¿Quién lidera tu opinión?
“Si el príncipe es virtuoso, los súbditos imitarán su ejemplo…”
Confucio.
Siempre hubo un tema constante
cuando estuve en la carrera de comunicación, allá en la Universidad de
Cuautitlán Izcalli, pero le restaba importancia como muchísimas cosas que veía
ahí. Pero ahora decido retomar el tema porque últimamente he visto mucho este
seguimiento que le dan varias personas a los llamados “líderes de opinión”, como
si fueran ángeles perjurados del conocimiento divino. Yo no quiero que este muy
breve ensayo, donde expreso mi muy humilde opinión, sea con afanes de crítica,
sino de cuestionamiento acerca de qué tanto daño o qué tanto beneficio provoca
un líder de opinión, además de reflexionar en su objetivo principal de difundir
una idea que se tome como una opinión pública, la opinión de la mayoría, aquel
pensamiento que inicia en todos y en ninguno.
[…]Es muy fácil decir, en la mayoría de los casos que puedan
presentarse, que los medios masivos de comunicación están manipulados. Podría
escribir, no lo sé, en mi afán: “el mundo es una enorme amalgama de medios
objetivados al control de la mente, masificando los comportamientos colectivos
de los seres humanos, prohibiéndoles la libertad de pensamiento y expresión,
transformándolos en números más de todo este sistema alejado de luz y
justicia”. Pero citando al autor Charles Baudelaire, “El mayor truco que el
diablo alguna vez hizo, fue convencer al mundo entero de que no existía”.
El hecho de que un cartel propagandístico, o un anuncio publicitario te
motive a realizar cierta acción, obedece a muchos otros procesos y situaciones
que se presentan en la mente de las personas, pero sería muy generalizado
pensar que el “truco” mismo de convencimiento está en el cartel en sí, y esto
parte de un principio muy básico: uno tiene la elección de realizar la acción,
si lo desea o no, porque nunca, ¡nunca!, el anuncio o el cartel, va a obligarte
a que compres algo o que pienses de determinada manera. En palabras sencillas,
y eso lo sabemos todos en mayor o menor medida, “el dejado es uno mismo”.
Siempre he dicho que para que exista un líder tiránico, hace falta un pueblo
ignorante.
Por citar un ejemplo, veamos la época en donde Hitler y sus nazis,
poblaron con su ideología de la raza aria por gran parte de un país, y para
esto, según varios estudiosos de los movimientos fascistas, hay dos elementos:
la oratoria, y técnicas de propaganda. Adolf Hitler, es considerado por muchos
como un gran orador, y hasta cierto punto, bajo mi perspectiva, lo es, además
de que Goebbels detrás suyo, sirvió para llevar el mensaje de una manera más
“colorida”. ¡Pero he aquí el detalle!
El pilar que sostiene todo lo que fue la oratoria y su propaganda, fue
la gente, que en mi opinión, estuvo en una época y tiempo en los cuales se
vieron necesitados de un líder, y Hitler, mostrando retazos del argumento
original, le hicieron suficiente eco para que éste hiciera todo lo que hizo,
creyendo dar un gran beneficio a la humanidad. No estoy aquí para juzgar
acciones, porque estoy seguro que estudiosos en la materia del nazismo, me
dirían con exactitud las repercusiones de las acciones de Hitler en todo el
mundo, datos que por desgracia, no tengo en estos momentos.
Así sucede con los medios de comunicación de nuestra época, porque más
que criticar el hecho, porque claro que es un hecho de que algunos medios son
manipulados, por el argumento de que no es sencillo encontrar una fuente
verídica actual, también hay que preguntarnos si los medios masivos de
comunicación necesitan ser manipulados, porque no sólo en México, sino en todo
el mundo, el conformismo nos hace tomar lo primero que nos llega a la cabeza
como una verdad irrefutable.
Según reza la famosa frase de Allen Ginsberg, “quien controla los
medios, controla la cultura”, ¡pero…! ¿Qué tantas pruebas verídicas tenemos de
que los medios son controlados?, ¿cómo comprobar que existe un control?, porque
un líder de opinión, no necesita controlar, y eso se ve desde lejos cuando
escuchamos a alguien decir “lo dijo Jacobo”. […]
Creo que es muy importante
iniciar con este ensayo escrito por mí anteriormente, el cual titulé, “¿CÓMO SE FORMA UN LÍDER DE OPINIÓN?
Desvaríos de la opinión pública”, debido a un texto llamado “Lo dijo
Jacobo”, 24 horas y el periodismo oficioso en México, hecho por Ricardo
Magaña Figueroa, que hablaba sobre Jacobo Zabludovsky. En este ensayo no sólo
me cuestioné lo que había en aquel texto, tal y como era la actividad, sino que
igual me pregunté la relación que había entre un líder de opinión y la opinión
pública.
[…]Un líder de opinión, es simplemente, una persona (u organización en
algunos casos), que haciendo uso de sus vastos conocimientos en diferentes
áreas, influencia sobre las actitudes y la conducta de los individuos que se
ven expuestos ante este personaje. Se da a conocer, es público en todos sus
sentidos ante las personas, ante la masa, para dirigirla hacia ciertas formas
de actuar y pensar, siendo percibido como una fuente creíble y verídica de
información. Es un personaje cuyos puntos de vista son tomados como modelos a
seguir dentro de un grupo social, o como me gusta llamarlo, dentro de la psique
social.
La opinión pública está un
poquito más complicada de definir, ya que hubo muchos filósofos, politólogos,
historiadores, arrancándose los pelos tratando de definirlo. De todos los
autores antiguos, fue Alexis de Tocqueville quien tuvo una perspectiva reforzada
y fresca para darse cuenta que las opiniones predominantes van vinculadas a un
lugar y tiempo determinado, como una realidad social observable con una validez
sólo temporal; además, de que existe esa constante presión de la mayoría
numérica, por terror al aislamiento, lo que nos lleva a un espiral de eterno
silencio.
La opinión pública, es la opinión de la mayoría, opiniones sobre temas
controvertidos que pueden expresarse en público sin aislarse; ahora, con la
diversidad de ideas que ha brotado en nuestro país, esas opiniones reconocidas
mayoritariamente dentro de la psique social, cada día se ponen más en tela de
juicio, en una balanza entre la aprobación y la desaprobación, entre la
credibilidad y la repulsión. Lo que puedo analizar bajo mi entender, es que en
ocasiones la opinión pública se pone bajo estándares tan insulsos como “lo que
está bien” y “lo que está mal”. El incesto, las violaciones, el aborto, los
asesinatos, el narco, son temas que dentro de la opinión pública, en mayor o menos
medida, son tratados con repulsión y desagrado; hay más diversidad de ideas, y
claro ejemplo es el cómo vemos la homosexualidad hoy en día, pero todo eso es
un punto y aparte […]
Yo tengo un enorme conflicto, y
la verdad espero no ser el único, de concebir cómo las opiniones deben tener un
líder, de cómo una sola opinión proferida por un personaje con una imagen
construida por varios medios, puede valer más que las otras. No estoy peleado,
obviamente, con el personaje, sino con el concepto en sí, ¡aunque me toca
decirlo! Para mí no existen imposibles, por lo que quizá no comprendo todo el
potencial que conlleva tal concepto, o simplemente sólo a mí me desagrada cómo
se está empleando en la actualidad. Pueden ser muchas cosas, ¿no? La cosa se
pone interesante cuando podemos ejemplificar tal concepto en la vida diaria, y
en mi caso, en la escuela. Muchas veces me ha tocado que un profesor me
elogiara por mi trabajo, que me dijera que soy muy responsable y muy maduro en
cuanto a mi método de estudio, y a todos aquellos que les ha tocado estar en
esta situación, no me van a dejar mentir, que cuando el educador lo hace
evidente frente a toda la clase, más allá de inspirar, puede generar mucha
frustración, no por la relación con tus compañeros, sino en cómo se deja de
lado otros métodos de aprendizaje. Yo soy responsable en todo trabajo que hago,
cumpliendo en tiempo y forma cada parte del mismo, siendo muy riguroso en
cuanto a varios detalles, que dependiendo el caso, estuvieran al alcance de
corregir, ¡pero todo por aprender! Tanto cómo se hace algo, y cómo no se hace
algo, pero yo utilizo este método porque a mí me funciona para poder aprender.
Creo que eso es lo más importante en todo este asunto, ¡el aprendizaje!, el
aprender a hacer las cosas, el aprender de todos los momentos que te han
conformado a lo largo de tu vida, y el sentir cómo alcanzas la plenitud, el
equilibrio, después de tantos tropiezos provocados por decisiones anteriores.
¿Pero qué hay de otros métodos? Y creo que ese es uno de los problemas más
grandes del ser humano: el no comprender que se puede aprender de diversas
formas. Es cierto que la educación en el país, a pesar de todo, nos permite
comenzar con una base en el método de obtención de conocimiento, ¡pero no
existe fomento hacia otras formas! De hecho, a veces, y me ha tocado ver, cómo
aquellos que se salen de la “norma”, son terriblemente condenados y señalados.
Es sabido por todos que aquellos
que sacan diez no les es garantizado un trabajo seguro, y que los que siempre
reprobaron llegan a ser los más exitosos en el ámbito laboral. Cada quien
define su “éxito”, y sus “triunfos”, dependiendo de su equilibrio, de su modo
de ser, ¡y eso es maravilloso!, porque por ejemplo yo me siento un verdadero
triunfador el poder seguir escribiendo, que es lo que me gusta, lo que me
apasiona, y todavía recuerdo a todos aquellos compañeros que en un primero
momento fueron tachados como “irresponsables”, pero que cuando llegado el
momento, lograban un trabajo excepcional, ¿por qué? Porque tenían su método, y
así aprendían, así sabían hacer las cosas, porque no se limitaban a ver las
cosas en medio de pasillos y tareas, sino en lograr hacer cosas más grandes.
¿A qué voy con todo esto? Que métodos, hay miles;
perspectivas, son varias; ¿funcionales?, cada quien elige la suya; ¿opiniones?,
todos tenemos muchísimas sobre todo, y todas son válidas; ¿existen personas con
mayores conocimientos que las demás, o con otras formas de ver las cosas?, si,
indudablemente, pero eso no debería generar frustración, sino esa hambre por
más conocimiento; miren que ahora mismo el país sufre por eso, ya que no se
fomenta el interés por aprender, por el no conformarte a la información que te
dan, y querer investigar más. Hablemos brevemente de dos “líderes de opinión”, que
serían DrossRotzank, el afamado
narrador de curiosidades de la historia y mundo contemporáneo, e Inspector Geek, el chavo no tan chavo
comentador sobre cómics, películas y animación. Sin comparar, vemos que cada
uno tiene su método en cuanto a sus discursos, y eso les permite dar su opinión
sobre cierto tema, que gusta mucho a la mayoría. Ambos me encantan, ambos son
increíbles, y ambos dan en el certero clavo al decir que no existe opinión más
válida, que la de uno mismo. Cuando yo opino, lo hago desde mi verdad, y así,
todo ser humano en la tierra, porque aunque estos llamados “líderes”, (que no
son otra cosa que seres humanos que generan más conocimiento a través de más
conocimiento) opinan acerca de algo, lo hacen a partir del marco de referencia
que ellos mismos se han construido. Dross habla de todo, porque me imagino que
investiga de todo, y le gusta de todo un poco, mientras que Inspector Geek está
más encaminado al mundo de la animación y los cómics; así cada uno brilla en su
área. ¿Ven a lo que me refiero? Nuevamente me cuestiono esta parte acerca del
concepto manejado en el líder de opinión, que a lo mejor no termino de
comprender del todo, pero lo que no me parece es como un individuo ve su
opinión opacada por la de alguien más; nuevamente, ¿existe quien posea mayor
conocimiento del tema?, si, claro, pero no implica que tú te anules, porque más
que generar conocimiento, se opaca la actividad de pensamiento individual, y yo
digo que como seres humanos no debemos permitirnos esto, porque si al final del
día no somos capaces de validar nuestra opinión, nuestros procesos de
aprendizaje que pudiéramos llegar a tener, ¡y que en todos existe!, dejaría de
tener importancia, y si perdemos la concepción de un aprendizaje, finalmente no
evolucionamos, y nos quedamos estancados en una masa irreflexiva, lo cual sería
muy triste, porque si algo sabe hacer el ser humano, es reflexionar, todos sin
excepción. No existe mejor líder de opinión, que la opinión liderada por ti. Y
no se trata tampoco que no tomes en cuenta otras opiniones, ¡al contrario! Es
funcional siempre estar abierto el debate, ¡a mí me encanta! No por lo que yo
pueda debatir, ¡sino por lo que yo pueda escuchar! Y tomo tantito de aquí y
tantito de allá, para reflexionarlo, cuestionármelo, y hacerlo parte de mí, y
tal aprendizaje me puede servir para la siguiente historia que pudiera crear.
Espero mi opinión te haya sido interesante, y me agradaría mucho poder
escuchar la tuya.
A continuación, también les dejo los canales tanto de Dross
como Inspector Geek, para su deleite e infinito aprendizaje, si es que están interesados en curiosear. Por lo demás, gracias por su atención.
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