lunes, 26 de octubre de 2015

Ser líder de mi opinión.

¿Quién lidera tu opinión?

“Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo…”
Confucio.

Siempre hubo un tema constante cuando estuve en la carrera de comunicación, allá en la Universidad de Cuautitlán Izcalli, pero le restaba importancia como muchísimas cosas que veía ahí. Pero ahora decido retomar el tema porque últimamente he visto mucho este seguimiento que le dan varias personas a los llamados “líderes de opinión”, como si fueran ángeles perjurados del conocimiento divino. Yo no quiero que este muy breve ensayo, donde expreso mi muy humilde opinión, sea con afanes de crítica, sino de cuestionamiento acerca de qué tanto daño o qué tanto beneficio provoca un líder de opinión, además de reflexionar en su objetivo principal de difundir una idea que se tome como una opinión pública, la opinión de la mayoría, aquel pensamiento que inicia en todos y en ninguno.
[…]Es muy fácil decir, en la mayoría de los casos que puedan presentarse, que los medios masivos de comunicación están manipulados. Podría escribir, no lo sé, en mi afán: “el mundo es una enorme amalgama de medios objetivados al control de la mente, masificando los comportamientos colectivos de los seres humanos, prohibiéndoles la libertad de pensamiento y expresión, transformándolos en números más de todo este sistema alejado de luz y justicia”. Pero citando al autor Charles Baudelaire, “El mayor truco que el diablo alguna vez hizo, fue convencer al mundo entero de que no existía”.
El hecho de que un cartel propagandístico, o un anuncio publicitario te motive a realizar cierta acción, obedece a muchos otros procesos y situaciones que se presentan en la mente de las personas, pero sería muy generalizado pensar que el “truco” mismo de convencimiento está en el cartel en sí, y esto parte de un principio muy básico: uno tiene la elección de realizar la acción, si lo desea o no, porque nunca, ¡nunca!, el anuncio o el cartel, va a obligarte a que compres algo o que pienses de determinada manera. En palabras sencillas, y eso lo sabemos todos en mayor o menor medida, “el dejado es uno mismo”. Siempre he dicho que para que exista un líder tiránico, hace falta un pueblo ignorante.
Por citar un ejemplo, veamos la época en donde Hitler y sus nazis, poblaron con su ideología de la raza aria por gran parte de un país, y para esto, según varios estudiosos de los movimientos fascistas, hay dos elementos: la oratoria, y técnicas de propaganda. Adolf Hitler, es considerado por muchos como un gran orador, y hasta cierto punto, bajo mi perspectiva, lo es, además de que Goebbels detrás suyo, sirvió para llevar el mensaje de una manera más “colorida”. ¡Pero he aquí el detalle!
El pilar que sostiene todo lo que fue la oratoria y su propaganda, fue la gente, que en mi opinión, estuvo en una época y tiempo en los cuales se vieron necesitados de un líder, y Hitler, mostrando retazos del argumento original, le hicieron suficiente eco para que éste hiciera todo lo que hizo, creyendo dar un gran beneficio a la humanidad. No estoy aquí para juzgar acciones, porque estoy seguro que estudiosos en la materia del nazismo, me dirían con exactitud las repercusiones de las acciones de Hitler en todo el mundo, datos que por desgracia, no tengo en estos momentos.
Así sucede con los medios de comunicación de nuestra época, porque más que criticar el hecho, porque claro que es un hecho de que algunos medios son manipulados, por el argumento de que no es sencillo encontrar una fuente verídica actual, también hay que preguntarnos si los medios masivos de comunicación necesitan ser manipulados, porque no sólo en México, sino en todo el mundo, el conformismo nos hace tomar lo primero que nos llega a la cabeza como una verdad irrefutable.
Según reza la famosa frase de Allen Ginsberg, “quien controla los medios, controla la cultura”, ¡pero…! ¿Qué tantas pruebas verídicas tenemos de que los medios son controlados?, ¿cómo comprobar que existe un control?, porque un líder de opinión, no necesita controlar, y eso se ve desde lejos cuando escuchamos a alguien decir “lo dijo Jacobo”. […]
Creo que es muy importante iniciar con este ensayo escrito por mí anteriormente, el cual titulé, “¿CÓMO SE FORMA UN LÍDER DE OPINIÓN? Desvaríos de la opinión pública”, debido a un texto llamado “Lo dijo Jacobo”, 24 horas y el periodismo oficioso en México, hecho por Ricardo Magaña Figueroa, que hablaba sobre Jacobo Zabludovsky. En este ensayo no sólo me cuestioné lo que había en aquel texto, tal y como era la actividad, sino que igual me pregunté la relación que había entre un líder de opinión y la opinión pública.
[…]Un líder de opinión, es simplemente, una persona (u organización en algunos casos), que haciendo uso de sus vastos conocimientos en diferentes áreas, influencia sobre las actitudes y la conducta de los individuos que se ven expuestos ante este personaje. Se da a conocer, es público en todos sus sentidos ante las personas, ante la masa, para dirigirla hacia ciertas formas de actuar y pensar, siendo percibido como una fuente creíble y verídica de información. Es un personaje cuyos puntos de vista son tomados como modelos a seguir dentro de un grupo social, o como me gusta llamarlo, dentro de la psique social.
 La opinión pública está un poquito más complicada de definir, ya que hubo muchos filósofos, politólogos, historiadores, arrancándose los pelos tratando de definirlo. De todos los autores antiguos, fue Alexis de Tocqueville quien tuvo una perspectiva reforzada y fresca para darse cuenta que las opiniones predominantes van vinculadas a un lugar y tiempo determinado, como una realidad social observable con una validez sólo temporal; además, de que existe esa constante presión de la mayoría numérica, por terror al aislamiento, lo que nos lleva a un espiral de eterno silencio.
La opinión pública, es la opinión de la mayoría, opiniones sobre temas controvertidos que pueden expresarse en público sin aislarse; ahora, con la diversidad de ideas que ha brotado en nuestro país, esas opiniones reconocidas mayoritariamente dentro de la psique social, cada día se ponen más en tela de juicio, en una balanza entre la aprobación y la desaprobación, entre la credibilidad y la repulsión. Lo que puedo analizar bajo mi entender, es que en ocasiones la opinión pública se pone bajo estándares tan insulsos como “lo que está bien” y “lo que está mal”. El incesto, las violaciones, el aborto, los asesinatos, el narco, son temas que dentro de la opinión pública, en mayor o menos medida, son tratados con repulsión y desagrado; hay más diversidad de ideas, y claro ejemplo es el cómo vemos la homosexualidad hoy en día, pero todo eso es un punto y aparte […]
Yo tengo un enorme conflicto, y la verdad espero no ser el único, de concebir cómo las opiniones deben tener un líder, de cómo una sola opinión proferida por un personaje con una imagen construida por varios medios, puede valer más que las otras. No estoy peleado, obviamente, con el personaje, sino con el concepto en sí, ¡aunque me toca decirlo! Para mí no existen imposibles, por lo que quizá no comprendo todo el potencial que conlleva tal concepto, o simplemente sólo a mí me desagrada cómo se está empleando en la actualidad. Pueden ser muchas cosas, ¿no? La cosa se pone interesante cuando podemos ejemplificar tal concepto en la vida diaria, y en mi caso, en la escuela. Muchas veces me ha tocado que un profesor me elogiara por mi trabajo, que me dijera que soy muy responsable y muy maduro en cuanto a mi método de estudio, y a todos aquellos que les ha tocado estar en esta situación, no me van a dejar mentir, que cuando el educador lo hace evidente frente a toda la clase, más allá de inspirar, puede generar mucha frustración, no por la relación con tus compañeros, sino en cómo se deja de lado otros métodos de aprendizaje. Yo soy responsable en todo trabajo que hago, cumpliendo en tiempo y forma cada parte del mismo, siendo muy riguroso en cuanto a varios detalles, que dependiendo el caso, estuvieran al alcance de corregir, ¡pero todo por aprender! Tanto cómo se hace algo, y cómo no se hace algo, pero yo utilizo este método porque a mí me funciona para poder aprender. Creo que eso es lo más importante en todo este asunto, ¡el aprendizaje!, el aprender a hacer las cosas, el aprender de todos los momentos que te han conformado a lo largo de tu vida, y el sentir cómo alcanzas la plenitud, el equilibrio, después de tantos tropiezos provocados por decisiones anteriores. ¿Pero qué hay de otros métodos? Y creo que ese es uno de los problemas más grandes del ser humano: el no comprender que se puede aprender de diversas formas. Es cierto que la educación en el país, a pesar de todo, nos permite comenzar con una base en el método de obtención de conocimiento, ¡pero no existe fomento hacia otras formas! De hecho, a veces, y me ha tocado ver, cómo aquellos que se salen de la “norma”, son terriblemente condenados y señalados.
Es sabido por todos que aquellos que sacan diez no les es garantizado un trabajo seguro, y que los que siempre reprobaron llegan a ser los más exitosos en el ámbito laboral. Cada quien define su “éxito”, y sus “triunfos”, dependiendo de su equilibrio, de su modo de ser, ¡y eso es maravilloso!, porque por ejemplo yo me siento un verdadero triunfador el poder seguir escribiendo, que es lo que me gusta, lo que me apasiona, y todavía recuerdo a todos aquellos compañeros que en un primero momento fueron tachados como “irresponsables”, pero que cuando llegado el momento, lograban un trabajo excepcional, ¿por qué? Porque tenían su método, y así aprendían, así sabían hacer las cosas, porque no se limitaban a ver las cosas en medio de pasillos y tareas, sino en lograr hacer cosas más grandes.
¿A qué voy con todo esto? Que métodos, hay miles; perspectivas, son varias; ¿funcionales?, cada quien elige la suya; ¿opiniones?, todos tenemos muchísimas sobre todo, y todas son válidas; ¿existen personas con mayores conocimientos que las demás, o con otras formas de ver las cosas?, si, indudablemente, pero eso no debería generar frustración, sino esa hambre por más conocimiento; miren que ahora mismo el país sufre por eso, ya que no se fomenta el interés por aprender, por el no conformarte a la información que te dan, y querer investigar más. Hablemos brevemente de dos “líderes de opinión”, que serían DrossRotzank, el afamado narrador de curiosidades de la historia y mundo contemporáneo, e Inspector Geek, el chavo no tan chavo comentador sobre cómics, películas y animación. Sin comparar, vemos que cada uno tiene su método en cuanto a sus discursos, y eso les permite dar su opinión sobre cierto tema, que gusta mucho a la mayoría. Ambos me encantan, ambos son increíbles, y ambos dan en el certero clavo al decir que no existe opinión más válida, que la de uno mismo. Cuando yo opino, lo hago desde mi verdad, y así, todo ser humano en la tierra, porque aunque estos llamados “líderes”, (que no son otra cosa que seres humanos que generan más conocimiento a través de más conocimiento) opinan acerca de algo, lo hacen a partir del marco de referencia que ellos mismos se han construido. Dross habla de todo, porque me imagino que investiga de todo, y le gusta de todo un poco, mientras que Inspector Geek está más encaminado al mundo de la animación y los cómics; así cada uno brilla en su área. ¿Ven a lo que me refiero? Nuevamente me cuestiono esta parte acerca del concepto manejado en el líder de opinión, que a lo mejor no termino de comprender del todo, pero lo que no me parece es como un individuo ve su opinión opacada por la de alguien más; nuevamente, ¿existe quien posea mayor conocimiento del tema?, si, claro, pero no implica que tú te anules, porque más que generar conocimiento, se opaca la actividad de pensamiento individual, y yo digo que como seres humanos no debemos permitirnos esto, porque si al final del día no somos capaces de validar nuestra opinión, nuestros procesos de aprendizaje que pudiéramos llegar a tener, ¡y que en todos existe!, dejaría de tener importancia, y si perdemos la concepción de un aprendizaje, finalmente no evolucionamos, y nos quedamos estancados en una masa irreflexiva, lo cual sería muy triste, porque si algo sabe hacer el ser humano, es reflexionar, todos sin excepción. No existe mejor líder de opinión, que la opinión liderada por ti. Y no se trata tampoco que no tomes en cuenta otras opiniones, ¡al contrario! Es funcional siempre estar abierto el debate, ¡a mí me encanta! No por lo que yo pueda debatir, ¡sino por lo que yo pueda escuchar! Y tomo tantito de aquí y tantito de allá, para reflexionarlo, cuestionármelo, y hacerlo parte de mí, y tal aprendizaje me puede servir para la siguiente historia que pudiera crear.

Espero mi opinión te haya sido interesante, y me agradaría mucho poder escuchar la tuya.

A continuación, también les dejo los canales tanto de Dross como Inspector Geek, para su deleite e infinito aprendizaje, si es que están interesados en curiosear. Por lo demás, gracias por su atención.

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