martes, 6 de octubre de 2015

Superhéroe.

Superhéroe.

La humanidad se encontraba perdida, balanceándose en medio de un estrecho camino entre la locura y la destrucción. La gente se encontraba condicionada la mayor parte del tiempo: era violenta, indiferente, soberbia, pero sobre todo, llena de miedo. No había mucha esperanza, pero a decir verdad, ¿qué es la esperanza en realidad? ¿Un don? No lo sé, porque eso es lo que se necesitaba…dones…personas con dones que ayuden a la humanidad en su camino.
Reerc, la entidad dadora, siempre asumía el papel de observador a los asuntos de la humanidad, y aunque veía con indiferencia a la tierra y a todos quienes la habitaban, no podía evitar cierto pesar dentro de sí; fue así que con oído atento, escuchando las plegarias de la humanidad, hubo tres que le llamaron la atención al poseer una esperanza más brillante que el resto, por lo que llamó a los autores de dichas plegarias. Después de muchas confusiones, Reerc se explicó y como punto final dijo que les cumpliría cualquier deseo.

Un primero se acercó y dijo: ¡Gran Reerc! Quiero que mi cuerpo sea invulnerable y resista las armas del hombre, ¿puedes cumplirlo?

“De que se puede, se puede. Y se podrá. Ve ahora en ti la invulnerabilidad”

“Gracias” fue todo lo que dijo antes de irse.

Un segundo se acercó y dijo: ¡Gran Reerc! Quiero poder mover y controlar toda clase de objetos y cosas con mi mente, ¿puedes cumplirlo?

“De que se puede, se puede. Y se podrá. Ve ahora en ti la telequinesia”

“Gracias” fue todo lo que dijo antes de irse.

Un tercero se acercó y dijo: Reerc…quiero un poder que me deje salvar a la humanidad y que me deje entenderla, ¿puedes cumplirlo?

Reer guardó silencio. Miró fijamente al joven y le respondió tranquilamente: “Es extraño el deseo que me pides, y por lo mismo no puedo cumplirlo”

“¿Por qué no puedes?” dijo el tercero con asombro.

“Porque salvar a la humanidad y entenderla son dos cosas distintas, y eso sólo lo entenderás con el tiempo en que utilices el don que voy a darte. Ve ahora en ti la inocencia.”

“¿La inocencia? ¿Y eso de qué me puede servir?” dijo el tercero entre indignado y preocupado.

“La inocencia es un estado de desconocimiento, te permitirá ver al mundo poco a poco; sólo así podrás entenderlo, porque el entendimiento es el mayor poder de todos, y cuando tengas ese poder, podrás salvar al mundo.”

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