es aquél que me mira a través del espejo? Sé que es pintor, sé que su pasión es pintar. Y por alguna extraña razón, ahora su nombre se me hacia conocido…

Lo coloco sobre un banco de madera para verlo detalladamente; no pierdo el tiempo y voy a mi área de trabajo eligiendo los colores a utilizar. Un poco de esto, un poco de aquello, ¡éste en un tono más claro! Otros en tonos más obscuros. Elijo cuidadosamente el lugar de cada trazo y cada pincelada se hace sin ser en vano. Una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas, y cinco horas me tomaron realizarlo. Ahora sólo faltaba un detalle. Busco, reviso, desecho y vuelvo a buscar hasta darme cuenta de que no poseo lo que necesito. La frustración regresa por un momento hasta que me miro en el espejo. Ahí me queda claro todo.

…Y cuando las nubes se apartan, es cuando el brillo aparece…

Miro una navaja en la mesa más cercana, y con ella me hago un corte insignificante. Utilizando mi mejor pincel logro tomar una pequeña gota de mí para terminar mi obra. Al verla finalizada, al verme a mí mismo en ella, me permito pensar en las demás personas que se verán en ella. Eso es lo hermoso de ser pintor…de ser artista. El arte es un espejo…


Y su brillo llega a todos…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Con gran placer leeré cualquier comentario y crítica. Agradezco tu tiempo.